Según habían anunciado varios legisladores a fines de 2022, los proyectos de ley sobre cuidados paliativos y eutanasia serían prioridad en 2023. El de cuidados paliativos ya se aprobó en el pleno de la cámara alta, pero el de eutanasia sigue pendiente. Si bien lo “esperable” podría ser que se tratara del siguiente proyecto a discutir y votar en la Comisión de Salud del Senado, al parecer continuará esperando a ser tratado porque hay, por lo menos, dos temas que serán considerados antes.
Legisladores de varios partidos informaron a la diaria que la comisión del Senado pretende avanzar en el tratamiento del proyecto de ley sobre prestación de asistencia obligatoria por parte del Estado a las personas en situación de calle, que modifica el artículo único de la Ley 18.787 para que quede asentado que las personas de cualquier edad que se encuentren en situación de “intemperie completa”, con riesgo de graves enfermedades o incluso con riesgo de muerte, puedan ser llevadas a refugios u otros lugares donde sean “adecuadamente asistidas”, aun “sin que presten su consentimiento”, siempre que un médico “acredite por escrito la existencia de alguno de los riesgos” indicados y sin que ello implique la “privación correccional de su libertad”.
El otro tema que tiene prioridad es el que regula el uso de la pirotecnia. La legislación actual es departamental y, ante ello, diferentes organizaciones de familiares de personas con trastorno del espectro autista solicitan a los legisladores concretar una ley nacional que incentive aún más el control.
Posturas divididas
En Diputados la votación sobre la eutanasia fue dividida. La cámara baja aprobó el proyecto con 57 votos a favor y 38 en contra. Cabildo Abierto votó unánimemente en contra, mientras que el Partido Nacional (PN) lo hizo mayoritariamente de forma negativa, el Partido Colorado (PC) votó dividido con ocho votos a favor y cinco en contra, y el Frente Amplio (FA) a favor en amplia mayoría.
Consultados por la diaria, algunos de los integrantes de la Comisión de Salud de la cámara alta reiteraron su postura sobre el tema. El FA mantendrá el apoyo que brindó en la cámara baja. Por su parte, el senador y presidente de la comisión, José Nunes (FA), dijo a la diaria que se priorizarán los dos proyectos mencionados por “voluntad de la bancada de gobierno”, pero adelantó que la idea es tratarlos “rápidamente” para que luego pueda abordarse el de la eutanasia.
A su vez, la senadora del FA Sandra Lazo agregó que es “muy importante darle continuidad y pronta aprobación al proyecto” de eutanasia porque, lejos de ser contrapuesto al de cuidados paliativos, “es complementario”. Consideró que apurar el trato de la propuesta tiene varios fundamentos; en principio, el de apoyar el trabajo realizado en la Cámara de Representantes, donde se recibieron “los aportes de varias instituciones” académicas y sociales.
En opinión de Lazo, se debe modificar y modernizar la legislación actual de Uruguay, que habla de “homicidio piadoso”, ya que a nivel internacional se observa “un avance en materia de derechos” en cuanto a este tema, por lo que es necesario que Uruguay “se agiorne”. Por último, agregó que su postura se basa, por ejemplo, en la exposición de René Héman en Uruguay, quien recientemente trajo la experiencia de la eutanasia en Países Bajos, donde se legisló hace más de 20 años.
Por su parte, Charles Carrera (FA) acompañó la postura de que “se debe votar la ley” para que se reconozca el derecho a que “la gente pase el final de la vida sin sufrimiento”. Adelantó que si no se consigue la mayoría, es “a causa del Partido Colorado” y “no es por el Frente Amplio”, que lamentablemente es minoría. “Como sociedad estamos preparados para dar este paso”, aseguró.
En tanto, en una de las últimas sesiones de la comisión, el senador dijo que considera necesario recibir por lo menos a siete delegaciones por el tema de la eutanasia, entre ellas, la Cátedra de Bioética de la Facultad de Medicina, el Consejo de la Facultad de Enfermería y la Comisión de Bioética y Derechos Humanos del Sindicato Médico del Uruguay.
Otras posturas no están tan claras o adelantaron que si bien concuerdan con que haya debate, no votarán el proyecto. El senador del PN Amin Niffouri comentó a la diaria que tomará su postura luego de recibir a distintas delegaciones vinculadas al tema.
