Las palabras aparecen de nuevo en comunicados oficiales: caso sospechoso, protocolo correspondiente, emergencia sanitaria, test PCR. Pero esta vez, y aunque el virus de influenza aviar H5 “puede afectar al hombre”, el riesgo es de las aves. Hasta ahora el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) ha confirmado tres brotes en los departamentos de Maldonado y Rocha, Tacuarembó y Montevideo.
El sábado, la cartera informó en un comunicado que diez gallinas de traspatio murieron por la enfermedad en el barrio El Monarca, en Montevideo. A su vez, el MGAP descartó otro caso sospechoso en la zona del Cerro, “luego de procesados los tests de PCR”. El brote de El Monarca es el tercero en menos de un mes. Antes ya se había registrado la muerte de más de 130 cisnes de cuello negro en la laguna Garzón y de 70 gallinas en San Gregorio de Polanco.
En diálogo con la diaria, Juan Ignacio Buffa, subsecretario del MGAP, señaló que “es probable que surja algún otro foco” en los próximos días, por “cómo se disemina la enfermedad, que viene por las aves migratorias y demás”. La estrategia de contención de la enfermedad no incluye un rastreo epidemiológico de los casos.
“Seguimos con la misma estrategia: en alerta, monitoreando y, sobre todo, informando a la gente, porque esto [brote en El Monarca] sale porque la gente denunció una mortandad y eso nos permite atacar rápido los focos. Y después trabajar en las condiciones de bioseguridad para que no ingrese la enfermedad a las granjas, es un poco eso, no hay muchos más elementos”, expresó Buffa, que aseguró que la gente está denunciando casos sospechosos a las autoridades.
En tanto, Daniel Pereyra, fasonero y referente de la Coordinadora para la Defensa de la Cadena Avícola, dijo a la diaria que por el momento el avance de la enfermedad ha sido “demasiado lento para lo que es la virulencia del virus”. “No me sorprendería que en estos días pudiera aparecer en alguna granja comercial”, manifestó.
Esto último es la principal preocupación de Domingo Estévez, presidente de la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (Cupra). En conversación con la diaria, coincidió en que hasta ahora el desarrollo de la gripe aviar ha sido “razonable”, dado que sólo se ha detectado en aves de traspatio, que “no están confinadas y no tienen ninguna medida de bioseguridad”, y en aves salvajes como los cisnes de cuello negro en el este del país. No obstante, advirtió que “el riesgo cero no existe”.
Consultado sobre el trabajo del MGAP, Estévez opinó que ha sido “muy correcto” en la detección temprana del virus, pero agregó que “hay que ser muy estrictos con el cumplimiento de las medidas de bioseguridad”. Si bien por ahora “no están planteándose sanciones”, afirmó que “hay algunos que pensamos que sí debería haber alguna sanción” en caso de incumplimientos, porque “estamos poniendo en riesgo a todo el resto y el daño económico puede ser muy grande”.
Buffa: “La clave es que no ingrese al circuito comercial”
Si el virus es detectado en un establecimiento productivo, “lo que está previsto es que todas las aves tienen que ser sacrificadas dentro del establecimiento con un método que no cause sufrimiento al animal”, explicó Pereyra. Luego, los cadáveres se entierran, también dentro del establecimiento, y se procede a la desinfección del lugar. En este escenario, el productor afectado no podrá producir “por un tiempo”, y está previsto que el MGAP “indemnice al productor por las aves que son sacrificadas”, señaló Pereyra.
Buffa sostuvo que “la clave es que no ingrese al circuito comercial”. En ese sentido, mencionó que días atrás los técnicos del MGAP recibieron asesoramiento de un técnico chileno, país que “tiene una experiencia exitosa en el control de la enfermedad con condiciones de bioseguridad”. Aseguró que el encuentro “sirvió muchísimo para tener un ida y vuelta con nuestros técnicos y se van a levantar una serie de recomendaciones que estamos trabajando con el sector privado”.
Consultado al respecto, Pereyra señaló que el sector avícola chileno “no necesariamente es igual” al uruguayo, dado que en Chile la producción está desarrollada “a lo largo del país” con “una relativa distancia entre las granjas”, mientras que en Uruguay está “toda amontonada” en el sur, principalmente en Canelones. “En la zona sur está concentrado 90% de la avicultura; eso es un riesgo que nos hace diferentes a la situación chilena”, apuntó.
Consultado sobre la situación a mediano plazo, el fasonero comentó: “Veremos qué pasa ahora con la migración de muchas de las aves que vuelven al norte, y qué queda de circulación acá”.
Ante la detección de nuevos casos de influenza aviar, el MGAP recuerda que “el consumo de carne de aves o huevos no afecta la salud humana”. Asimismo, recuerda que “el contacto con aves enfermas de influenza puede afectar al hombre, por lo que se exhorta a la población a notificar la presencia de aves muertas o con sintomatología nerviosa, digestiva o respiratoria”.