No todos los homicidios que tienen mujeres como víctimas son considerados femicidios. En la Justicia, el Código Penal define el femicidio como un agravante que se tipifica cuando un homicidio contra una mujer tiene como móvil “motivos de odio, desprecio o menosprecio, por su condición de tal”. Se señala que “son indicios que hacen presumir la existencia del móvil de odio, desprecio o menosprecio” cuando al homicidio lo precede algún incidente de violencia física, psicológica, sexual, económica o de otro tipo, “cometido por el autor contra la mujer, independientemente de que el hecho haya sido denunciado o no por la víctima”; cuando “la víctima se hubiera negado a establecer o reanudar con el autor una relación de pareja, enamoramiento, afectividad o intimidad”, o cuando “previo a la muerte de la mujer el autor hubiera cometido contra ella cualquier conducta que atente contra su libertad sexual”. El agravante por femicidio se puede tipificar cuando existe un presunto responsable del crimen que es sometido al proceso penal. Es decir, implica que el agresor sea identificado y detenido. También que no se suicide tras el crimen o durante el proceso penal, como pasa con una importante cantidad de femicidas.
El Ministerio del Interior analiza los homicidios contra mujeres de dos formas. Por un lado, la Dirección Nacional de Políticas de Género los clasifica en: homicidios contra mujeres en general, homicidios domésticos contra mujeres y femicidios. Por otra parte, el Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad, que analiza anualmente algunos delitos, se refiere a los homicidios contra mujeres valorando el vínculo entre la víctima y el agresor. Es decir, en los informes anuales del Ministerio del Interior no se presenta un análisis de cuáles de esos homicidios fueron por razones de género, sino que sólo se presenta el nexo entre la mujer asesinada y el presunto responsable.
Nueve mujeres fueron asesinadas en lo que va del año de un total de 56 personas que fueron víctimas de homicidio. Esto representa 16% de los casos, un porcentaje que está por encima de los registrados históricamente, que se ha mantenido estable en el tiempo. En los últimos años, las mujeres víctimas de homicidios representaron 13% en 2022 y 2021; 11% en 2020 y 12% en 2019. Fueron 48 de las 383 personas asesinadas en 2022, 38 de las 300 víctimas de homicidios en 2021, 37 de las 334 personas asesinadas en 2020, y 47 de las 390 víctimas de homicidios en 2019.
Pero la particularidad que se presenta en lo que va del año es que ninguno de los nueve casos fue catalogado como femicidio, siendo que la mayoría de las mujeres que son asesinadas anualmente son víctimas de este tipo de crímenes.
En 2022, 31 de las 48 mujeres asesinadas (66%) fue en casos de femicidios. En 2021, hubo 40 homicidios en los que las víctimas fueron mujeres, y de esos casos 25 fueron femicidios (62,5%). En 2020, la mitad de los homicidios contra mujeres fueron femicidios: 19 de 38. En 2019, 52% de los homicidios contra mujeres fueron femicidios (25 de 48 casos).
La mayoría de las mujeres son asesinadas por alguien que las conoce
Al estudiar los informes anuales del Ministerio del Interior se establece, a través del análisis del vínculo entre las mujeres que son víctimas de homicidio y los responsables, que la mayoría son asesinadas por alguien que las conoce. En 2022, 19 de las 48 mujeres asesinadas tuvieron como victimarios a sus parejas o exparejas (40%), 11 fueron asesinadas por un familiar (23%), siete por un amigo o conocido (15%), en sólo dos casos no había relación previa entre la víctima y el victimario (4%), y en nueve casos el vínculo es desconocido (19%).
En 2021, 40 mujeres fueron asesinadas. 22 de las 40 mujeres fueron asesinadas por sus parejas o exparejas: 55%. En cinco casos el homicida fue un familiar (12,5%) y en otros cinco casos fue un amigo o conocido (12,5%). En dos casos (5%) no había ningún vínculo entre la víctima y su agresor. En seis casos (15%) se desconoce el vínculo de la víctima con el victimario.
En 2020 mataron a 37 mujeres: 11 fueron asesinadas por su pareja o expareja (30%), cinco por un familiar (14%), siete por un amigo o persona conocida (19%). En ocho de los homicidios no había una relación previa (22%) y seis de los 37 casos (16%) no fueron aclarados, por lo que se desconoce el vínculo entre víctima y victimario.
