La decisión de OSE de cambiar los parámetros para el agua potable al aumentar la salinidad para evitar un desabastecimiento en el área metropolitana, que es producto de la sequía del verano, generó cuestionamientos respecto de los impactos que podría tener en la salud de los consumidores. Incluso propició un pedido de interpelación por parte del Frente Amplio a los ministros de Ambiente, Robert Bouvier, y de Salud Pública, Karina Rando.

Este jueves, en una rueda de prensa, Rando aseguró que “la población en general puede tomar con total seguridad” el agua potable. “Lo que se hizo es que, dada la situación de extrema necesidad, en la cual OSE, por supuesto, tiene que garantizar el suministro de agua a la población, se va a dar la excepcionalidad de parte del Ministerio de Salud Pública [MSP] para aumentar esos valores que hoy en día están normalizados”, excepcionalidad que se da “con la seguridad” de que no es dañina para la población, “a pesar de que sus características de olor y de sabor sean salobres y tal vez no sean tan agradables”.

Según explicó Rando, OSE solicitó al MSP aumentar el cloro a 700 miligramos por litro de agua y el sodio a más de 400, como medida excepcional. Sin embargo, la norma UNIT 833/2008 establece que el valor admitido de cloruro en el agua es de 250 miligramos por litro y el sodio de 200 miligramos. OSE manejaba inicialmente aumentar la primera medida a 450 miligramos y la segunda a 280, rangos menores a los que se terminaron adoptando.

Rando explicó que se elaboró “un informe” y “un estudio a nivel nacional”, además de realizar “encuestas o entrevistas a nivel internacional”, y determinaron que los nuevos valores no afectan la salud, sino “las condiciones organolépticas” del agua, es decir, “el sabor, el olor o el color que pueda tener el agua”.

“Hay muchos países, como por ejemplo Estados Unidos y países de la Unión Europea, que ni siquiera ponen tope en la regulación de estos valores” y son considerados “secundarios”, explicó Rando. Como Uruguay los tiene en cuenta, “OSE los mide, y desde que ha comenzado este tema nos ha informado diariamente cuáles han sido los valores”. En tanto, el MSP “ha hecho una monitorización diaria de los mismos y no ha tenido la necesidad de reportar riesgos para la población, porque el agua es totalmente segura de consumir”, aseguró la ministra.

Asimismo, advirtió que “aquellos pacientes que tengan hipertensión arterial, sobre todo severa, que tengan que hacer dietas muy estrictas en cuanto a su consumo de sodio”, realicen “un control más frecuente de las cifras de presión arterial”, y si ven que se da “un aumento de esas cifras de presión arterial, que consulten a un médico”.

“En la medida de lo posible, tal vez puedan tomar agua que sea embotellada, pero eso es para esa pequeña fracción de la población, el resto de la población puede estar tranquilo de que no hay riesgo para la salud”, sostuvo Rando, y adelantó que “se ha hablado con el Ministerio de Economía y Finanzas” para, de alguna forma, generar alguna “facilidad” para consumir agua embotellada.