Lucía Topolansky renunció al Senado este miércoles, tal como lo había adelantado semanas atrás. No concurrió a la cámara alta, sino que presentó una carta de renuncia en la que aclaraba que durante los 22 años que fue legisladora siempre tuvo “un despacho de puertas abiertas” y que por la pandemia su trabajo ha sido “intermitente” y su “despacho ya no pudo recibir como antes”. Agregó que “por varias razones no pude adaptarme al trabajo por Zoom, por tanto he decidido presentar renuncia a mi banca” y agradeció tanto a los legisladores de todos los partidos como a los funcionarios del Palacio Legislativo. Su cargo lo asumió el hasta ahora diputado del MPP por Canelones Sebastián Sabini.

Alejandro Sánchez y Liliam Kechichian fueron quienes tomaron la palabra para rendirle homenaje desde su fuerza política, el Frente Amplio. Luego habló Sebastián da Silva por el Partido Nacional, Germán Coutinho por el Partido Colorado y Guido Manini Ríos por Cabildo Abierto. Además, la vicepresidenta, Beatriz Argimón, dedicó unas palabras a la senadora. En el Parlamento, luego de esa despedida, se decidió hacer un minuto de silencio en homenaje al senador Eduardo Bonomi, que falleció el 20 de febrero.

Sánchez, que pertenece al Movimiento de Participación Popular (MPP), que fundó Topolansky, aseguró que se trata del final de una etapa parlamentaria pero que ella se mantendrá trabajando “como militante, con la gente”.

Recordó que los inicios políticos de Topolansky fueron como militante estudiantil de la Facultad de Arquitecura y que, siendo hija “de una familia de buen pasar, entendió que había que abrazar la causa de los que no tenían la misma condición que ella y decidió poner su vida al servicio de los más pobres, de los más humildes”. “La Lucía militante es la que se sumó a las causas de su tiempo y decidió poner el cuerpo también para asumir que las ideas y las prácticas tienen que ir de la mano, que no se puede ser coherente si uno no se pone primero al frente”, argumentó Sánchez.

Recordó que pasó por la Junta Departamental de Montevideo y que siempre estuvo trabajando en su barrio, Rincón del Cerro. Ingresó al Parlamento como diputada en el año 2000 “y tuvo la capacidad de comprometerse a ser una oposición responsable y trabajar y seguir zurciendo para ensanchar las bases sociales de apoyo a nuestra fuerza política para llegar en 2005 a ser gobierno”. “Más allá de cualquier otra situación de enfrentamiento, siempre abrazó el amor y nunca el odio”, agregó. Mencionó también que en su primera legislatura, junto a otros diputados, armó el “despacho móvil” y comenzó a recorrer el país.

Destacó que en 2017 pensó en abandonar el Senado “y se privó de hacerlo” porque tuvo que asumir el compromiso de la vicepresidencia de la República tras la renuncia de Raúl Sendic, siendo la primera mujer en la historia del país en llegar al cargo.

“A lo largo de su vida Lucía ha hecho honor a ese compromiso de respetar al que piensa distinto, y confrontar fuertemente, pero siempre dejó el espacio para poder escuchar a otros y otras. Sabiendo que cada uno de nosotros representamos a un pedacito de nuestro pueblo”, destacó.

Por su parte, Kechichian dijo que “Lucía Topolansky forma parte de la mejor historia de este Parlamento y de la historia nacional misma; es imposible el relato de este último cuarto de siglo parlamentario sin tener en cuenta y sin considerar todo lo que su presencia y su acción han contribuido a consolidar, primero como diputada, luego como senadora”.

Recordó que Topolansky estuvo siempre vinculada a temas como vivienda, ganadería, ciencia y tecnología, educación y cultura, ambiente y territorio, salud, presupuesto y asuntos administrativos del Parlamento, y siempre lo hizo “en defensa de los más necesitados”. Además, agradeció particularmente sus acciones a favor del acceso a la verdad histórica y su pedido de verdad para el pueblo armenio.

Kechichian definió a Topolansky como una “articuladora por excelencia”, con un “talante que la llevó a la búsqueda permanente de ámbitos de diálogo, promotores de aspectos posibles y superadores de la diferencia o de las visiones encontradas que muchas veces se dan en este ámbito”.

Asimismo, enfatizó que “Lucía es, y lo seguirá siendo hasta el final de sus días, una mujer fundamentalmente política, ella repite que de la política la sacan con los pies para adelante”. Entiende que es “símbolo de un tiempo, de una forma comprometida de concebir y honrar la vida. Lucía, en sus coincidencias y discrepancias, es una mujer que ha sabido sobreponerse a los avatares, a las emboscadas de los devenires históricos”.

La despedida desde la oposición

En el año 2000 tanto Topolansky como el senador Da Silva iniciaban su vida parlamentaria, y en ese momento, afirmó este martes, el legislador comenzó “a descubrir a la mujer detrás de la leyenda tupamara”. Recordó que en esos años Uruguay atravesó su mayor crisis económica y que mirando desde el presente, “figuras como la de Lucía Topolansky se engrandecen”.

“Lucía Topolansky forma parte de una generación derrotada en la guerra y arrolladoramente triunfadora en las urnas. Las leyendas tupamaras pasaron a ser leyendas de apoyo popular, José Mujica, Eduardo Bonomi, [Eleuterio] Fernández Huidobro, ellos han sido mayoría en las últimas tres elecciones, y eso sí es una mochila pesada para quienes la preceden”, apuntó el nacionalista.

A su turno, Coutinho también recordó haber compartido las últimas tres legislaturas con Topolansky y la calificó como “una senadora de fuste, una adversaria leal, y una gran trabajadora”. En particular dijo que “hay un antes y un después de su presidencia del Senado” gracias a su trabajo de coordinación y avance, y subrayó su capacidad de negociación.

Manini Ríos remarcó que “en el corto período que me tocó actuar con ella quiero resaltar su actitud permanentemente conciliadora, buscando puntos en común, buscando una óptica en común sin puntos de división. Una actitud negociadora permanente, de preocupación por los distintos temas; siempre preguntaba a cada una de las delegaciones de forma exhaustiva, aclarando sus dudas”.

Finalmente, Argimón adhirió a las palabras de los senadores que la antecedieron y enfatizó en el papel de la senadora como mujer política y su preocupación por la renovación generacional en el Senado.