El 6 de diciembre se anunció el acuerdo técnico por el tratado de libre comercio entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, con la firma del texto en Montevideo por parte de los presidentes de los cuatro países miembros del bloque sudamericano y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Ese anuncio de diciembre implicó el cierre de las negociaciones del acuerdo político y de cooperación entre bloques, incluido el protocolo adicional al acuerdo comercial propuesto por la UE en 2023, y es un paso importante en el largo proceso de negociaciones por el acuerdo, que ya lleva 25 años y que todavía tiene un trecho para que se concrete.

Este viernes, el canciller, Omar Paganini, y la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, emprenden un viaje a Europa para tener encuentros bilaterales en Bruselas y en Roma justamente por este proceso, según informó El Observador. Actualmente, los documentos se encuentran en la fase de revisión jurídica por parte de ambos bloques y de traducción a los 24 idiomas oficiales de los países involucrados.

Luego llegaría la firma del acuerdo, sujeta a la ratificación de los parlamentos: en el Mercosur lo deben aprobar los legislativos de todos los países miembros y en la UE el Parlamento Europeo, y después se debe someter a la votación en el Consejo Europeo, integrado por presidentes y primeros ministros del bloque.

En Bruselas, Paganini y Arbeleche se reunirán con jerarcas de la Comisión Europea y parlamentarios del bloque, y luego el canciller irá a Roma, donde tendrá un encuentro con la subsecretaria de Estado de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de Italia, Maria Tripodi.

Es que la postura que tenga el gobierno de Giorgia Meloni será muy importante en la definición final del acuerdo en el Consejo Europeo. El planteo contra la firma del acuerdo es liderado en Europa por el presidente francés, Emmanuel Macron, presionado por los productores agrícolas de su país, y han manifestado reparos también Polonia y Meloni, quien declaró que su gobierno estudiaba al detalle el texto del acuerdo y “sólo lo firmaría” si encontraban “las garantías concretas y oportunidades de crecimiento a los agricultores europeos”.

Para poder bloquear la concreción del acuerdo, Francia debería lograr el 45% de los votos en el Consejo Europeo y de ahí que el equipo de la próxima cancillería, liderado por Mario Lubetkin, considera muy importante profundizar el vínculo con las autoridades italianas, que podrían ser fundamentales en la definición del bloque europeo.

Esta semana, Lubetkin presentó como representante regional para América Latina y el Caribe del Fondo para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de la ONU el informe Panorama regional de la seguridad alimentaria y la nutrición, y luego viajó a Roma para tener encuentros informales en preparación de su futura gestión en la cancillería uruguaya.

Así, esta semana tuvo reuniones con el vicepresidente del Consejo de Ministros de Italia y ministro de Asuntos Exteriores, Antonio Tajani; con la subsecretaria de Asuntos Exteriores, Tripodi; con la presidenta de la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, Stefania Craxi, y con el presidente de esa comisión en Diputados, Giulio Tremonti, exministro de Economía italiano, además de con el equipo del presidente italiano Sergio Mattarella.

Según contaron a la diaria fuentes de la futura administración, en todos los casos Lubetkin planteó la voluntad de profundizar las relaciones diplomáticas y de cooperación entre Uruguay e Italia, pero el centro de sus planteos fue dar señales de que el futuro gobierno –en línea con el actual– “va a hacer un esfuerzo muy grande” en concretar la puesta en marcha del acuerdo UE-Mercosur. En ese sentido, en el equipo de la cancillería se transmitió el “optimismo” del futuro canciller en que esto se resuelva positivamente.