Deporte
Esto es Peñarol: pelota al piso, combinaciones en velocidad y presión de la buena. La otra cara, la hija de las derrotas de los últimos años que volvió pesadas varias de las mochilas más recientes, parece haber desaparecido. Al menos, el equipo de Diego Aguirre transmite la sensación de canalizarla de otra manera. Como si por cada deuda pendiente hubiera un motivo más para empeñarse en cumplir con un libreto agradable a los ojos pero también efectivo. El partido ante Liverpool fue tan duro como bien ganado.