Alejandro Astesiano, expolicía y jefe del Servicio de Seguridad Presidencial de Luis Lacalle Pou, fue imputado con prisión preventiva por un delito continuado de suposición de estado civil como coautor en reiteración real con un delito de asociación para delinquir y un delito de tráfico de influencias. Se presume que el jefe de la custodia presidencial integra una red criminal dedicada a falsificar documentación para que ciudadanos rusos obtuvieran cédulas de identidad y pasaportes uruguayos.
Había sido detenido este domingo en la residencia presidencial tras volver del exterior de unas vacaciones que pasó con el presidente y sus hijos. Aunque Lacalle Pou negó en conferencia de prensa que el jefe de su custodia tuviera antecedentes penales, en el control de detención llevado adelante este lunes, Astesiano reconoció ante la Justicia tenerlos. Además, tiene más de 20 indagatorias policiales por múltiples delitos, entre ellos, hurto, estafa, daño y apropiación indebida.
Por el caso fueron imputadas con prisión preventiva otras tres personas que integrarían la red de Astesiano, dos personas de origen ruso y el escribano uruguayo Álvaro Guillermo Fernández García. Los delitos por los que fueron imputados los integrantes de la red prevén penas de hasta ocho años de penitenciaría.
Desde Fiscalía se plantea que, de acuerdo a lo informado por Presidencia de la República, el vínculo institucional que tiene Astesiano es como “personal civil, vinculado a través de un contrato de adscripción”, pero que “no es funcionario público”.
Cómo operaba la red criminal
La Fiscalía de Flagrancia de 12º Turno, cuya titular es Gabriela Fossati, está a cargo del caso. Desde la Fiscalía aclararon que por razones de tiempos asociadas a los plazos constitucionales, no se pudo procesar toda la información contenida en los allanamientos realizados a los domicilios y el estudio de los tres involucrados. Se incautaron 39 discos duros externos en el allanamiento realizado en el domicilio de uno de los rusos.
Según la solicitud de formalización de la investigación de Fiscalía a la que accedió la diaria, se plantea que se pudo “reunir un cúmulo importante de evidencia” que permitió llegar a esta instancia y que las imputaciones “se alcanzaron luego de un trabajo de dos años, que permitió identificarlos como partícipes de una actividad de ‘gestión’ y ‘obtención de documentación’ para adulterar documentación extranjera, en la que mediante diversos mecanismos identificaban a un ciudadano uruguayo, generalmente fallecido”.
El escribano gestionaba las partidas e indicaba los pasos a seguir. Los rusos oficiaban como gestores y traductores, también eran quienes conseguían los clientes, acordaban y cobraban el monto a ser abonado. Según fuentes de Fiscalía, podían llegar a cobrar hasta diez mil dólares por pasaporte.
Según fuentes de Fiscalía, podían llegar a cobrar hasta diez mil dólares por pasaporte.
En el documento se describe el mecanismo que utilizaban: adulteraban partidas rusas originales, inscribían como hijos naturales de un ciudadano uruguayo a ciudadanos de nacionalidad rusa (todavía no se ha podido conocer si dicha actividad se realizaba en el país o en el extranjero), cuyos datos obtenían de partidas que el escribano procuraba de los registros de diversos departamentos, entre ellos Montevideo, Lavalleja y Rio Negro. Luego, gestionaba una cita en la agenda de la Dirección Nacional de Identificación Civil y les indicaban a los presuntos hijos de uruguayos cuando debían concurrir. Operaciones similares se realizaron en el Consulado de Uruguay en Rusia, se plantea en el documento, y se acota que esto está pendiente de verificación.
Las irregularidades ya habían sido, en parte, detectadas e informadas por el Director del Departamento de Cédula de identidad de la Dirección Nacional de Identificación Civil, el comisario mayor Juan Esteban Martínez, quien, según se menciona, en diversas oportunidades “requirió a su superior que la Comisión Técnica fortaleciera la normativa de expedición de pasaportes uruguayos a extranjeros”. En una comunicación que se cita, se plantea que Martínez informó “con suma profundidad” al director de la DNIC, el comisario mayor retirado José Luis Rondán Godoy, sobre los “problemas con la gestión de nacionalización de hijos de ciudadanos naturales de varias comunidades extranjeras, así como también respecto de nietos naturales de uruguayos” y en este marco es que solicitó que se fortaleciera la normativa de expedición de pasaportes uruguayos a extranjeros.
