Para consolidar su poderío, el narcotraficante uruguayo Sebastián Marset logró controlar toda la cadena de producción del negocio, desde la producción cocalera en la región boliviana del Chapare hasta la venta en mercados del este europeo y otros destinos exóticos.
Trazar esas líneas rectas implica contactos que garanticen el pasaje por los puertos de la hidrovía, el cruce oceánico, y el arribo a las terminales de África y Europa. Y finalmente otra vez la vuelta a la región, para lavar ese dinero en empresas y emprendimientos que el clan Marset desarrolló en Uruguay, Paraguay y Bolivia.
Un entramado con esas características requiere muchas piezas. Marset se apoyó principalmente en su núcleo familiar, pero también involucró a otros uruguayos que están siendo investigados por la Justicia. Los documentos policiales y judiciales que se han generado sobre la operativa de Marset permiten realizar una primera aproximación a un “álbum familiar” que, seguramente, todavía no se terminó de completar.
Gianina García Troche. Pareja de Sebastián y pieza clave en el esquema delictivo, según revelan varios informes de Inteligencia policial. Tiene 30 años y dos hijos de Marset, de 6 y 5 años, que tampoco han sido ubicados por la Policía de Bolivia tras la fuga de la mansión de Santa Cruz de la Sierra.
En 2018 fue investigada por el homicidio de Alfredo Rondán, amigo de la infancia de Marset. El hecho ocurrió en la rambla de Las Toscas, a metros de la casa en la que ambos vivían en ese momento. Marset fue imputado y luego el caso se archivó en el juzgado de Atlántida por falta de pruebas, aunque todavía persisten muchas dudas sobre los detalles del crimen.
Según la investigación A Ultranza, Sebastián y Gianina se instalaron en Paraguay en 2020 y se vincularon a diversas “organizaciones criminales preexistentes”, entre ellas, el poderoso Clan Insfrán. En mayo de 2021, García Troche conformó una sociedad anónima, Grupo San Jorge SA, razón social de la automotora Total Cars. Figuraba como la presidenta de esa empresa, con el 75% de las acciones, y su cuñada, la paraguaya Gloria Torales Peralta, aparece en el registro como “síndico titular” de esa sociedad anónima.
La policía paraguaya también constató que García Troche presentó un certificado de trabajo falso como “agente de transporte”. En ese documento apócrifo figuraba como empleada de una empresa llamada Kuarahy SRL, que se dedicaría al transporte carretero dentro del Mercosur. En A Ultranza terminan definiendo a la esposa de Marset como “facilitadora, administradora y testaferro” del esquema de lavado de activos que montó la organización criminal en los últimos años.
Mauro García Troche. Al igual que su hermana, tiene una alerta roja de Interpol. La Policía sospecha que está en Uruguay, al punto que esta semana allanó una chacra en Empalme Olmos y detuvo a su padre, liberado unas horas después. La última residencia que se le conoce al cuñado de Marset es una casa en el barrio Ycua Sati, en Asunción, pero también vivió en la estancia 23 de Abril, un establecimiento rural de 270 hectáreas en el departamento de Paraguarí.
García Troche figuraba como administrador de ese emprendimiento ganadero, donde la Policía paraguaya registró maquinaria agrícola de última generación y “costosas inversiones en infraestructura”, entre ellas, una pista de aterrizaje y una “lujosa vivienda”. El campo está a nombre de la empresa Summun, que tiene incluso una marca de ganado propia.
Otro informe de la Policía Nacional de Paraguay lo define como una persona de “altísima confianza” de Marset y lo señala también como directivo de la ya mencionada automotora asunceña Total Cars. Tras la operación A Ultranza, que desarticuló la organización criminal de Marset en febrero de 2022, la Justicia paraguaya lo imputó en rebeldía por los delitos de narcotráfico, asociación criminal y lavado de dinero. Una informante lo señaló en 2020 como uno de los responsables del traslado de cocaína en camiones, entre Asunción y Montevideo. García Troche vivió en Uruguay, en la zona de Piedras Blancas, al menos hasta el 25 de enero de 2020, cuando viajó rumbo a Brasil desde el aeropuerto de Carrasco en un vuelo comercial de la línea Azul, con destino final a Asunción, para visitar a su hermana. La pareja de Mauro es la ya mencionada Torales Peralta.
Diego Nicolás Marset Alba. Medio hermano de Marset, de 21 años. Tiene documentos uruguayos, brasileños, bolivianos y paraguayos, pero su centro de operación ha estado en Bolivia, donde sería el “nexo” con organizaciones locales que se dedican a la producción de cocaína.
La policía de Bolivia allanó esta semana su casa en Santa Cruz de la Sierra y una estancia ubicada en Guarayos, a 300 kilómetros de esa ciudad, pero no logró ubicarlo. El Servicio General de Identificación Personal de Bolivia informó que en noviembre de 2022 fue detenido en una oficina de esa dependencia cuando intentaba sacar una cédula de identidad boliviana. Fue liberado unas horas después y los funcionarios que tomaron esa decisión están siendo investigados.
En la investigación policial paraguaya consta una prohibición de salir del país de julio de 2020, dictada por un juzgado de Garantías de la ciudad de Luque. También aparece como propietario de un lujoso Audi de color blanco, un dato que llamó la atención de los investigadores.