En 2019 fueron asesinadas 47 mujeres. En casi la mitad de los casos de mujeres asesinadas (47%) el responsable del homicidio fue su pareja o expareja. En 13% de los casos el responsable fue un familiar y en 8,5% un amigo o conocido. En sólo dos de estos 47 homicidios (4%) no había ninguna relación entre la mujer asesinada y quien la asesinó. En el restante 28% (13 casos) se desconoce si había un vínculo, porque esos homicidios no han sido aclarados aún.
Particularidades de los casos de este año
En ninguno de los nueve homicidios contra mujeres en lo que va del año se detectó que el móvil central del crimen haya estado asociado al género, aunque, al analizar los casos, no se puede descartar la incidencia de este aspecto en el delito. Cuatro homicidas fueron identificados e imputados. A ninguno se le aplicó el agravante de femicidio. En los restantes cinco casos los homicidas están prófugos.
En uno de los casos la víctima había sido pareja anteriormente de quien la mató, pero se determinó que el homicidio no tuvo vínculo con esta relación y el agresor fue declarado inimputable. En otro caso se determinó que la mujer fue asesinada por un hombre que la conocía y con quien se negó a tener relaciones sexuales, pero el caso fue considerado “homicidio simple”.
En ocho de los nueve casos se presume que hay un vínculo entre el homicidio contra la mujer y alguna cuestión de narcotráfico o conflicto criminal: un “ajuste de cuentas”, un tiroteo en el marco de una transacción fallida, o una “venganza” o “cobro de deuda” de un varón que tenía relación con la mujer asesinada.
Una mujer fue asesinada por una “bala perdida” que se dio en un tiroteo asociado a una transacción de drogas; otra mujer fue asesinada por un familiar que tenía uso problemático de drogas y le robó además de matarla; a otra mujer la mataron y descuartizaron personas vinculadas a una boca de venta de drogas; otra mujer fue asesinada en un ataque que iba dirigido a su pareja y otra por una deuda asociada al narcotráfico que tenía su padre; otra mujer fue asesinada como represalia tras haber robado una boca junto a su pareja; a otra la fueron a buscar a su casa para matarla en un caso que se asoció a un delito de drogas conexo, y a otra le dispararon en la calle en circunstancias que se desconocen pero que se catalogó como un “ajuste de cuentas”, como asesinan a la mayoría de los varones.
Caso a caso
La primera mujer asesinada fue la primera víctima de homicidio de 2023: el 1º de enero un hombre la asesinó en su casa en Brazo Oriental. Llegó al lugar y preguntó por ella. Ingresó y le disparó en la cabeza. Al salir, le disparó a un hombre que estaba en la puerta, al que le había preguntado por la mujer. La mujer murió en el lugar y el hombre fue trasladado a un centro de salud. La Fiscalía de Homicidios de 1er turno a cargo del fiscal Carlos Negro investiga el caso.
La segunda mujer asesinada tenía 18 años, la mataron el 10 de enero en la Unión. Le dispararon en el pecho en la calle, en las inmediaciones de Fray Bentos y Félix Laborde. La Fiscalía de Homicidios de 2º turno a cargo de Mirta Morales investiga el caso.
La tercera mujer asesinada tenía 70 años y fue atacada por su vecino, de 60 años, que había sido su pareja tiempo atrás y tiene un problema de salud mental. La atacó con un machete y después le disparó con un arma de fuego. Cuando la Policía llegó al lugar, le disparó al hombre –que estaba armado– en una pierna para que depusiera su actitud. La mujer fue trasladada al Hospital de Rocha, donde falleció al otro día. El agresor fue imputado como autor inimputable de homicidio, por lo que se dispuso su internación en el hospital Vilardebó. Tenía delirios paranoides. No se imputó el agravante por femicidio porque, si bien habían tenido una relación sentimental hace más de diez años, la fiscal entendió que no fue por desprecio basado en género sino por las problemáticas que presentaba el agresor. La fiscal aclaró que la calificación a futuro puede variar y no descartó la imputación por femicidio si se encuentran elementos que configuren este agravante. La Fiscalía de Rocha a cargo de Josefina García investiga el caso.