En 2021, se recibió una información clave de parte de la Asociación de Compatriotas Rusos en México (SOUMEX): varios ciudadanos rusos se encontrarían utilizando documentación uruguaya apócrifa. A partir de esta información, enterada la Fiscalía, se comenzó esta investigación.
Al consultar a varios organismos oficiales, “se constataron múltiples movimientos de ingreso y egreso al país por parte de ciudadanos rusos en los registros de la Dirección Nacional de Migración, se comprobó a través de Interpol que algunos de ellos se encontraban inscriptos en la Federación Rusa, que otros no, así como también, que la interpretación que se hace del marco jurídico de expedición de los DNI y de los pasaportes no conforman un obstáculo suficiente para este tipo de irregularidades y/o ilícitudes”. En la normativa se plantea que por refugio, por ser hijos o nietos de uruguayos, o por vulnerabilidad, son admitidos. “Los imputados aprovecharon estos huecos para organizar su actividad ilícita”, se afirma desde Fiscalía.
El rol del jefe de custodia de Lacalle Pou
Según la Fiscalía, se ha reunido evidencia de alta calidad que permite conectar a Astesiano con la red del escribano y los rusos. Se describió su rol: ofrecía “contactos” reales o “simulados” con funcionarios ubicados en puestos estratégicos y oficiaba reuniones en la Torre Ejecutiva.
En el documento se transcribe una conversación entre el jefe de custodia de Lacalle Pou y el escribano. Astesiano le mandó un mensaje a Fernández García diciendo que lo atienda cuando lo llamara porque iba a “estar con él”.
También le mandó otro mensaje en el que le daba indicaciones al escribano. En la transcripción textual uno de ellos dice: “lo concreto es q tiene q llamar al director de mi [Migraciones o el Ministerio del Interior] q es amigo q le pase fecha pero tiene q entrarle con carpeta”. En otro mensaje plantea: “yo no puedo trasmitirle q está nerviosos x q se los baja. No les importa un huevo la plata entendés”. Y en otro dice: “Yo tengo que esperar que me llamen para yo decirle algo a vos, ta? yo [no] es facil vo si hoy me dicen no mirá estamos, es por cancillería lo van hacer todo eso diplomático asi no más te digo ahora si me dice algo le digo no mira no queremos nada y ya está, vamos a retirar así porque sino no seguimos en eso y tengo una presión barbara y bo ando con unas complicaciones familiares y esto la verdad ya no aguanto ni dos días más así nomas te digo”.
A continuación se transcriben otros mensajes enviados en mayo de este año: “Vo entende que yo con el que hablé ahora es el 1 ahí, es diferente pero ta ta, hacemos eso, dale abrazo”; “Los otros que vengan no mas que lo otro esta pronto y quiere liquidarlo también porque les rompe”; “Le voy a escribir que no que queda todo, todo nulo”.
En octubre y en noviembre de 2021, Astesiano y Fernández García intercambiaron documentación de rusos por WhatsApp y coordinaron encuentros en su despacho del piso 4 de la Torre Ejecutiva. Si bien los encuentros solían ser entre el jefe de custodia de Lacalle Pou y el escribano, en uno de los encuentros también participó uno de los rusos.
En general, el escribano era quien se reunía con Astesiano y luego se comunicaba con uno de los rusos a través de Telegram y “hablaban de dinero”.
En el documento se detalla un mensaje enviado por el jefe de seguridad de Lacalle Pou que fue obtenido del celular de Fernández García. Se transcribe textual: “Andás bien? Mirá, ee no te puedo m andar los mensjes eee no te puedo reenviar nada de eso eee yo estoy tratando de conseguir las tres lucas que me faltan, ya tengo pa pagar esos ocho, me faltan tres, yyyy le vamos a hacer el documento y yo mismo, yo mismo se lo voy a entregar en mano y le voy a decir venite que tengo algo para vos y yo se lo quiero entregar en la mano al loco, ta? Me está faltando solo eso que tengo que ver como lo consigo, ya consegui cinco y yo los voy a poner, yyy despues eso si ustedes despues lo tienen que garpar, porque yo la plata la saco de otro lado”.
