Convertir una labor rutinaria administrativa en una operación político-partidaria tiene una primera consecuencia nefasta: desvirtuar la naturaleza y los cometidos de las auditorías.
Clasificar las vidas distinguiendo entre quienes pueden pagar la comida diaria y quienes no, entre los que pueden contar con su boleto y los que no, es caminar en el sentido radicalmente opuesto al de la dignidad.
La normalidad previa a la revuelta del 18 de octubre era, para muchos, angustiante y violenta. Esta revuelta no es más que reflejo de un doloroso agotamiento que ha estado gestándose por décadas.
Desde el inicio del actual gobierno, uno de los cambios significativos que podemos observar en cuanto a las políticas sociales tiene que ver con el relacionamiento con las organizaciones de la sociedad civil.
Es necesario que las organizaciones multilaterales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, dejen de imponer a los países la privatización de los servicios públicos.
Los líderes con características más histriónicas, y que muestran una imagen muy poco políticamente correcta, resisten los archivos, y los políticamente correctos no lo hacen.
Hoy hay un vacío de información sobre lo que está ocurriendo con los lesionados en nuestras vías públicas. Ya no vemos ni datos ni análisis, y menos aún informes.
La Ley de Presupuesto del gobierno propone el país del “arreglate como puedas”. Y es imposible olvidar las promesas de libertad de la campaña electoral.