El Parque Rodó, a pasos de sus ferias navideñas, fue sede de un acto del Frente Amplio (FA) en la tarde noche de este jueves. Centenares de militantes y decenas de dirigentes se acercaron a escuchar al presidente de la fuerza política, Fernando Pereira, y a la vicepresidenta, Verónica Piñeiro, además de algunas bandas musicales, para conmemorar los 106 años del nacimiento de Liber Seregni, que se cumplieron el martes.
El acto sirvió para que los frenteamplistas reafirmaran que están en condiciones de volver al gobierno en 2025 y que, a su entender, van bien encaminados. Uno de los que más repiten ese concepto es Pereira, que ya lleva casi un año en la presidencia del FA y que se ha puesto a la vanguardia de la iniciativa “El FA te escucha”, con la que varios dirigentes recorrieron todo el país a lo largo de 2022 y tienen pensado repetir en 2023.
En diálogo con la diaria, dijo que el balance del año es “muy positivo” porque se tuvieron “1.500 reuniones” con distintos sectores de la sociedad. “Volvimos al seno del pueblo, conversamos con empresarios, ruralistas, trabajadores organizados, sindicatos, cooperativistas, los feminismos, [gente vinculada al cuidado del] ambiente, al animalismo, y esto llena al FA de información, pero sobre todo hoy conocemos mejor la sociedad que hace un año. Eso es mucho para una fuerza política que pretende volver para volver a transformar”, señaló.
Consideró que el FA “está mejor parado que todo el resto” para las elecciones de 2024, pero aún no es posible hablar de favoritismo porque eso sólo se verá “el último domingo de octubre” de ese año. Igualmente, consideró que “el FA va a volver”, pero “siempre que actúe con unidad, con amplitud y con generosidad”.
Durante el acto, Pereira bromeó con el viento que azotaba a esa hora en la rambla de Montevideo: “Son vientos de cambio”. La oración le sirvió para agregar que, si el FA vuelve al gobierno, lo hará para “cambiar en favor de los más débiles”.
Luego hizo referencia a un planteo que algunos militantes les hacen a los dirigentes en un contexto político en el que los dos principales temas de agenda son los vinculados al exjefe de seguridad presidencial, Alejandro Astesiano, y al narcotraficante uruguayo Sebastián Marset. “Muchos nos piden que el discurso del FA sea más duro, que llevemos ministros al Parlamento, que nuestra dureza se haga carne”, pero “lo que está en discusión es en qué país queremos vivir, en qué democracia queremos vivir, en qué mundo queremos vivir, y para eso se necesita unidad nacional, generosidad, amplitud”. En este sentido, dijo que verán al FA “denunciando, pero no alborotando”. “No estamos para dar manija, estamos para construir unidad nacional”, reiteró.
Arriba de la tarima, y también tomando como puntapié el caso de Marset, Pereira cuestionó que “no hay ningún ministro que haya renunciado todavía”, pese a que “por vergüenza o por negligencia”, deberían poner “los cargos a disposición”. “Sientan un poco de vergüenza”, les reclamó.
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De esta forma, consideró que hay jerarcas que “están atornillados a los cargos”, y fue cuando llegó el momento de hablar de lo que, en la interna del FA, fue el tema de la jornada: la falta de acuerdo entre Carolina Cosse y Yamandú Orsi para definir quién de los dos presidiría el Congreso de Intendentes, lo que derivó en la resignación del cargo, que le tocaba a la coalición de izquierda, en favor del intendente de Flores, Fernando Echeverría, luego de que los blancos no aceptaran que los frenteamplistas se dividieran la presidencia en semestres.
“No entienden que hoy Cosse y Orsi hayan decidido, responsablemente, presentarse para compartir el período porque no estamos atornillados a las sillas, no dependemos de estar presidiendo el Congreso de Intendentes para estar en la vida real de los uruguayos”, dijo Pereira.
Olmos: Un “episodio lamentable” porque antepusieron “intereses personales a los colectivos”
Una de las cuestiones centrales del asunto es que, casi con seguridad, Cosse y Orsi serán precandidatos a la presidencia de la República en 2024 y, según las primeras encuestas, la puja interna los tendrá a la cabeza, por encima de otras opciones. En ese contexto, la presidencia del Congreso era vista –así lo entendían varios dirigentes– como una posibilidad de tener visibilidad en el interior durante 2023.