Según se señala, los presuntos contactos de Astesiano les organizaban la tramitación, y se cita textual otro mensaje de Astesiano para describir esta situación: “...el otro me pregunta hoy quien se hace responsable? Responsable no nos hacemos si te digo que si es si, todavia me dijo el otro dia de mandar esto para atras, venir a buscar el papel y hacemos esos dos que ellos digan no mas y coordinen y hacemos eso, que me digan mas o menos dentro de que le tenemos que dar siempre un margen de 5 a 6 días para el tema de el de organizar ahí adentro y que despues que los traigamos a esos dos cuando quieramos me dijo y ya esta terminamos ahi me dijo asi nomas me dijo”.
En otro mensaje, le dice al escribano: “Vo el lunes a las 11 me citó”. Y se describe lo que les indicaban que tenían que “poner” en los documentos: “Ta ta el estaba mirando el tema de los documentos, lo que tiene que poner, después ya estaba todo arreglado me dijo, ta solamente el tema d ellos documentos que es lo que van a poner”.
Luego, se transcribe otro mensaje en el que Astesiano le dice al escribano que los involucrados “trabajarían incluso desde su domicilio”: “No sabés como están laburando bo, en serio te dijo, fuimos a la casa del otro bo, que tiene la computadora que trabajaban cuando estaban en pandemia con todos los accesos trabajándola ahí los locos, no de verdad te digo bo, es mas me quieren dar esto si pueden hacerlo que vale una fortuna, slen [salen] casi 50 lucas lo están haciendo con esa a ver si pueden hacerlo por eso te digo no noo”.
En el documento se plantea que “como toda organización, tenían sus desencuentros” y así queda demostrado con un mensaje que citan del jefe de la custodia presidencial al escribano: “A pero acordate lo que dije ahí despues hay que reunirnos todos los tres, yo, vos y el nadie más no me metas al otro gordo [uno de los rusos imputados, que no participaba de las reuniones] ni nada solo nosotros manejamos esto”.
Datos llamativos
Al final del documento de formalización, la fiscal Fossati menciona un expediente de la Dirección Nacional de Identificación Civil (DNIC) de 2019, que está vinculado al caso de la entrega de los pasaportes a ciudadanos rusos. Ese año, según pudo saber la diaria, un funcionario del departamento Dactiloscópico de la DNIC constató que una persona que vivía en una casa de salud en el interior del país había reconocido a tres hijos, un dato que llamó la atención. Los tres ciudadanos eran rusos. Luego encontraron otros casos similares, también de adultos mayores que vivían en hogares de ancianos que reconocían a hijos rusos. En aquel momento se realizó una investigación a nivel de la DNIC y el resultado fue enviado en una carpeta reservada a la Dirección General de Información e Inteligencia, que estaba a cargo del inspector mayor Williams García. Los datos de esta investigación fueron retomados por la fiscal Fosatti en esta causa tras los datos que llegaron de la Asociación de Compatriotas Rusos en México (SOUMEX) y por eso aparecen mencionados en la formalización que divulgó este martes la Fiscalía.
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Otros vínculos
En setiembre del año pasado Informativo Sarandí informó que el expolicía Jorge Luis Borges, uno de los subjefes de Astesiano, que antes trabajaba en la Zona 4 del Área de Investigaciones de la Jefatura de Policía de Montevideo, habría integrado un grupo de policías que fueron indagados por extorsión, privación de libertad y coimas. Los policías que integraban ese grupo fueron procesados, pero por estar de licencia en ese momento sobre Borges no recayó ninguna sanción judicial. Si bien no tiene antecedentes judiciales, al igual que Astesiano tiene múltiples indagatorias cargadas en el SGSP.
Otro de los subjefes, que seguía en el esquema de mando a Astesiano, es el comisario mayor Jorge Daniel Amaro, quien recibió una sanción en mayo de 2021 por romper la cuarentena e ingresar a un campo en Lavalleja para cazar animales sin autorización de la dueña del establecimiento, que lo denunció. Según consignó la diaria en esa ocasión, Amaro recibió una sanción de 15 días determinada por Astesiano, aunque el jefe de la custodia no tenía la potestad para suspender a alguien en sus funciones.
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