La cuarta mujer asesinada tenía 49 años. La mataron y su cuerpo fue encontrado el sábado 21 de enero dentro de los tubulares del Cementerio del Norte. El cuerpo estaba sin los miembros y tenía la cabeza separada del tronco. La mujer había desaparecido días antes, su casa estaba desordenada y no estaban ni el perro ni el auto. Se allanó una boca del barrio Goes en la que se detuvo a dos hombres y se encontró el auto de la mujer. Uno de ellos tenía una tobillera electrónica que lo ubicó en el lugar del crimen y donde se descartó el cuerpo. Fue imputado por un delito de homicidio simple y un delito de hurto en régimen de reiteración real. Se dispuso su prisión preventiva. Mario D’Elía, jefe de Policía de Montevideo, dijo que la intención del homicida de la mujer que fue mutilada era “mantener relaciones sexuales” y que tras una discusión la mató, entre el 14 y el 15 de enero. A pesar de esto, no se consideró que fuera un femicidio hasta el momento. Por otra parte, se allanó otra boca en Neptunia, donde se detuvo a un hombre que fue imputado por un delito de estupefacientes. En el lugar estaba el perro de la mujer. La Fiscalía de Homicidios de 3er turno a cargo de la fiscal Adriana Edelman investiga el caso.
La quinta mujer asesinada tenía 45 años y la mataron en Neptunia norte, Canelones, el lunes 23 de enero. Llegó a un centro de salud de Pinamar junto a su pareja, que indicó que cuando estaban llegando a su casa en Pitanga casi Ibirapitá hubo una balacera. Un disparo ingresó por el parabrisas trasero, que estaba cubierto por un nailon porque estaba roto. La bala impactó en la nuca de la mujer. Un hombre, que era el objetivo original de los disparos, fue detenido. Se le incautó una moto y medio ladrillo de marihuana. Fue imputado por tenencia de droga no para consumo porque tenía 300 gramos de marihuana. La Fiscalía de Atlántida de 2º turno a cargo de la fiscal Eliana Travers investiga el caso.
La sexta mujer asesinada tenía 18 años. La mataron el lunes 30 en Punta de Rieles. Fue baleada en la calle en las inmediaciones de Hidra y Pasaje Colibrí. Fue trasladada por un auto particular a un centro de salud, donde falleció. Se presume que el ataque iba dirigido a su pareja. La Fiscalía de Homicidios de 3er turno a cargo de Adriana Edelman investiga el caso.
La séptima mujer asesinada fue Giuliana Lara. Tenía 27 años y fue asesinada junto a su hijo, de 8 años, en Paysandú. Ambos fueron asesinados y sus cuerpos fueron trasladados a un monte en Paysandú. Dejaron de verlos el lunes 30 de enero. El hermano de la mujer y tío del niño, que convivía con ellos, fue detenido tras la desaparición. Se presume que fueron asesinados en la casa que compartían y sus cuerpos trasladados al monte en el que fueron encontrados. El hombre fue liberado por falta de indicios. El martes 31 se lo observó en la moto de Giuliana haciendo varios viajes, cargando bolsas hasta el monte en que encontraron a las víctimas. Se presume que en las bolsas estaban los cuerpos. Los cuerpos fueron encontrados el viernes 3 de febrero. El hombre volvió a ser detenido y fue imputado por homicidio especialmente agravado por el parentesco. Se dispuso su prisión preventiva mientras continúa la investigación. La Fiscalía de Paysandú de 4º turno a cargo de la fiscal Cecilia Irigoyen investiga el caso.
La octava mujer que fue víctima de homicidio en lo que va del año tenía 35 años. Fue asesinada en la localidad 18 de Mayo, en Canelones, el sábado 4 de febrero. Dos hombres llegaron a su vivienda ubicada en la calle Sellanes “para reclamarle por una deuda” que tenía su padre con ellos. Le reclamaban dinero y droga que el hombre se habría apropiado. Desconocían que el día antes el padre de la mujer había sido detenido por la Policía que le incautó los estupefacientes que le reclamaban y dinero. Le dieron dos disparos a la mujer: uno en el pecho y otro en el brazo. Fue trasladada a un centro de salud, donde falleció por las heridas.
La novena mujer asesinada tenía 25 años y estaba en situación de calle. La mataron el 20 de febrero mientras dormía en Flor de Maroñas, en Juan Tomás Núñez y Smidel. La mujer dormía en un resguardo improvisado con nailon en la calle cuando dos hombres se aproximaron y uno de ellos le disparó en el pecho. La víctima fue trasladada a un centro de salud, donde se constató su fallecimiento. Al momento del ataque, la mujer llegó a reconocer al autor: “¿Qué hacés, Nico?”, le dijo antes de ser ejecutada. Horas antes, su pareja, un hombre de 30 años, recibió un disparo en el pecho a una cuadra del lugar y permanece en grave estado. Se presume que la mujer y su pareja habían robado una boca de drogas días antes. Un adolescente y un adulto fueron detenidos e imputados. Los dos son integrantes de un grupo criminal que opera en la zona de Villa Española. La Fiscalía de Homicidios de 2º turno a cargo de Mirta Morales investiga el caso.