Este miércoles la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM) organizó un desayuno virtual cuyo tema fue: “Uruguay desafíos, reactivación y empleo”; participaron el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Pablo Mieres; el economista y socio de la firma CPA Ferrere Gabriel Oddone; y el ex dirigente sindical de la bebida Richard Read.
Oddone inició su participación afirmando que la economía uruguaya está pasando por una fase de recuperación “firme pero con riesgos en el horizonte” y estimó que en 2021 crecerá entre 2% y 2,5%, mientras que la contracción de 2020 fue de 5,9%: “Cuando terminemos 2021 nuestro nivel de actividad todavía va a estar levemente por debajo del que teníamos en 2019”, sostuvo, y agregó que el crecimiento es heterogéneo y se da más en los sectores exportadores, agroindustriales, y en la construcción ‒en este último caso, impulsado por la nueva planta de UPM‒.
En el otro extremo, los sectores del mercado interno son los más comprometidos: el comercio, el esparcimiento y el turismo. Esto implica problemas de empleo porque son quienes contratan más mano de obra: por eso en Uruguay hay 35.000 personas menos ocupadas que las que había en febrero 2020 y 70.000 en el seguro de desempleo, especificó el economista.
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Oddone opinó que para el gobierno es difícil conjugar la credibilidad fiscal, la baja de la inflación, y mejorar la competitividad, al tiempo que intenta cumplir con el compromiso de que los salarios no caigan. Pero sostuvo que “existen chances” porque el escenario externo es “favorable, con un dólar relativamente barato y flujo de capitales hacia países emergentes que hacen pensar que la inversión en un escenario de normalidad sanitaria posiblemente se recomponga”, aunque la región es un foco de incertidumbre.
“El gobierno mantiene una estrategia que es la misma que estaba prevista previo a la pandemia […]. Esa estrategia tiene sus riesgos porque asienta en el sector privado un rol central”, pero hay un conjunto de elementos que tienen que ver con la situación internacional que hacen que haya “ciertas chances de consolidarse”, sobre todo a partir de la segunda mitad de 2022. “El talón de Aquiles es la persistencia de un nivel elevado de desempleo, por los fenómenos sociales que esto genera y la tensión que provoca en las personas que están fuera del mercado laboral”, dijo.
En cuanto al empleo, Read sostuvo que el mundo no sólo está cambiando, sino que se están generando nuevas instancias de trabajo en las que aparece con mucha fuerza el teletrabajo. Dijo que no se puede hablar de empleo sin la contención de un sistema educativo que dé herramientas al trabajador para poder aspirar a trabajos “dignos”, con salarios de nivel alto o mediano. Dijo que, además, es necesaria la capacitación de los trabajadores, y advirtió: “Va a haber dos grandes estamentos de ubicación laboral: el empleo calificado y luego una legión de trabajadores que va a estar a la orden de manera _part time _ o zafral. Me da la sensación de que no habrá empleos para todos”.
Por su parte, el ministro Mieres inició su primera disertación recordando que el empleo era un problema antes de la pandemia por la covid-19. Cuando esto empezó “el primer reflejo fue de contención”, aseguró. “Venimos viendo una recuperación, pero estamos todavía por debajo del primer escalón, porque el objetivo no es volver a los datos prepandemia, el objetivo debe ser ir más allá de eso”, aseguró el jerarca.
Sobre la situación sanitaria y las medidas adoptadas afirmó que hay que tener cuidado, porque “si uno saca demasiado rápido los sostenes puede generar costos sociales adicionales. Hay que ir acompasando la continuidad y las prórrogas de los seguros de paro totales, así como la continuidad de los seguros de paro parciales, con los procesos de reactivación, que no son parejos”. Mieres dijo que tiende a ser optimista sobre el futuro del turismo y de los espectáculos públicos porque “todavía están en proceso” de reactivación.
Reactivación y Rendición de Cuentas
“Al haber tocado un fondo, cualquier indicio de despegue significa una expectativa”, dijo Read al ser consultado sobre si existe una señal clara de la reactivación del empleo. Agregó que la vacunación, con los números actuales de contagios y la reapertura de los comercios, genera una esperanza, por lo menos para los meses de verano, pero dijo que esto tiene que estar acompañado por señales claras desde el gobierno y del sector empresarial.
“De alguna manera tenemos que preservar los puestos que se vayan generando e ir peleando por los que se están yendo. Yo soy de los que creen que en las crisis no se ahorra, se gasta”. Sostuvo que Uruguay debería haber invertido más en el combate a la pandemia y sus consecuencias, “Es una visión opinable, quien tiene la obligación de conducir aplica el modelo que entiende”, dijo, pero “uno desde la sociedad opina”. Para Read hay que fomentar el turismo y cuidar el tema de los precios, algo que puede incidir en la llegada de visitantes.
