El abogado Carlos Maslatón cobró notoriedad en la década de 1980 como cofundador de UPAU, el brazo universitario de la Unión de Centro Democrática (UCD), un partido que congregaba a la derecha liberal-conservadora tradicional y logró un peso considerable en la capital argentina. Más tarde, con la fervorosa adopción de ideas y figuras liberales por parte del peronista Carlos Menem (1989-1999), UPAU y la UCD perdieron mercado y quedaron reducidas a meros sellos.

Tras cumplir un mandato como concejal de la ciudad de Buenos Aires, Maslatón se dedicó a las finanzas. En 2002 recibió una indemnización millonaria de Patagon, empresa que había sido vendida al Banco Santander por 750 millones de dólares. En el ocaso del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, un programa de radio y Twitter devolvieron al expolítico a la esfera pública. Polemista hasta la provocación, empático con rivales hasta el desconcierto, Maslatón es una rara avis en el campo liberal argentino: denuncia el terrorismo de Estado sin eufemismos, combate a los “gorilas” y, lejos de los pronósticos catastrofistas que son regla en la derecha, avizora un inédito período de crecimiento para Argentina, que –según él– ya comenzó.

Hoy hace dinero con las finanzas y oficia de “puntero gratuito” de Javier Milei a caballo de una retórica chispeante, típicamente porteña. En entrevista con la diaria, trazó los principales desafíos para el postulante de extrema derecha. El diálogo tuvo lugar en el departamento de Maslatón en el piso 18 del emblemático edificio Kavanagh, inaugurado en 1936 en una de las cuadras más bellas de la ciudad, frente a la plaza San Martín, en el barrio de Retiro.

Milei es un candidato que creció a través de las redes sociales y la televisión, pero sin partido, ni estructura, ni aliados con experiencia. ¿Cómo podrá sostener su proyecto en las elecciones nacionales de 2023?

Es una dificultad real que incluye tres aspectos. El primero son las personarías jurídico-políticas para competir en todo el territorio y en las jurisdicciones provinciales y municipales. El segundo punto son los candidatos y la estructura militante, ya que no hay una historia. Se necesita gente con mucho tino y habilidad. El tercer punto es con quién gobernás y qué plan hacés. En orden de dificultad, lo más difícil es ordenar las cabezas de distritos. Tenés que hacer un trabajo para descubrir quién es leal y quién es traidor, quién sabe y quién no sabe, quién es chorro y quién le pegó a la esposa, y quién se mandó una quiebra. Necesitás un equipo central de 50 operadores coordinando las 24 provincias. Eso hoy está en formación y hay problemas internos entre grupos. La segunda dificultad es el riesgo de que te compren las personerías de partidos. El tercer aspecto es el que menos me preocupa. Milei sabe lo que tiene que hacer en economía y en qué orden. Ya tiene resuelto 60% del problema. El ejercicio del gobierno lleva a que las ideologías se desdibujen entre los procesos legislativos y judiciales.

¿Cuál es su relación con Milei y el partido La Libertad Avanza?

Soy externo, aunque parezca que estoy ahí. Es una relación político-personal, no de amistad. Conocí a Milei cuando tenía un programa radial, hace ocho años. Lee todo lo que escribo, intercambiamos mensajes, pero es irrelevante lo que yo piense. Lo bueno es que yo tengo la libertad plena para opinar. Su genialidad y su crecimiento pueden suplantar la debilidad del aparato político.

¿La debilidad en el armado partidario abre el riesgo de que algún competidor, poder fáctico, capitalista del juego o narco termine prestando la estructura?

Si llega a venir un narco y se infiltra, va a dañar a Milei porque generaría un escándalo. Por eso estoy preocupado si en un distrito se elige a una cabeza de lista que no sea la mejor. Yo puedo pensar una cosa desde afuera y los armadores efectivos, otra.

En las últimas semanas, el armado nacional recayó en [el exjefe de prensa del ministro de Economía de Menem y Fernando de la Rúa Domingo Cavallo] Carlos Kikuchi. ¿Por qué lo preocupa?

Porque se está relegando a otro sector que viene de antes, que son los legisladores de la Ciudad [Ramiro] Marra y [Eugenio] Casielles. Son tipos muy importantes, que armaron la cosa hasta ahora, pero, por algún motivo, está prefiriendo inclinarse sobre Kikuchi, a quien conozco desde hace 40 años como un hombre de la prensa.

¿Qué opinión le merece Kikuchi?

