La causa de la paz requiere que se afronten los temas de fondo, así como lo busca la comisión de investigación aprobada en Ginebra, para que todos puedan gozar de sus legítimos derechos.
Las imágenes de guerra, el lenguaje bélico y la agudización de la confrontación le sirven al uribismo para fortalecer la idea de que el Estado no está enfrentando una protesta social, sino una amenaza “terrorista”.
Resistir con la “camiseta del Programa Maestros Comunitarios puesta” es sostener primero y antes que nada que ningún niño, ninguna niña, nos puede quedar por el camino.
Hemos asistido como espectadores al despido de dos maestras uruguayas por el único defecto de tener una vida privada compartida en redes y por defender sus ideas.
Declarar y actuar hacia la transición, abriendo al debate público las alternativas, sería la señal que debería llegar ahora para juntos construir alianzas, bajarnos de este tren e iniciar caminos diversos.