Deporte
Los hinchas de Peñarol se dieron todos los lujos que se dan los hinchas cuando su equipo golea. Aplaudieron tiros que terminaron en el talud y centros pifiados. Pero antes gritaron cuatro goles. Azúcar suficiente para edulcorar cualquier final. O para empalagar, si se trata de una serie a dos partidos, en la que el derrotado Caracas deberá remontar un 4-0 para cambiar lo que ya no cambiará.