Una de las visiones más polémicas fue la de la colorada Carmen Sanguinetti. Al ser entrevistada en el programa Lado B de TV Ciudad, manifestó que “no estamos listos para dar el debate sobre la eutanasia”. Esto generó repercusiones incluso dentro de su partido. Por ejemplo, a través de las redes sociales, el diputado Ope Pasquet, quien elaboró y presentó el proyecto de ley, le contestó a Sanguinetti que no acepta que “no estemos preparados para debatir sobre eutanasia” y le consultó “cuál sería el examen que nos falta dar”.
Luego de dar esas declaraciones, Sanguinetti aclaró a la diaria que lo que dijo en la entrevista “fue un error” y agregó que “bienvenido el debate”, aunque “no estamos preparados para aprobar el tema”. “Estamos para debatir, pero no tenemos políticas públicas de calidad en temas muy sensibles vinculados a la eutanasia”, por eso primero tenemos que “asegurar un buen servicio a nivel de salud mental”, sostuvo.
Primero hay que asegurar “muchas cuestiones”, entre ellas, la universalización de los cuidados paliativos, que está previsto que lleve “un año y medio o más”. Por los paliativistas sabemos que “la mayoría de las personas quieren dejar de sufrir, no morir”, concluyó.
¿Libertad de elegir?
Empatía Uruguay, junto a la Prosecretaría Nacional de Derechos Humanos y varios integrantes y militantes del PC, se reunieron en la sede del partido para discutir en torno a la interrogante “¿Libertad de elegir?” y expusieron diferentes motivos que acompañan la aprobación del proyecto.
El secretario general del PC, Julio María Sanguinetti, manifestó la importancia del “ejercicio de la libertad y no la imposición del dogma”. Recordó que se dieron otros debates similares en otros momentos de la historia, por ejemplo, sobre el divorcio y la interrupción voluntaria del embarazo. Agregó que hay ciertas creencias que son respetables, pero no por eso deben ser impuestas, en general, a toda la población.
“La muerte es una parte muy importante de la vida”, agregó el exmandatario. Consideró que la vida es un derecho pero no una obligación y que lo importante es contar con la eutanasia como una herramienta que luego será ejercida por quienes lo consideren viable. El Estado “no debe imponer una determinada ética que no es unánime”, dijo.
Por su parte, Mariana Blengio, doctora en Derecho y Ciencias Sociales, sostuvo que el debate sobre eutanasia convoca dos posturas: una basada “en un orden natural” y otra en el “humanismo laico”. La primera es “paternalista” e impone “una mirada religiosa”, mientras que la segunda se basa en la autonomía. Ambas utilizan “la dignidad como palabra que defiende sus posiciones”, pero le ponen valores diferentes, por eso “nunca van a llegar a un acuerdo”.
Sabemos que nuestro cuerpo, por distintas razones, “va a llegar al final”, pero cuando estamos en ese tramo tenemos que asumir “cómo queremos transitarlo”, porque también “seguimos transitando la vida”, agregó. Cuando hablamos del final de la vida tenemos que trabajar en algunos “valores”, es decir, de cómo quiere cada uno transitar el final de la vida, y hay que pensar que poder despedirnos “no deja de ser una suerte”.
Concluyó con que hace muchísimos años en Uruguay se consagró el derecho a la salud y que seguramente desde ese momento se pensó en otras cuestiones, como la eutanasia, que “se fueron incorporando” a través de lugares adquiridos, por ejemplo, desde los roles de usuarios y pacientes del sistema de salud.
En tanto, la diputada colorada María Eugenia Roselló recordó que cuando Pasquet le comentó a la bancada que estaba elaborando el proyecto “no fue una sorpresa”, porque la eutanasia es un tema que se debate en “todas las sociedades del mundo”.
Consideró, además, que es un tema que “a muchos les cuesta ponerlo sobre la mesa” porque “durante mucho tiempo fue tabú”. La eutanasia “es el derecho de elegir cómo quiero morir cuando estoy padeciendo una enfermedad que va a seguir avanzando” e irá quitando libertades físicas y psíquicas, planteó. “No se obliga a nadie a hacer nada que no quiere”, el objetivo es que cada uno tenga la posibilidad de elegir morir y hacerlo “dignamente”, aclaró.