Un buen jefe de prensa.

¿Honesto?

¿Qué es honesto; si recibe valijas [con sobornos]?

Si recibe valijas, trafica información o extorsiona.

Nunca lo vi hacer eso. No tengo ningún registro de ninguna conducta improcedente.

Otro desafío es cómo completa Milei una burocracia de gobierno si llega a ganar.

Acá hay una ventaja que no tienen los demás partidos e ideologías. La idea de Milei es derogar gran parte de las funciones estatales. Va a necesitar desarmadores de funciones públicas. Requerirá muchos abogados de derecho administrativo, economistas y otras 5.000 personas. Deduzco que va a derogar entera la Secretaría de Comercio: eso no debe existir en nuestra visión. Ya habló del Ministerio de la Mujer, algo más simple de eliminar.

Milei es duro, hasta insultante contra lo que denomina “casta política”, pero es mucho menos confrontativo a la hora de hablar de los empresarios. De hecho, trabajó para un contratista de la obra pública y concesionario de los aeropuertos (Corporación América). ¿La meta es acordar con empresas que manejan buena parte de la economía argentina?

En materia de contrataciones, compras del Estado y concesiones, por supuesto que la valija en su gobierno va a ser inadmisible. Estoy seguro porque conozco su honestidad. Por supuesto que no soy ingenuo y puede poner a uno que resulte un ladrón. La probabilidad es baja.

¿Es más fácil cuestionar a un diputado que tiene diez asesores o al Ministerio de la Mujer que a empresarios oligopólicos?

En la visión liberal, pensamos que si liberás las variables de la economía, esa posibilidad de manejo oligopólico o de cartelización no existe. Esos privilegios y tendencias son derivados de la misma acción del Estado. Si hay gente privada interesada en que ese problema exista, no va a tener una recepción en el gobierno de Milei.

La biografía de la derecha liberal argentina muestra una relación consustancial con dictaduras y terrorismo de Estado. ¿Qué representa Milei para esa tradición?

Eso es injusto, sinceramente. No sé si me estás reporteando a mí o me estás preguntando sobre el sector. Yo fui opositor al gobierno militar desde mis 17 a mis 24 años. No salí a combatirlo, pero todo mi sentimiento fue contrario al golpe, a toda la gestión económica y a la violación de los derechos humanos. Puedo decir desde el liberalismo que condené en mis más duros términos el golpe y todo lo que se hizo de 1976 a 1983. Hubo terrorismo de Estado y desaparecidos, y Milei piensa igual. No discuto la cifra, porque si lo hago estoy entrando en una suerte de negacionismo, quitándole gravedad. Conozco el número de la Comisión Nacional de Desaparición de Personas, cerca de 8.000, y el de 30.000 de los organismos. No lo discuto. Te lo digo desde la derecha liberal. La gente que pertenece a esta organización no escribe a favor del golpe de 1976 ni justifica las violaciones de los derechos humanos.

Ricardo Bussi, hijo del fallecido represor condenado a prisión perpetua, con quien Milei se acaba de aliar en Tucumán, reivindica el terrorismo de Estado.

¿Lo hace? ¿Qué querés que le haga?

También, con menor intensidad, lo hace Victoria Villarruel, la segunda diputada nacional de La Libertad Avanza, que sostiene la teoría de los dos demonios.

No. Yo condeno al Ejército Revolucionario del Pueblo [ERP] y a Montoneros. ¿Vos me podrías decir que adhiero a los dos demonios?

No, porque imagino que no equipara en la balanza la dimensión de sus violencias y ni la responsabilidad.

Los grupos de tareas clandestinos son lo peor que hay, pero una cosa no justifica la otra. ERP y Montoneros pudrieron la democracia argentina. El 25 de mayo de 1973 [cuando asumió la presidencia el peronista de izquierda Héctor Cámpora], la democracia estaba ganada y el pacto ya era “nunca más un golpe de Estado”. La izquierda trotskista y Montoneros no dejaron gobernar al peronismo y llevaron a un desastre interno, primero con la Triple A y después con el golpe.

Carlos Maslatón.

Carlos Maslatón.

Foto: Enrique García Medina

¿El proceso de Memoria, Verdad y Justicia corre algún riesgo con Milei?

No hay riesgo. Incluso Victoria Villarruel hace hincapié en las víctimas del ERP y Montoneros, pero no la oí hablar a favor de los grupos de tareas. ¿Vos querés que yo sea como soy o como lo que a vos te gustaría que sea para que puedas denunciar a la derecha?

