En estos dos meses de 2022 hubo siete homicidios en Rivera, igual cantidad que en todo 2019, año que estuvo por debajo de los 17 de 2021 y los 16 de 2020. Se presume que los casos están vinculados con conflictos criminales asociados al narcotráfico y al enfrentamiento entre dos facciones que operan en el sur de Brasil: Os Manos y Os Tauras. Gran parte de los homicidios fueron en el barrio Villa Sonia.
A estos casos se suma el doble homicidio de una pareja que, si bien fue hallada en Santa Ana do Livramento, a pocos kilómetros de la frontera, vivía en Rivera. El doble homicidio ocurrió el 13 de enero. Una mujer y un hombre, ambos brasileños, fueron asesinados y sus cuerpos prendidos fuego en un auto en la ruta 293 en territorio brasileño, a pocos kilómetros de la frontera.
El hijo de la pareja, de cinco años, desapareció al día siguiente a que mataran a sus padres. Testigos señalaron que el niño ya estaba retenido en la casa de los responsables de su desaparición desde antes de que sus padres fueran asesinados.
Se presume que los responsables del doble homicidio de la pareja son dos personas que ya están presas por otro homicidio ocurrido el 15 de enero. Uno de ellos está en prisión preventiva y el otro ya fue condenado a 11 meses de prisión. Ambos fueron indagados por la desaparición del niño para dar con su paradero.
Para buscarlo, se hicieron varios allanamientos en el barrio Villa Sonia, territorio en disputa criminal donde ocurrieron parte de los homicidios en estos dos meses. Se llegó incluso a excavar en distintas zonas porque presumían que el niño había sido asesinado y enterrado.
El niño apareció este miércoles en Canelones. Luego de activarse su búsqueda a nivel público, una mujer se comunicó con la Policía para avisar que el niño estaba en su casa y aportó los datos. El niño fue encontrado sin lesiones físicas y se lo trasladó a Rivera. Se espera por la resolución judicial que otorgue la custodia a los abuelos maternos del niño, que viven en Santa Ana do Livramento. Mientras, está en un centro de amparo del Instituto de la Niñez y la Adolescencia del Uruguay.
La mujer inicialmente dijo que su pareja está privada de libertad en la Unidad 12 Cerro Carancho, cárcel de Rivera, y que otra mujer a la que conoció en una visita, pareja de otro preso, le había pedido que cuidara al niño. Como los testimonios brindados ante la Fiscalía de Rivera fueron contradictorios, la fiscal Alejandra Domínguez resolvió la detención de la mujer y que pase de ser testigo a indagada.
La mujer que retuvo al niño en su casa tiene 28 años y no tiene antecedentes penales. Fue imputada por un delito de sustracción o retención de personas menores de edad del poder de sus padres, tutores o curadores. Este delito, establecido en el artículo 283 del Código Penal, plantea que quien sustraiga una persona menor de 18 años del poder de sus padres, tutores o curadores, o de quienes ejerzan su guarda aunque fuera momentáneamente, o la retuviere contra la voluntad de estos, será castigado con tres a 24 meses de prisión. También fue imputada por un delito de asistencia a los agentes de la actividad delictiva.
La fiscalía solicitó que fuera enviada a prisión preventiva como medida cautelar mientras continúa la investigación de cara al juicio oral, pero el juez actuante le dio arresto domiciliario.
La otra mujer involucrada en los hechos, que retuvo al niño antes de que mataran a sus padres y luego se lo entregó a la mujer que lo mantuvo más de un mes en su casa, fue imputada por los mismos delitos. A ella le dieron prisión preventiva por 90 días o mientras dure la investigación.
Se investiga cómo el niño fue trasladado de Rivera a Canelones. “Tenemos versiones que no hemos podido verificar con evidencias contundentes ni con cámaras, no sabemos con certeza en qué fecha llegó el niño a Canelones”, explicó la fiscal a Telenoche. Se presume que el grupo criminal, luego de matar a la pareja, se quedó con el niño “como un trofeo”.