Buenos días. Les comento algunas noticias que pueden leer hoy en la diaria.
En los últimos días, la opinión pública ha sido disputada por cuestiones muy graves y diversas, que incluyen, entre otras, el fuerte aumento de la salinidad del agua que suministra OSE, el futuro de la coalición de gobierno tras el cese de la ministra cabildante Irene Moreira y las denuncias de abuso sexual de adolescentes contra el senador Gustavo Penadés. Mientras tanto, continúan las investigaciones de Fiscalía sobre el “caso Astesiano”, y en particular sobre una de las causas en las que se ha dividido, referida a la denuncia de espionaje contra los senadores frenteamplistas Mario Bergara y Charles Carrera.
Repasemos brevemente algunos hechos. En febrero de 2022, Bergara y Carrera presentaron una ampliación de denuncia por el acuerdo del Poder Ejecutivo con la multinacional de origen belga Katoen Natie, que extendió hasta 2081 su concesión en el puerto de Montevideo.
Al mes siguiente, según información recuperada del celular de Alejandro Astesiano, este recibió un pedido de reunir, a cambio de dinero, “todos los datos personales y vinculaciones” de Bergara y Carrera que pudiera conseguir, para personas interesadas en presionarlos a fin de que retiraran la denuncia. La solicitud se la planteó Marcelo Acuña, en aquel momento gerente de Vertical Skies, una empresa formada por militares retirados con la que Astesiano tenía contactos frecuentes para apoyarla en licitaciones estatales. Fue la firma que le vendió a UTE, mediante una subsidiaria y por 750.000 dólares, un dron que el ente autónomo aún no ha recibido, pese a que venció el plazo para su entrega.
Cuando Bergara y Carrera presentaron una denuncia sobre el intento de espionaje contra ellos, una de las especulaciones que circularon para minimizar el asunto fue que Astesiano solía prometer –e incluso cobrar– “servicios” que no realizaba. En esa línea, se sostuvo que el hecho de que se hubiera comprometido a reunir información sobre los senadores no significaba que el espionaje se hubiera concretado.
Sin embargo, ahora sabemos que Ricardo Martínez, comisario de Policía, reconoció ante Fiscalía que Astesiano le pidió datos sobre Carrera luego de recibir el pedido de Acuña. Esto sucedió en la Torre Ejecutiva, donde se veían con frecuencia porque Astesiano y Martínez eran los dos principales responsables de la seguridad del presidente Luis Lacalle Pou, el primero en el equipo que lo acompañaba en sus desplazamientos y el segundo como referente de la custodia “fija”.
También sabemos que en agosto de 2022 Martínez le recomendó a Astesiano que le pidiera datos sobre Carrera al entonces jerarca policial Jorge Berriel (hoy imputado y destituido por sus complicidades con Astesiano) y a un abogado, especialmente sobre la gestión del hoy senador como director general de Secretaría del Ministerio del Interior.
No sabemos aún en qué terminaron esas averiguaciones, y Astesiano fue detenido al mes siguiente. Sí sabemos que en agosto de 2022 comenzó la ofensiva contra Carrera por haberse ocupado, cuando era jerarca de Interior, de que Víctor Hernández, baleado en La Paloma, recibiera atención en el Hospital Policial. El rompecabezas se va armando.
Hasta mañana.