No hubo acuerdo para definir quién presidiría, el Partido Nacional no les llevó la propuesta de dividir el período, ante esa respuesta tampoco hubo acuerdo para definir quién sería el presidente y también se descartó que sea Andrés Lima, de Salto, quien tome la posta. En diálogo con la diaria, dirigentes analizaron que era preferible resignar la presidencia en favor de los blancos y así tener el argumento de que el oficialismo negó dividir la presidencia, en vez de evidenciar la falta de acuerdo entre Orsi y Cosse pasándole la posta a Lima.
En la interna frenteamplista son varios los que entienden que esta falta de acuerdo entre los dos principales exponentes de la coalición de izquierda, presuntamente por anteponer intereses personales antes que colectivos, no puede pasar.
Así lo evidenció, por ejemplo, el diputado Gustavo Olmos, del sector Fuerza Renovadora –liderado por Mario Bergara–, en su cuenta de Twitter. “Tristeza Não Tem Fim. Caso de manual de anteponer intereses personales a los colectivos. Podemos y debemos rendir más, muchachada”.
En diálogo con la diaria, Olmos dijo que “el sentido común frenteamplista” implica que quienes tienen cargos de responsabilidad “nos pongamos de acuerdo”. “Alguien cede y terminamos en una posición única, pero acá no se logró eso y es un problema”, lamentó.
Olmos recordó cuando Orsi manifestó públicamente que, si los blancos no aceptaban la propuesta de dividir el período, cedería y dejaría que Cosse fuera la presidenta. “Había un camino de zanjar el asunto y evidentemente algún ruido hubo en el medio y esa solución no fue posible”, apuntó. Consultado acerca de si a medida que avance la campaña electoral son esperables más episodios como este, dijo que, si bien se trató de “un episodio lamentable”, seguramente sea “puntual”. “Si pensara que esta dinámica se va a seguir repitiendo, mi preocupación sería mayúscula”.
En tanto, otro dirigente, el senador José Carlos Mahía, de Asamblea Uruguay –sector que lidera Danilo Astori–, dijo a la diaria que se trató de “un error sólo atribuible a nosotros mismos”, en referencia a la fuerza política.
Otros dirigentes consultados por la diaria manifestaron incomodidad por la situación y consideraron que se trató de un caso de “necedad” para que ninguno de los dos “saque ventaja” sobre el otro.
Pereira: “No estuvieron en la conversación”
Consultado por la diaria acerca de estos cuestionamientos, Pereira, quien tuvo una reunión con los intendentes el 2 de diciembre para zanjar la situación, respondió con una crítica: “No estuvieron en la conversación, a veces también hay que esperar a que se expliquen las cosas”.
Pereira recordó cuando en 2018 la presidencia del Congreso de Intendentes se dividió en semestres, con el colorado Marne Osorio y la nacionalista Adriana Peña, y dijo que para el FA, “por su estrategia, era necesario compartir” la presidencia en 2023. “No lo votaron los intendentes blancos, eligieron al intendente de Flores y nosotros gustosamente lo votamos. No hacemos de esto un drama, para 2018 aplicaron una regla de juego, para 2022 otra. Ellos son los que tienen que explicar, no nosotros”.
Piñeiro: un programa con “cambios sustantivos y verdaderamente transformadores”
Durante su oratoria, Piñeiro dijo que el FA debe apuntar a formular un programa de gobierno que tenga el objetivo de “recrear la esperanza en una sociedad mejor”, con “propuestas de cambios sustantivos y verdaderamente transformadores”. “Necesitamos un programa para construir una sociedad aún más libre, verdaderamente igualitaria, que potencie las capacidades de cada uno de los que nacen u optan por vivir en nuestro país y que tenga un fuerte compromiso con la protección ambiental”, señaló la vicepresidenta del FA.
“Pero nuestra capacidad para cambiar la sociedad no sólo depende de que podamos desarrollar propuestas programáticas, tenemos que generar las condiciones políticas para que esos cambios sean posibles. Para esto necesitamos un FA más grande, con sectores más fuertes, con más y mejores comités de base, con más militantes y más adherentes y con vínculos más fuertes y estrechos con el mundo social. Un programa sin capacidad política para llevarlo adelante es letra estéril”, sentenció.