¿Esta postura liberal se extiende a los derechos civiles, como el matrimonio homosexual con adopción, la libertad migratoria y la interrupción del embarazo?

Facilísmo. Nosotros somos los fundadores de la tolerancia al que es sexualmente no oficial. Estoy en círculos liberales desde hace medio siglo y ya discutíamos en esa época. Bienvenidos, trans, transformistas, travestis, con adopción de niños. Sobre el aborto, Milei y yo pertenecemos a grupos provida, aunque yo no incriminaría a nadie por el aborto. Dejaría el tipo penal en desuso. Sí me gusta un Estado que promueva y premie los nacimientos.

Milei genera atractivo en grupos de la mano dura policial. El recorte de presupuestos y oficinas estatales va a generar protestas y descontento. ¿Es previsible un aumento de la represión?

No va a pasar nada de eso. No estoy partiendo del supuesto de que el plan económico de Milei es recesivo inicialmente y que el ajuste va a generar menor actividad y desocupación. El plan de Milei va a generar una expansión económica y una demanda laboral intensa. Falta un año y medio para que él asuma y Argentina ya está para arriba. En 2017, cuando se caía el plan de [el expresidente Mauricio] Macri, mis análisis técnicos preveían que la recesión iba a cesar en octubre de 2021. La caída argentina terminó y el país está fuertemente para arriba, no por mérito de Alberto Fernández ni de su ministro de Economía. Es a pesar de ellos. Si Milei llega y toma unas cuantas medidas monetarias, cambiarias, fiscales y tributarias, lo único que hace es darle más fuerza a la subida de la actividad.

¿Cuántos empleados le sobran al Estado argentino, según su visión?

Dicen que son 3,5 millones de empleados públicos en el país, pero el gobierno nacional tiene unos 500.000 y el resto está en provincias y municipios. En la administración pública no existe un despido como en el sector privado, sino que es un proceso que va a llevar años. El plan económico traerá una liberación de las fuerzas de la economía, no el ajuste fiscal. Lo que no se puede repetir acá es lo de los años 90. “Tomá, tenés 50.000 dólares y no vuelvas más. Arreglate como puedas”. Eso salió mal, no se va a repetir.

Tanto Milei como usted son muy críticos con el jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, pero no tanto con Mauricio Macri o Patricia Bullrich. ¿Por qué ese trato diferente a políticos que formaron parte del mismo gobierno, sin ninguna disidencia relevante?

Macri resultó un irresponsable en el manejo de los fondos públicos y las finanzas del Estado. Mandó a [el exministro de Finanzas Luis] Caputo a buscar toda la plata que pudiera por el mundo para pagar baches fiscales, hacer obras y pagar deuda, y a [el expresidente del Banco Central, Federico] Sturzenegger, a retomar el dinero que el BCRA [Banco Central de la República Argentina] emitía para pagar el Tesoro, ofreciendo una tasa de interés superior a la expectativa de devaluación. La bicicleta financiera se da vuelta y la deuda queda para el Estado. No sé cuántos del gobierno lo entendían, seguro que Caputo sí. Es el fraude financiero y total más grande de la historia. Para colmo, Macri llama al Fondo Monetario [Internacional, FMI]. Macri me pareció un tipo al que no le importaba gobernar; pensaba que era una joda y se sentía una especie de monarca de un régimen constitucional. No creo que pueda volver. Larreta no es todo esto. Es un tipo muy eficiente con un cerebro totalmente colectivista. Tiene la idea de que todo lo que existe es porque lo permite o autoriza el Estado. Es muy peligroso. Es un comunista eficiente, por eso prefiero al comunista del Partido Comunista argentino o a un peronista, porque todo termina siendo una joda y al final no pasa nada tan grave. Con Larreta van a pasar cosas muy graves. Para nosotros, el principal enemigo es Larreta. Es buen político, está obsesionado con esto y, además, tiene plata. No tiene popularidad, eso sí.

¿Qué dinámica política permitiría una victoria de Milei en 2023?

Creo que el peronismo va a quedar en tercer lugar por primera vez en la historia, producto de un mal gobierno que ni siquiera sabe aprovechar la dinámica favorable. El kirchnerismo consideró que el acuerdo con el FMI era muy malo. Yo les dije: “No saben lo que están haciendo”. El acuerdo es pésimo, pero el país va para arriba. Ellos pensaron que se iba a dar un escenario de 2001, con un canje de deuda que empujaría al país para abajo. Esta vez se hace el canje con el fondo y los ciclos de la economía se sobreponen a los avatares de la política económica. Veo un triple empate. Si la gente ve que en las primarias Milei está ahí, se rompió la polarización. El balotaje es nuestro.

