El vértigo habitual de Argentina hizo que un canciller que estaba volando en un avión para representar al país en la cumbre de la Celac en México arribara a esa nación ya sin ostentar el cargo y declinara participar. Se trata de Felipe Solá, quien lideró el Ministerio de Relaciones Exteriores desde que comenzó el gobierno de Alberto Fernández y fue reemplazado dentro de un conjunto de cambios en el gabinete tras la crisis política por la derrota en las elecciones del 12 de setiembre. Su reemplazante fue el mismo que lo llamó para comunicarle la noticia: Santiago Cafiero, quien efectuó la comunicación aún bajo su antiguo rol de jefe de Gabinete.

De repasar su historial político se desprende que Cafiero es un hombre del riñón del presidente argentino: fue su jefe de campaña en la elección de 2019, luego designado como mano derecha dentro del Ejecutivo y, tras los cimbronazos de los últimos días —cuando se apuntaba que la vicepresidenta Cristina Fernández quería la remoción del jefe de Gabinete—, fue trasladado a la cancillería.

Cecilia Todesca, una economista que formó parte del Grupo Callao —un think tank ligado a Alberto Fernández al que también pertenecían el ahora canciller y otros ministros, como Matías Kulfas— recorrió el mismo camino que Cafiero: pasó de vicejefa de Gabinete a la Secretaría de Relaciones Económicas Internacionales de la cancillería, cargo que ocupaba hasta ahora Jorge Neme y que se vincula a las negociaciones del Mercosur, informó la agencia de noticias Télam.

Según fuentes del gobierno uruguayo, existe buena relación entre el canciller uruguayo, Francisco Bustillo, y Cafiero.

Fuentes diplomáticas argentinas dijeron a la diaria que pese a los movimientos en la cancillería se mantendrá la misma línea de acción. Esto incluye la diferencia con Uruguay vinculada a la posibilidad de negociar tratados comerciales con terceros países por fuera del Mercosur, paso que el gobierno de Luis Lacalle Pou anunció que recorrerá —tras no lograr avanzar con la propuesta de flexibilización del bloque— al iniciar un estudio de prefactibilidad de un acuerdo con China.

Esa noticia fue comunicada en una conferencia de prensa por el gobierno uruguayo hace dos semanas, y si bien el canciller Francisco Bustillo informó que se comunicó con sus pares del Mercosur, aún no hubo una instancia formal de reunión del bloque regional. Esto ocurrirá el miércoles y jueves, con el encuentro del Grupo del Mercado Común (GMC), órgano ejecutivo del Mercosur que se reúne al menos cada tres meses y dirige el bloque entre las reuniones más esporádicas del Consejo del Mercado Común —que integran cancilleres y ministros de Economía—.

En el GMC hay representantes de las cancillerías de cada país y de los ministerios de Economía. Según informó el portal argentino BAE, en esta instancia los delegados del gobierno de Alberto Fernández pretenden avanzar en la búsqueda de un acuerdo con Brasil para rebajar el arancel externo común —la tasa aplicada a las importaciones extrabloque—. Además, el mismo medio consignó, en base a fuentes oficiales, que se va a “pedir explicaciones” a Uruguay y se buscará saber cuáles son los planes con China.

La postura argentina es que si bien cualquier socio del Mercosur puede entablar conversaciones y realizar distintos acuerdos con otros estados, no está permitido avanzar en los temas arancelarios por fuera del bloque. Cualquier negociación de este tipo, según la posición del país vecino y que también respalda Paraguay, debe tener el aval de los otros integrantes del Mercosur. Uruguay no concuerda con esto y entiende que Brasil acompaña esta postura, ya que el presidente Jair Bolsonaro y su ministro de Economía, Paulo Guedes, son partidarios de flexibilizar el bloque regional.

Las fuentes diplomáticas argentinas consultadas por la diaria dijeron que “un TLC [con China] no sería compatible” con la normativa del bloque, y que está “la idea de que se informe” por parte de Uruguay sobre este último anuncio. Igualmente, no confirmaron que ese pedido de información sea en la reunión del GMC del miércoles. Otra posibilidad, según relataron, es esperar a que sea Uruguay el que dé el primer paso, en el entendido de que aún no hay nada firmado con China, sino un anuncio público del gobierno de Lacalle Pou.

Desde el lado uruguayo la visión es que la notificación a los socios sobre el avance con China ya fue realizada por Bustillo, y no se planteará el tema dentro del GMC. En caso de que exista un planteo de alguna otra delegación, se evaluará dar una respuesta.