Sebastián Alberti Rossi. Es el cuñado de Marset, tiene 28 años y está prófugo de la Justicia uruguaya desde abril de 2021, cuando se fugó de la cárcel de Juan Soler, en San José. Fue imputado por homicidio en setiembre de 2020 y cumplía prisión en Punta de Rieles, pero en 2021 consiguió su traslado a una cárcel de baja seguridad, desde donde logró escaparse cuando iba a sacar la basura en el centro de reclusión, acompañado por una custodia. La investigación de la Policía uruguaya logró determinar que el 4 de abril, el día anterior a la fuga, su pareja, Jimena Katherine Marset, viajó desde el Aeropuerto de Carrasco con destino a Brasil. La Policía boliviana detectó que ingresó a Bolivia, bajo el nombre de Ademar Cheneibo Arauz y lo identifica como uno de los cabecillas de la estructura liderada por Marset.
Edgar Enrique Marset Díaz. El padre de Sebastián tiene 52 años y también aparece en los documentos de la Inteligencia paraguaya. Con base en fuentes de la Policía uruguaya, la investigación A Ultranza lo conecta con la Operación Árabe de marzo de 2021, a cargo de la fiscal de Estupefacientes, Mónica Ferrero.
En ese operativo se incautaron más de 600 kilos de cocaína y se desbarató un esquema empresarial que se había montado en el litoral uruguayo en torno a la producción agropecuaria, uno de los sellos característicos del clan Marset. En los documentos, Marset Díaz figura como uno de los administrativos de la automotora Total Cars. En una escucha telefónica de noviembre de 2021 se reproduce un diálogo entre su nuera, Gianina, y una mujer que se llama Merchi. Durante el diálogo, se quejan porque el uruguayo (le dicen “señor Enrique”) se pasa “creando problemas” en Asunción.
Federico Santoro Vasallo. La Justicia paraguaya lo investigó como uno de los empresarios que lavó dinero para el clan Marset. Es propietario de una agencia de viajes con sucursales en Asunción y Ciudad del Este, y también está vinculado a casas de cambio “que se utilizan para el envío y recepción de grandes sumas de dinero del exterior”. Un documento de la Inteligencia policial paraguaya relata los detalles de varias reuniones que mantuvo con Marset en junio de 2021, algunas en un local de Medialunas Calentitas en el barrio asunceño de Villa Mora (en Paraguay funcionan varias franquicias de esa empresa puntaesteña).
Tiene antecedentes penales por trata de personas (desde su agencia de viaje enviaba “bajo engaño a jóvenes paraguayas al extranjero”, según el informe policial) y fue investigado como presunto encargado de trasladar a los tripulantes del avión iraní Emtrasur que estuvo en Paraguay y Argentina, y que Uruguay no dejó aterrizar.
La Policía paraguaya logró identificar una casa de veraneo a orillas del lago Acacay, en Ciudad del Este, donde Santoro Vasallo guardaba embarcaciones y autos de alta gama. En esa zona también tenía una residencia el empresario paraguayo Mauricio Schvartzman, que fue asesinado mientras Marset estaba preso en la cárcel de Dubái. Una de las escuchas telefónicas de A Ultranza señalan al narco uruguayo como el responsable de ese crimen.
Rodrigo Fontana Ferreira (Loli). Está investigado como presunto socio de Marset en varios embarques de cocaína para Europa. Fue extraditado desde Brasil a Uruguay en setiembre de 2022 y tenía un pedido de captura internacional por los delitos de tráfico de armas y drogas. Fontana nació en Argentina, pero centró su actividad en Rivera, donde la Fiscalía Especializada en Crimen de Narcotráfico, Homicidios y Delitos Conexos lo detectó en setiembre de 2018, en el marco de la Operación La Niña. En esa operación, Fontana fue identificado en la calle y logró escapar, pero en la corrida perdió su celular, dejando información a la Policía sobre la fabricación y el tráfico de armas de fuego y explosivos entre Uruguay, Brasil y Paraguay. Fue detenido el 4 de marzo de 2021 en Santana de Livramento, lo que habilitó su extradición a Uruguay. Además, es investigado en la causa sobre las amenazas a la fiscal especializada en Estupefacientes, Mónica Ferrero, y el atentado a la Brigada Antidrogas, ocurridos en mayo de 2020.
Richard Chávez Martínez. La investigación de Inteligencia paraguaya lo identificó como un colaborador de Marset y parte de su círculo de confianza. El uruguayo de 34 años registra varios viajes entre Uruguay y Paraguay entre 2020 y 2022, pero no está determinado que tenga algún vínculo con la organización criminal.
Mariano García Troche. Es uno de los cuñados de Marset, que se radicó en Asunción y frecuentaba la empresa Total Cars. Su vínculo con las actividades criminales no fue determinado por la investigación de la Policía paraguaya.
Jimena Marset Cabrera. Es hermana de Sebastián Marset y viajó varias veces a Asunción. Es pareja de Sebastián Alberti Rossi. Inteligencia paraguaya no pudo determinar si tiene un rol en la organización criminal de Marset. En julio de 2023 la Policía boliviana la identificó en Santa Cruz, como parte de las personas que fugaron con Marset.
Christian Marcelo Latorre Long. El mediocampista uruguayo fue detenido tras la fuga de Marset. Jugó hasta hace un mes en Blooming, un cuadro de la Primera División de Bolivia. Tiene 36 años y en Uruguay jugó en Juventud, El Tanque Sisley y Liverpool.
Lucas Casavieja Grande. Es un exjugador de Colón que en abril de este año viajó a Bolivia para sumarse a Los Leones El Torno. Al igual que Latorre, fue detenido por la Policía boliviana y estará en prisión preventiva por seis meses, mientras se lleva adelante la investigación, para determinar cuáles eran sus vínculos con Marset.