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Martín Rodríguez

Nicolás Lodeiro, de Uruguay, Nelson Barahona, de Panamá, y Diego Rodríguez, de Uruguay, ayer, en el estadio Centenario · Foto: Nicolás Celaya
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Colachata, alfombra y calefacción

A los 19 minutos Uruguay ya anotaba el segundo gol. Saltaba a la vista una diferencia clara entre las posibilidades celestes y las panameñas. El partido de despedida de la selección olímpica se desactivó rápido. El equipo de Tabárez no le pasó por arriba a su rival, pero en general controló un juego en el que los centroamericanos lucieron demasiado livianos pese a algunos interesantes aportes individuales. Hubo avances respecto del encuentro ante Chile del miércoles 11, aunque es probable que el adversario haya sido inferior.
Christian Rodríguez tras convertir el tercer gol de Uruguay ante Perú. · Foto: Sandro Pereyra
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Dio trabajo

La celeste empezó muy bien ayer contra Perú y terminó ganándole bien 4-2, pero entre una cosa y otra se le complicó.
Facundo Píriz, Matías Cabrera, Alexis Rolín y Álvaro Recoba, tras el gol de Rolín, primero de Nacional ante Wanderers,
ayer en el Parque Central · Foto: Sandro Pereyra
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Ta, ta, ta, ta, tabla anual

La vuelta olímpica será cuestión de los tricolores o de Defensor, pero todavía no se sabe quién se beneficiará de la doble chance que regala la tabla que acumula el puntaje del año. Por eso Nacional fue el ganador silencioso del domingo. Mientras Defensor festejaba la obtención del Clausura, superaba merecidamente y 2-0 a Wanderers. Aseguró la llegada a la última etapa con dos valiosos puntos de ventaja.
Álvaro Recoba e Israel Damonte, luego del clásico ante Peñarol, en el estadio Centenario · Foto: Fernando Morán
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Contigo aprendí

Se profundiza una tendencia. Peñarol propone buenos clásicos, pero Nacional los gana. Los aurinegros se imponían al minuto y estuvieron dos veces en ventaja. Jugaron un muy buen primer tiempo y un complemento al menos correcto. Pero los tricolores disimularon otra tarde floja con una contundencia envidiable. Remontaron repetidamente y lo dieron vuelta para ganar 3-2. Negocio redondo: mantienen dos puntos de ventaja en la anual, mientras Peñarol queda a cinco y está a punto de perder el año.
Fabián Estoyanoff y Rodrigo Mora, ayer, tras el primer gol de Peñarol ante Wanderers, en el estadio Centenario. · Foto: Nicolás Celaya
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Atacar sin defensa ajena

Muy de vez en cuando la distancia entre las expectativas y los hechos es tan grande como la que resultó de la disputa del partido entre Peñarol y Wanderers. No porque Peñarol no pudiera ganarlo. Más bien, por cómo derrotó a uno de los equipos más respetables del Clausura. La victoria fue incuestionable pero, más que eso, sorprendió la disparidad de los rendimientos.
Nicolás Olivera, ayer, tras convertir el segundo gol de Defensor Sporting ante Wanderers,
en el estadio Luis Franzini. · Foto: Javier Calvelo
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El mejor de los nuestros

Con un gol de Nicolás Olivera a los 89’, Defensor se quedó con uno de los mejores partidos del año y derrotó a Wanderers por 2 a 1. Transformó una idea en hecho: el señalado como mejor equipo en rendimiento, ahora también es el mejor de la tabla del Clausura pese a que debe un encuentro. Lo que hicieron los bohemios vuelve más grande la victoria.
Hinchada de Liverpool durante el partido ante Cerro en Belvedere. · Foto: Pablo Nogueira
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Sufre y sigue

Liverpool volvió a ganar y mantiene la punta en el Clausura tras una fecha con sólo cinco partidos.
El capitán de Liverpool, Carlos Macchi, ayer, tras la victoria ante Bella Vista en el Parque Nasazzi · Foto: Pablo Nogueira
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Nunca visto

Liverpool lidera el clausura tras ganar los cuatro partidos que jugó, sin que Tenfield haya transmitido ni uno solo de ellos por televisión.
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Vivo y directo

Ante las cámaras televisivas que le negaron a otros, Cerro aprovechó el inicio del Clausura para demostrar ante Cerrito que tiene con qué honrar la buena campaña que estiró durante dos tercios del torneo anterior. Rentistas le iba ganando a Cerro Largo cuando los arachanes empataron en la hora. Pero lo más difícil de explicar es el empate del Viera: pocas veces un equipo que genera todo lo que Wanderers ante Danubio se va de la cancha sin los tres puntos en el partido que no fue televisado.
Nicolás Olivera, de Defensor Sporting, y Mauro Óbolo, de Vélez Sarsfield, anoche, en el
estadio Luis Franzini. · Foto: Javier Calvelo
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Envelezados

Cuando un equipo gana por tres goles de diferencia se dispara el término “goleada”. La palabra se asocia con ese predominio marcado de un equipo sobre otro que a veces vuelve aburridos los partidos. Futbolísticamente, no hubo tal desnivel entre Vélez Sarsfield y Defensor Sporting.
Marcelo Zalayeta, ayer, tras convertir el segundo gol de Peñarol ante Caracas en el estadio Centenario. · Foto: EFE, Iván Franco
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Seguro de vida

Los hinchas de Peñarol se dieron todos los lujos que se dan los hinchas cuando su equipo golea. Aplaudieron tiros que terminaron en el talud y centros pifiados. Pero antes gritaron cuatro goles. Azúcar suficiente para edulcorar cualquier final. O para empalagar, si se trata de una serie a dos partidos, en la que el derrotado Caracas deberá remontar un 4-0 para cambiar lo que ya no cambiará.
Emiliano Albin festeja su segundo gol ante Palestino, ayer en el Centenario.  · Foto: Victoria Rodríguez
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De Sauce llegan noticias

Peñarol ganó la final del primer torneo de verano, que se disputó en el estadio Centenario entre la noche del viernes y la de ayer. A primera hora, Nacional se quedó con el tercer puesto.
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Soñado

En la hora, Nacional dio vuelta el clásico con diez, desplazó a Peñarol del segundo puesto y quedó a dos puntos de Danubio.
El árbitro asistente Milcíades Saldívar es atendido tras la agresión sufrida anoche en el Parque Central. · Foto: Victoria Rodríguez
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AUchi

Nacional era superado futbolísticamente por Universidad de Chile, que lo derrotaba 2-0 y se encaminaba a eliminarlo de la Copa Sudamericana en segunda fase cuando un rollo de serpentina cayó de la preferencial tribuna José María Delgado e impactó en la cabeza del primer asistente, que de inmediato quedó tendido en el piso. Tras siete minutos de juego detenido, el estadio entero se dio cuenta de que el árbitro Antonio Arias había suspendido el partido.