“¿Incurrimos nuevamente en la tentación de caer en el tema sobre Marset, cuando lo único que cambia la circunstancia es una entrevista destemplada, inesperada y absolutamente atemporal?”, preguntó el senador blanco Sebastián Da Silva, casi al final de la comparecencia del canciller uruguayo, Francisco Bustillo, ante la comisión de Asuntos Internacionales de la cámara alta. Es que la entrevista de la ex vicecanciller Carolina Ache en Desayunos Informales de Canal 12 reabrió la polémica de un caso cuya notoriedad pública parecía haberse apagado.
En la nota, Ache expresó que durante la interpelación por el caso del traficante de drogas Sebastián Marset, que logró tramitar un pasaporte uruguayo mientras estaba detenido en Dubái y así quedar en libertad, se omitió información en el Parlamento y, además, admitió que las autoridades políticas, tanto del Ministerio de Relaciones Exteriores como del Interior, estaban en conocimiento de quién era Marset.
Según consta en la versión taquigráfica, a la que tuvo acceso la diaria, Bustillo insistió en que no estaba en conocimiento de los intercambios que sucedieron en el período de setiembre a diciembre de 2021, entre Ache y su por entonces par en el Ministerio del Interior, Guillermo Maciel, cuando se tramitó el pasaporte para el ahora prófugo.
“Tampoco sabía que se estuviera gestionando un pasaporte porque no corresponde, no hace a la gestión de un ministro conocer los pasaportes que se tramitan”, expuso, y luego agregó: “Cuando dijimos que nadie de la Cancillería conocía a Marset –y así lo aclaré durante la intervención que me cupo en ese entonces–, señalé que lo decía en sentido figurado y no literal. Como lo advertí entonces, el Marset que se conocía en setiembre u octubre [de 2021] no era el mismo que luego conocimos a partir de marzo [de 2022] en adelante”.
-Leé más sobre esto: Cronología de la entrega del pasaporte uruguayo a Sebastián Marset
Sin embargo, luego, habiendo transcurrido casi un año de iniciarse esa tramitación y entrega posterior del pasaporte, Bustillo tomó conocimiento de ese intercambio y dispuso “inmediatamente una investigación administrativa que dio cuenta de que ese intercambio de Whatsapp no había tenido incidencia alguna en la tramitación del pasaporte”. La investigación comenzó el 22 de agosto, día en que el senador frenteamplista Mario Bergara lo interpeló a él y al ministro del Interior, Luis Alberto Heber, lo que haría suponer que el canciller sí conocía el ida y vuelta que mantuvieron Ache y Maciel, en el que advertían que Marset era un “narco peligroso y pesado”.
Ese día, Bustillo preguntó ante la treintena de legisladores: “En noviembre, ¿quién de todos nosotros sabía quién era Marset?”. La investigación culminó tres meses después, el 22 de noviembre. Según expuso el canciller ante los legisladores, la investigación decía: “De dicha comunicación, tal y como surge declarado por la señora subsecretaria, no se informó al señor ministro. Al respecto no surge de las comunicaciones vertidas ningún trato excepcional en la gestión del pasaporte, recordando que la atención inicial del caso surge por el hecho de encontrarse a un ciudadano uruguayo privado de libertad en el exterior y, por tanto, se gestionó la asistencia consular de estilo. Asimismo, al ser consultados todos los funcionarios que tuvieron intervención en la tramitación del pasaporte si recibieron instrucciones por algún jerarca de proceder de una forma diversa a la habitual y/o darle celeridad al trámite, todas las declaraciones fueron contestes en la negativa a dicha respuesta”.
A su vez, dio cuenta de que lo que dijo Ache en octubre de 2022 ante los funcionarios que llevaron adelante la pesquisa, se contrapone con lo que dijo esta semana en canal 12. Los investigadores le preguntaron si fue necesario darle cuenta al ministro de la comunicación que mantuvo con Maciel a lo que la exjerarca contestó: “Suelo recibir varias consultas por mis pares subsecretarios y no todas se las comunico a él. Dado que la consulta me la hizo mi par, el subsecretario del Ministerio del Interior, no entendí necesario comunicársela y también porque era una consulta de trámite en la cual no se efectuaba ninguna advertencia”.
El presidente de la comisión, Bergara, le hizo notar a Bustillo que desmintió a Ache por la entrevista que brindó en el canal de aire, a lo que el jerarca contestó que era una “apreciación suya” y que, tal como surge en la investigación administrativa y de la propia declaración de la exsubsecretaria, “yo no fui informado en ningún momento mientras duró toda la tramitación del pasaporte, no sólo de los intercambios, sino –insisto– que ni tan siquiera tenía conocimiento de que se estuviera gestionando un pasaporte y tampoco –mucho menos– fui informado de eso”.
En tanto, el frenteamplista apuntó a Bustillo que “es curioso” que la respuesta de la exvicecanciller refiera a que se trataba de mensajes que “no implicaban ningún tipo de advertencia, cuando lo que se habla en el chat es claramente de un narco peligroso y pesado que sería terrible –o peligroso– que fuera liberado”. “Cualquier persona que interprete, al menos coloquialmente, esa frase, difícilmente no la considere como algún tipo de advertencia”, observó.
Por su parte, el senador de la oposición Daniel Caggiani consideró que “está claro” que Marset “no tenía ninguna inhibición” para recibir un pasaporte, aunque “tampoco el Estado uruguayo tenía la obligación de dárselo en un plazo”. “Incluso, en el decreto que se derogó no se establece un plazo. Entonces, perfectamente, el abogado de Marset –que, evidentemente, es un muy buen abogado– podría haber ido a la Justicia a solicitarlo para que en todo caso fuera un juez el que decidiera, sobre todo si existe ese tipo de alarma desde el punto de vista de la seguridad de que se le estaba otorgando un pasaporte que lo liberaría. Hasta el día de hoy está prófugo y supongo que el pasaporte está eliminado o, por lo menos, discontinuado, pero me parece que se autoestableció un plazo muy exiguo, por llamarlo de alguna manera”, reflexionó.