El Comité de Emergencias Agropecuarias se reunirá este jueves para definir si es viable recomendar al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) que declare la emergencia agropecuaria en algunos puntos del país, en especial en el oeste, dado que existe déficit hídrico, según informaron desde la cartera a la diaria . Agregaron que analizarán las condiciones y predicciones climáticas en el corto y largo plazo -es decir, si hay lluvias o no para paliar la situación-, además del índice verde, que consiste en saber cómo crece el pasto o la disponibilidad de agua que hay en el suelo. Esto lo estudia el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) con base en sensores remotos.

Este mediodía, en rueda de prensa, el titular del MGAP, Fernando Mattos, dijo que la decisión se tomará con base en datos “objetivos” de la situación del déficit hídrico. Rememoró que en buena parte del invierno hubo emergencia agropecuaria en vastas zonas del país y que incluso continúan brindando ayuda entregando fardos a productores rurales. “Este sería el tercer año consecutivo que estaríamos declarando emergencia agropecuaria. Estamos en un modo sequía en casi toda esta etapa, con variables interrumpidas por algunas lluvias”, aseveró, y agregó que están previstas algunas lluvias para los próximos días pero no se sabe cuál será su magnitud y “qué grado de reversión de las consecuencias negativas que ha tenido esta sequía”.

Mattos afirmó que el sector que más preocupa y donde prevén hacer foco es el de los granos: “Tenemos los cultivos que son esenciales para la formación de los precios como el trigo, que es fundamental para el abastecimiento de la harina. Ojalá esto se revierta, cada día que pasa y no se confirman las lluvias es un grado más de compromiso del potencial productivo de estos cultivos que se han realizado por altos costos de los agroquímicos y de los propios combustibles por los efectos de la guerra Ucrania-Rusia”, apuntó.

Por otra parte, expresó que hay un problema de disponibilidad de agua en áreas rurales que se tiene que resolver. En ese marco, sostuvo que es un tema de “carácter social”, que debería instalar el gobierno. “Las consecuencias productivas son las más importantes y a esos efectos estamos atentos. Tal vez esta misma semana deberíamos declarar la emergencia agropecuaria en algunas zonas del país con base en información objetiva”, sostuvo.

Aseguró que por lo menos hasta fin de año “no es muy auspicioso” el panorama, por lo tanto “cualquier lluvia es bienvenida”, y que si no hay una reversión en las próximas semanas se entrará a tener dificultades en lo que es la ventana de “siembra ideal” de los cultivos de verano.

Estas declaraciones se dan luego de que por unanimidad la Cámara de Representantes solicitara al MGAP que decrete la emergencia en el suroeste del país. La fundamentación que promovió el representante blanco de Colonia Mario Colman se basa en la preocupación de familias de productores rurales, así como de asociaciones del agro y trabajadores.

Justificación

Según datos brindados por el Sistema Nacional de Información Agropecuaria, apuntaron los diputados, “estas últimas semanas se ha agravado la situación, y si bien se avizoran lluvias a mediano plazo, las dificultades y los daños en algunos sectores ya son casi irreversibles”.

En ese sentido, indicaron que el suroeste del país “es la zona que más está sufriendo este déficit de agua”. Aludió que este es el tercer año del fenómeno natural denominado Niña de “forma consecutiva, con cultivos muy comprometidos, primavera sin pasto, sin alimentos para los animales y sin una producción de reservas forrajeras que habitualmente se confeccionan por estas épocas”.

Esto quiere decir que “no sólo condena la producción de ahora, la producción actual, sino que hipoteca la producción venidera, del próximo verano, del otoño y del próximo invierno”. Asimismo, lamentaron que es visible “la baja en los ríos y la gran cantidad de arroyos y tajamares secos, situación que afecta a diferentes producciones del sector agropecuario, principal motor de la economía de nuestro país, generador de miles de fuentes de trabajo a lo largo y ancho del territorio nacional”.

A su vez, recordaron que la situación hídrica que se vive hoy en el país es “idéntica” a la de 2008. “En este año los cultivos fueron malos en volumen y calidad, trayendo consecuencias económicas catastróficas, y por ende en este contexto es innegable el impacto esperable en los cultivos como trigo, cebada o colza”, señalaron.

Asimismo, alertaron que las consecuencias en la ganadería y la lechería no serán sólo a nivel productivo, sino que además “aumentarán los costos de mantenimientos de los ganados, teniendo en cuenta los aumentos importantes de suplementación y costos en prospección y distribución de agua”.