Racismo

Nuestra anuencia a la fría desconfianza del cínico ha permitido que el cinismo oculte y perpetúe la opresión de grupos marginalizados, desviando así la atención de lo que realmente es importante.

La explotación de unos humanos a otros puede utilizar la diferencia racial, pero no le es imprescindible y podría subsistir sin racismo.

Se produce, por tanto, una clasificación fenotípica y social a efectos de visibilizar personas y grupos a los que se permite el acceso a los bienes comunes de la ciudadanía, o de invisibilidad de los indeseables.

Brasil le debe esta conciencia que está adquiriendo al pueblo negro, a Zumbi y Quilombo dos Palmares, y a los movimientos negros contemporáneos y su lucha por la igualdad y por una verdadera emancipación.