¿Atraerán votos peronistas o progresistas?

De los dos lados. La pregunta a quién le saca votos Milei: a los dos. Tiene un tema generacional, que es la juventud, militancia invaluable que puede ayudar a reemplazar al aparato. Con la UCD, en los años 80, teníamos la franja de Núñez, Belgrano, Palermo, Barrio Norte y Recoleta [barrios de clase media alta y alta], y sacábamos 37% y 38%, pero en Flores [clase media] sacábamos 10%, y en Lugano y La Boca [clase media baja y baja], 5% y 4%. Milei sacó 17% y estuvo entre 15% y 18% en toda la capital, con tendencia alcista en Lugano, Soldati y Mataderos, por arriba de Barrio Norte. Este fenómeno de cobertura de toda la sociedad, independientemente del nivel patrimonial. El voto espontáneo que tiene es una base impresionante para ganar que nunca vimos en nuestro sector político.

¿Podría comenzar un período de reducción de la inflación que se complementaría con tres años consecutivos de crecimiento alto entre 2021 y 2023, y eso favorecer a Alberto Fernández u otro peronista?

La inflación no va a bajar, va a subir. Esta inflación no es por déficit de presupuesto y la impresión monetaria, sino por la salida al alza argentina. Se están actualizando precios que en la comparación internacional eran miserables. Además, los ingresos de las familias están subiendo, pero nadie lo quiere reconocer porque queda lindo llorar “cómo hace la gente para llegar a fin de mes”. La prueba de que el ingreso sube es que tenés sobreconsumo en todos lados. El gobierno no lo supo explicar. Se autoasustaron y asustaron a toda la población con la inflación. Tendrían que haber dicho que iban a subir los precios, pero más los ingresos. De lo único que hablan es de la inflación como un abuso de los formadores de precios, cualquier estupidez. Está liquidado el gobierno. Vas a tener una economía fuertemente al alza con un gobierno en decadencia; a veces puede darse, como se da a la inversa.

Usted denunció la compra de la candidatura del diputado José Luis Espert por parte de Rodríguez Larreta. ¿Cómo fue?

Entre las PASO [elecciones primarias] de 2019 y la primera vuelta, Espert arregló con Larreta. Gonzalo Díaz, que era jefe de la campaña de Espert, reconoció en un zoom que se habían afanado la guita barrani [en negro, no registrada] y que Larreta les dio plata. Después, en 2020, Espert lo llamó a Milei y comenzaron a hacer cinco actos por mes. Pero en febrero de 2021, Espert desapareció. Larreta se empezó a preocupar mucho por Milei. Fueron con la maleta Rosales y Espert. “Esto es para vos, te lo manda Larreta. Bajá el perfil y vas quinto en la lista de diputados”. Milei es como si fuera un cristiano del siglo I, un esenio del sur de Jerusalén. Cuando se pelea, se pelea para toda la vida.

¿De cuánto dinero fue el ofrecimiento de Espert a Milei?

300.000 dólares.

¿Dónde fue el encuentro?

No sé, pero sé que ocurrió. Lo tengo por varias fuentes.

¿Milei es una?

Inclusive Milei y asesores de Milei que saben de esto. Fue en febrero de 2021. Milei les devuelve la maleta y les dice: “Se van a la concha de su hermana”. Por eso es que repentinamente, de un día para otro, no se los ve más juntos.

¿Por qué no lo denunciaron?

No es ilegal, es una inmoralidad. Yo le puedo pagar algo a un tipo para que haga o deje de hacer una cosa, para que milite o no milite.

Está el problema del origen de los fondos.

98% por ciento del gasto político es barrani, porque los fondos que el Estado otorga a los partidos están sometidos a un monitoreo que la Justicia nunca aprueba y te dicen pelotudeces. Y va la AFIP [agencia tributaria] al aportante privado y le pide que justifique los fondos. Nadie se va a someter a ese escrutinio absurdo de la justicia financiera argentina. ¿Es ilegal? Está lleno de ilegalidades el mundo. Cuando la norma es muy absurda, tenés que ir barrani.

Sebastián Lacunza, desde Buenos Aires.