El lunes, en el último día de las sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el canciller Francisco Bustillo brindó un discurso frente a las autoridades internacionales en el que resaltó el compromiso de Uruguay con el combate al delito, con el cuidado del ambiente y la salud mundial, al mismo tiempo que criticó algunos criterios “arcaicos” para “el despliegue de la cooperación internacional, que termina generando efectos adversos, indeseados y altamente negativos”.
Entre los puntos que resaltó Bustillo en su discurso, estuvo la inseguridad. “Es necesario recordar la creciente influencia de la delincuencia internacional organizada, el narcotráfico y el terrorismo internacional. Así como nuestro gobierno se ha trazado como una de sus prioridades el combate a la delincuencia y el narcotráfico para brindarle a nuestra sociedad niveles más elevados de seguridad, reitero el firme compromiso y la cooperación del Uruguay en la lucha contra el crimen organizado y las actividades terroristas a nivel regional e internacional”.
En esta línea, Bustillo recordó el compromiso del país con “la agenda de ciberseguridad y combate al ciberdelito” y, en este sentido, mencionó que Uruguay ha solicitado permiso al Consejo de la Unión Europa para adherir al convenio de Budapest sobre ciberdelincuencia y “abrazar de esta manera la más moderna legislación hasta la fecha para combatir el ciberdelito”.
Entre las críticas que lanzó el canciller, estuvo una mención a que “persiste en el sistema internacional deficiencias que afectan y debilitan el esfuerzo que se ha hecho en pos del desarrollo económico y social de nuestros países”.
Para Bustillo, se establecen algunos criterios para aprobar las ayudas de cooperación internacional que terminan perjudicando a algunos países, entre ellos, a Uruguay. Por ejemplo, mencionó “una concepción arcaica del desarrollo basada en el ingreso per cápita, resultando ello en un ejercicio de graduación que en la práctica constituye un castigo para los países que se encuentran en transición hacia el desarrollo y han logrado una mejor distribución del ingreso”.
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Otro de los puntos en los que el canciller criticó a la comunidad internacional es en la protección de los derechos humanos. “Nos provoca un profundo rechazo ver que en muchos lugares del mundo los derechos básicos de millones de hombres, mujeres y niños son violados de forma flagrante y más aún cuando los perpetradores de esas atrocidades son sus propios gobernantes, que abusan de los mecanismos represivos y violentan sus obligaciones internacionales en la materia”, sostuvo.
En esta línea, subrayó que “esta realidad nos resulta más dura y perturbadora al tener en nuestra propia región de América Latina y el Caribe ejemplos de esa naturaleza”, aunque no mencionó ningún país en particular. Por otra parte, sí mencionó a Venezuela, dentro de un conjunto de países que han incrementado su ola migratoria y “han ocasionado un aumento de los flujos de familias que abandonan sus hogares y sus país buscando seguridad y alivio”.
La multilateralidad, la guerra y la pandemia
Uno de los temas en los que Bustillo hizo énfasis en su discurso fue el compromiso de Uruguay con la multilateralidad. “En este contexto y ante desafíos tan importantes, el multilateralismo no es una palabra hueca o carente de significación, es esencial para ello el fortalecimiento del sistema multilateral del que todos somos parte y constituye un activo en común, es necesario reforzar y mejorar los mecanismos de alcance global y regional para dotarlos de mayor eficacia y alcance preventivo”.
En esta línea, señaló que “la comunidad internacional enfrenta hoy tres retos de gran magnitud, la paz y la seguridad internacional, el medio ambiente y la salud mundial. El sistema multilateral es esencial para abordar estos desafíos, no sólo como principio inspirador, sino también como una herramienta clave para que nuestros esfuerzos resulten eficaces”, y así también ratificó el compromiso uruguayo con el multilateralismo.
El canciller se refirió a la coyuntura internacional, remarcando que el mundo sale de una pandemia que dejó graves secuelas sociales y económicas, y ahora enfrenta las consecuencias del ataque ruso a Ucrania, que nuevamente fue condenado con énfasis.
“Los efectos negativos del conflicto armado se hacen sentir”, dijo Bustillo y agregó: “El impacto sobre el comercio internacional alimenta las tendencias recesivas de muchos países, el déficit de productos agrícolas afecta seriamente a los países importadores de menor desarrollo y la falta de acceso a los mercados mundiales genera inseguridad alimentaria en varias regiones del mundo”.
Otro de los temas que deslizó el jerarca en sus palabras ante la Asamblea General fue el compromiso uruguayo con el cuidado del ambiente. Recordó los acuerdos alcanzados en la última cumbre de Glasgow. Bustillo sostuvo: “Esperamos que los altos niveles de ambición sean respetados por todos los países y se cumpla la promesa de movilizar los recursos financieros para apoyar las medidas de adaptación y mitigación contra el cambio climático; de otro modo, la comunidad internacional habrá perdido otra oportunidad, quizá la última, para enfrentar una de sus mayores amenazas. En caso de frustrarse este esfuerzo, las generaciones futuras tendrán el legítimo derecho de decir que quienes gobernamos en este siglo no hemos estado a la altura”.