El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres, dijo este miércoles a la radio Sarandí que durante el Consejo de Ministros la propuesta de suspender las clases presenciales, “la verdad, y con total franqueza, vino dada por las autoridades de la educación”, y agregó: “Me refiero al presidente del Codicen [Robert Silva], que estuvo durante toda la reunión, y el ministro de Educación y Cultura [Pablo da Silveira]. Ellos mismos nos plantearon la idea de la suspensión de la presencialidad a partir de hoy y hasta el final de la Semana de Turismo”.

Esta medida levantó varias críticas, entre ellas la de Pablo Cayota, exintegrante del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, quien en su cuenta de Twitter tuvo un intercambio con Da Silveira. Por un lado, Cayota comentó: “Al final las escuelas no fueron lo último en cerrarse. Tienen que ser lo primero en reabrirse. Publiquen el cronograma: no se sabe por cuánto tiempo se cierran. Volver con obligatoriedad y presencialidad plena. Ola de enojo y tristeza entre niños y jóvenes. ¿No vale su opinión?”.

A esto Da Silveira le respondió: “Las escuelas se cierran ahora para aprovechar el asueto de la semana que viene. La pérdida de tres días de clase se traduce en 12 días corridos en los que se reduce la movilidad de casi 800.000 personas. Eso es ahora, no en mayo o junio. Las prioridades siguen siendo las mismas”.

Da Silveira dijo a la diaria que el sistema educativo se enfrenta a la virtualidad “mucho mejor que hace un año”. Destacó que se “avanzó mucho en materia tecnológica” y se desarrollaron nuevos recursos, como el programa de televisión que se produjo en conjunto con Plan Ceibal.

El ministro opinó que “las familias hoy están mucho más familiarizadas con esos recursos, de modo que sin que eso sustituya la presencialidad, siempre lo decimos, para nosotros la presencialidad es un componente esencial, la virtualidad va a rendir como nunca un gran servicio a los uruguayos”.

Retorno “paulatino” luego de Semana de Turismo

La decisión del gobierno apunta a volver a clases luego de la Semana de Turismo de forma paulatina y escalonada, empezando por el nivel inicial. Consultada por el tema, la directora general de Primaria, Graciela Fabeyro, aseguró a la diaria que el calendario de regreso es algo que definirá en conjunto el Consejo Directivo Central (Codicen) en la sesión de este jueves y se les comunicará a las familias.

“Va a ser progresivo para ir ambientando la escuela, tomando las medidas. Todo el tema de los auxiliares estaba difícil, porque teníamos mucho personal afectado, como yo misma, que estoy en cuarentena; después de Turismo va a ser paulatino e incremental, pero eso lo va a decidir el Codicen de forma conjunta y vamos a informarlo”, comentó.

La visión de los sindicatos

Varios sindicatos expresaron su opinión sobre las medidas que tomó el gobierno, entre ellos el de los trabajadores de la enseñanza privada (Sintep). Opinan que “las decisiones adoptadas por el gobierno son notoriamente insuficientes y marcadamente insolidarias” y señalan con preocupación la situación del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU), cuyas autoridades “no han dado señales claras sobre cómo se van a implementar las medidas restrictivas en los programas de primera infancia y en la educación no formal en general. Esta falta de organización afecta a más de 700 centros educativos”, afirman.

Por su parte, el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, escribió un mensaje que fue replicado por la Federación Uruguaya de Magisterio-Trabajadores de la Educación Pública (FUM-TEP), a la que pertenece. Según opinó, el atraso en la entrega de alimentos de esta semana es un ejemplo de que “en la educación no hay un plan, ni las previsiones adecuadas a las circunstancias. Están respondiendo a situaciones previsibles sin planificación”. Además de cuestionar que auxiliares y directores tengan que ir a las escuelas, Pereira pidió medidas “para un retorno más seguro” y reclamó más diálogo entre autoridades y trabajadores.

Familias: “gran tristeza y preocupación”

Familias Organizadas de la Escuela Pública recibió “con gran tristeza y preocupación” la noticia de la suspensión de las clases presenciales, “porque nuevamente las infancias y adolescencias quedan relegadas”, opinó en diálogo con la diaria Natalia Cámara, del colectivo que nuclea a familias de distintas escuelas del país. Cámara reconoce la gravedad de la situación epidemiológica, pero considera que la medida no se corresponde con la sugerencia de los científicos de que la escuela sea lo último que se cierre. “No fue lo último, faltaron muchísimas medidas que se deben tomar antes de cerrar las escuelas”, aseguró, y añadió que para las familias las decisiones “hay que tomarlas en función del riesgo, no genéricas; hay escuelas que estaban pudiendo funcionar”.

Más aún, consideró que el gobierno debe “proteger al sistema educativo para garantizar la apertura de los centros”, entre otras cosas, invirtiendo en auxiliares de limpieza, cargos para desdoblar grupos o medidas para contar con suplentes en caso de cuarentenas de los docentes. Además, desde el colectivo apuntan que “no hay claridad sobre el cronograma de regreso” y que no está previsto “cómo garantizamos la virtualidad; los primeros años, por ejemplo, no tienen sus ceibalitas”.