Mieres dijo que si fue suficiente o no lo que se gastó en la crisis es un debate “que va a ser interminable” porque “nadie con criterio puede decir ‘estoy definitivamente conforme’, pero también arrancamos con un déficit fiscal mucho mayor que otros países del mundo y esa es una realidad y una limitación relevante”, expresó. El ministro comparó a Uruguay con España y sostuvo que el crecimiento de la pobreza fue similar, siendo la nación europea “un país desarrollado con un gobierno socialista”.
Señaló que no se ha discutido lo suficiente que la Rendición de Cuentas “es una señal de dónde está el foco puesto en el gobierno, que hace esfuerzos de ahorro porque tenemos un problema de déficit fiscal, pero eligió tres temas en los que se gasta: asentamientos, primera infancia en situación de pobreza, y empleo”.
El jerarca señaló que ante la pandemia Uruguay tuvo una ventaja que fueron las políticas sociales acumuladas, como el seguro de desempleo, elementos que se vienen construyendo desde hace muchos años. “El saldo es favorable y el tiempo lo va a demostrar”, dijo.
Por su parte, Oddone coincidió con Mieres en que la situación fiscal que heredó esta administración tenía ciertos niveles de fragilidad. “La discusión relevante en Uruguay no es tanto lo que se está haciendo […] sino la magnitud del esfuerzo, y eso es un tema opinable. Yo soy de los que piensan que había que hacer un esfuerzo adicional en términos fiscales, sobre todo en infraestructura”, opinó en referencia al impulso que podría haberle dado al empleo en el corto plazo.
Para Oddone la discusión es qué rol se le da al Estado: podía “haber alojado sobre su espalda un desvío fiscal adicional sin comprometer la situación de finanzas públicas a largo plazo”, pero, de todas formas, dijo que no vale la pena la discusión ya que el gobierno apuesta a la inversión privada.
Algo que sí vale la pena discutir, sostuvo, es el futuro del empleo, en una situación global en que la tecnología sustituye las tareas rutinarias. “El problema está en las personas con un nivel de instrucción mediana, con una formación técnica no muy versátil, para las que un cambio de escenario como este deja fuera del mercado. Ahí hay que trabajar mucho”, sostuvo, y dijo que el sistema educativo no está dando las capacidades para que Uruguay sea competitivo. Oddone estimó que en este gobierno no se va a llegar a una reforma educativa espectacular.
“El otro problema es qué hacemos con la gente que hoy está desocupada [...] la variable clave son los mecanismos de recapacitación [...] hay que entender que lo que hay que proteger no son los puestos de trabajo sino a los trabajadores”, porque Uruguay no puede competir con la industria china. “El tema es cómo a las personas expuestas a estos problemas se les ofrece una recalificación de sus habilidades para que puedan ocupar lugares en los que en la actualidad falta gente”, dijo.
La clave para el economista está en el turismo, la producción de alimentos y medicamentos, y las actividades vinculadas al conocimiento; además de la protección a la población más vulnerable. Por otra parte, dijo que ante la pandemia Uruguay tuvo un sistema de redes que lo distingue en la región.
El “estancamiento” de la educación
Consultado sobre la educación y la cantidad de alumnos que no llegan a terminar secundaria (cuatro de cada diez), Read dijo que no se trata sólo de un cambio en la currícula: “Hay un sector de la población que con el tiempo ha perdido o ha modificado sus prioridades, y la educación no es prioritaria; eso genera niños con serias dificultades para el aprendizaje […] y la educación no les brinda una alternativa o puertas de salida al adolescente”.
El exsindicalista dijo que es una promesa incumplida durante los gobiernos anteriores: “No cambiaron el ADN, cambiaron lo que iban a hacer, lamentable. Ya no da para seguir barriendo debajo de la alfombra”.
El ministro Mieres sostuvo que la reforma educativa es uno de los grandes desafíos del país desde hace, al menos, dos décadas, pero la pandemia complicó la transformación. “Hay un divorcio absoluto entre los contenidos educativos y las oportunidades de trabajo”, afirmó.
Read sostuvo que el mecanismo es positivo pero el contenido de los Consejos de Salarios debe cambiar, y sostuvo que algo a incorporar es la productividad, pero “tanto en el sector sindical como en el sector empleador parece que [hablar de productividad] es como echarles un balde de kriptonita a los supermanes”. También planteó la posibilidad de reducir la jornada laboral, “una alternativa a futuro”.
Mieres coincidió en que hay que poner al día los Consejos de Salarios y “una de las llaves es construir una nueva cultura de la negociación”, ya que algunos sindicatos tienen un discurso “de todo o nada”, y por parte de los empresarios “hay quienes ven al trabajador no como un colaborador, alguien del que dependen para que la situación avance, sino como un costo o un problema”. “La lógica debería ser la de ganar-ganar, en la que el trabajador es un socio en las buenas y en las malas”, expresó.