Una investigación realizada por el ilustrador Sebastián Santana permitió encontrar en el aeropuerto de Melilla el avión Hawker Siddeley HS-125, con matrícula 5-T-30/0653, que fue utilizado para el traslado clandestino de los detenidos desaparecidos Nelson Santana y Gustavo Inzaurralde, militantes del Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) que fueron trasladados desde Asunción a Buenos Aires el 16 de mayo de 1977.
El avión podría haber estado involucrado en otros traslados clandestinos realizados en el marco del Plan Cóndor y era utilizado por el dictador argentino Emilio Eduardo Massera (1976-1978).
Según informó Página 12, los datos del avión fueron presentados ante el juez federal Daniel Rafecas por la abogada Flavia Fernández Brozzi y su colega Rodolfo Yanzón en la causa que investiga los centros clandestinos conocidos como Atlético, Banco y Olimpo.
Los querellantes pidieron a la Justicia argentina la preservación del artefacto para utilizarlo como evidencia de la coordinación represiva entre las dictaduras de la región y evaluar su traslado a Argentina.
En diálogo con la diaria, Santana contó que la circunstancia que lo llevó a buscar el avión fue que estaba trabajando en una producción de un audiovisual sobre el Plan Cóndor en la que se eligió el caso de Santana e Inzaurralde como paradigmático, dado que además involucraba el traslado de los militantes argentinos José Luis Nell, Alejandro Logoluso y Dora Marta Landi.
A partir de la matrícula del avión, que constaba en documentos de la dictadura paraguaya, comenzó la búsqueda para conocer qué tipo de avión era: “Yo quería ver cómo era el avión o si podía ver un avión similar, y se me dio por copiar la matrícula, ponerla en un navegador de internet y buscar imágenes a ver qué aparecía; creo que ni siquiera puse la palabra avión y empezaron a aparecer fotos de un avión, bien [de la] época del 70, pero en la cola decía 5T30653 y no 5730653, entonces digo: ‘Tengo un código de siete letras y hay un solo carácter que es distinto y no es tan distinto en términos gráficos’”.
Así comenzó un periplo de búsqueda de información y chequeo de datos en el que se fueron involucrando varias personas y documentos, tras el cual se llegó a la conclusión de que el avión había sido erróneamente registrado por la dictadura paraguaya y que efectivamente era el que estaba abandonado en Melilla, tal como mostraban los registros hallados por Santana.
Según los documentos de la dictadura de Alfredo Stroessner conocidos como “Los archivos del terror” , que fueron recuperados en 1992 por el abogado y activista en derechos humanos Martín Almada, los uruguayos Santana e Inzaurralde fueron detenidos el 28 de marzo de 1977 en Asunción del Paraguay, a donde habían llegado con la intención de viajar a Brasil y desde allí exiliarse en Europa.
En el operativo de detención participaron agentes de inteligencia argentinos y uruguayos que pertenecían a un grupo de coordinación de las dictaduras que había sido creado en Asunción a principios de abril de ese año. Los militantes fueron trasladados al Departamento de Investigaciones de la Policía, donde funcionaba un centro clandestino de detención y tortura.
El jefe de Contrainformaciones del Ejército uruguayo, el entonces mayor Carlos Calcagno, fue responsable de los interrogatorios a los detenidos.
Según la información de la dictadura de Stroessner (1954-1989), los militantes del PVP fueron trasladados en el avión encontrado en el aeropuerto de Melilla, perteneciente a la Armada argentina, y se estima que Calcagno los trasladó de Buenos Aires a Uruguay, aunque no hay suficiente evidencia de ese traslado.
“Fue el agente uruguayo que intervino para señalarlos como subversivos y expresar la voluntad del gobierno uruguayo para esos dos casos. Su traslado posterior está registrado. Si llegaron a Uruguay o desaparecieron en Argentina, es algo muy difícil de establecer”, señala el pedido de procesamiento con prisión de Calcagno realizado por la Fiscalía.
En setiembre de 2010 Calcagno fue procesado con prisión por la Justicia uruguaya como coautor de dos delitos de desaparición forzada por su responsabilidad en los crímenes contra Santana e Inzaurralde, sobre quienes el militar envió información al Servicio de Información y Defensa.
Cuando Calcagno declaró por esta causa ante la entonces jueza penal de 7° turno, Mariana Mota, dijo que viajó a Asunción sólo para interrogar a los militantes sobre el robo de la bandera de los Treinta y Tres Orientales del Museo Histórico Nacional, realizado en julio de 1969 por la Organización Popular Revolucionaria (OPR-33).
Calcagno, que falleció en mayo de 2013, también estaba siendo investigado por la Justicia paraguaya por su responsabilidad en la desaparición del militante del Partido Comunista Paraguayo Federico Tatter, opositor al régimen de Stroessner.