Familiares de los hinchas de Peñarol que permanecen detenidos en Río de Janeiro por los incidentes ocurridos en la previa del partido por la semifinal de la Copa Libertadores ante Botafogo se reunieron con el subsecretario Nicolás Albertoni para analizar la situación y analizar qué pasos puede dar la cancillería, en su comunicación con su par brasileña, para destrabar la situación, que mantiene a los dos uruguayos incomunicados.

Tras el encuentro, el abogado de los familiares, Rodrigo Rey, dijo a la diaria que la reunión fue “muy fructífera” y explicó que las autoridades expresaron su disposición a avanzar en contactos con las autoridades brasileñas. Aclaró que no se trata de que el Ministerio de Relaciones Exteriores haga gestiones consulares o diplomáticas dentro del proceso judicial, sino de la posibilidad de que la situación sea considerada en el marco del derecho internacional humanitario.

“No pretendemos generar un incidente procesal sobre esto, lo que queremos es que haya una manifestación de interés humanitario por la situación de los compatriotas”, afirmó el abogado.

De los 21 hinchas de Peñarol que permanecen en Brasil esperando el avance de su causa, dos permanecen detenidos y no pueden comunicarse con sus familiares. Se trata de Ezequiel y Alexis, que permanecen en prisión preventiva porque los jueces consideraron que al tratarse de extranjeros existe riesgo de fuga. Los familiares plantearon al canciller su preocupación por la situación psicológica de los jóvenes, que suman 70 días sin poder comunicarse con sus familiares.

Los incidentes entre hinchas de varios equipos brasileños y los parciales carboneros comenzaron en la madrugada del 23 de octubre en el hotel en el que descansaba el equipo uruguayo, en momentos en que hinchas del Botafogo hacían ruido fuera del hotel. Horas después, sobre el mediodía, hubo varios desmanes en Praça do Pontal, en Recreio, el punto de encuentro establecido por Peñarol, desde donde estaba previsto que salieran 35 ómnibus rumbo al estadio olímpico Nilton Santos. Allí, la Policía Militar de Río de Janeiro reprimió a los parciales uruguayos con balas de goma y gas pimienta, y detuvo a 130 personas.