No es noticia que la sustentabilidad es un tema que se ha instalado en el diálogo y los acuerdos entre países, también a nivel de charlas entre amigos y familia. Sin embargo, pocos conocen con claridad su significado e importancia. El desarrollo sustentable es hacer un uso correcto de los recursos actuales, sin comprometer los de las generaciones futuras. Para muchos, esto puede limitarse a una simple definición, pero para algunos de nosotros esto es una forma de concebir la vida individual y colectiva. Desde 2008 comenzamos a trabajar en este proceso, llevando adelante el proyecto Desperdicio Cero, que tiene por objetivo el buen uso de los recursos naturales, aplicando la economía circular y el valor compartido, para impactar lo menos posible.
Reducir, reutilizar y reciclar
La sequía que vive el país deja en evidencia lo que la FAO y tantos expertos anunciaban desde hace décadas sobre la degradación de los recursos naturales, así como la posibilidad y responsabilidad social que tenemos para asegurar nuestro futuro.
A través de este espacio iremos viendo las claves de la regla de las tres erres, aplicadas no sólo a la gastronomía sino a la cotidianidad dentro y fuera de nuestros hogares.
Con pequeñas acciones nos convertiremos en agentes de cambio que, además de permitirnos tomar en apariencia pequeñas medidas para el cuidado del medioambiente, ayudarán a ahorrar tiempo y dinero. Los alimentos se pierden o desperdician a lo largo de la cadena alimentaria, desde la producción agrícola inicial hasta el consumo final en cada casa, convirtiéndose en 1/3 de lo producido. Por eso, comencemos a impactar positivamente.
Múltiples usos
El café es uno de los consumos que se han duplicado durante los últimos 20 años. Se calcula que cada año se bebe al menos 400.000 millones de tazas en el mundo, y la demanda sigue en aumento.
Ahora imaginemos que esta deliciosa bebida no sólo va a parar a nuestros estómagos, sino que el desperdicio que genera su preparación termina –salvo mínimas excepciones– en un basurero. Muchos lo llaman poso (así se nombra al desecho del café una vez preparada la bebida); en nuestro país y en otros lugares, borra de café, y es, según cientos de estudios en base a los desechos que provienen de alimentos (ya sean bebidas o comidas), una de las mayores mermas dentro de la industria.
Esta borra ha sido utilizada desde hace algunas décadas en jardinería como abono para plantas y, en contados casos, como materia orgánica para el desarrollo y cultivo de hongos.
En casa
Cuando hagas café, podés utilizar la borra en alguna receta que prepares en el momento o guardarla en un frasquito de vidrio bien limpio y seco, y dejarlo en la heladera hasta por una semana. De esta manera, no estarás apurado en utilizarla en el momento.
Otro truquito es secar la borra de café. Para eso es importante colocarla sobre un papel manteca o una placa de silicona y dejarla al sol o en el horno, cuando lo apagues luego de alguna cocción. Esta borra de café seca podés mezclarla con alguna harina y darle un toque delicioso a panes, muffins, scones y, por qué no, pastas.
Son muchas las recetas que vamos a ir compartiendo con sólo un producto que hoy desperdiciamos y que puede servir para dar sabor e incluso para otros usos no comestibles pero igual de valiosos.
Budín vegano de chocolate y borra de café
Ingredientes
1 taza de café
2 cdas. de borra de café
2 tazas de harina
1 taza de aceite de girasol
6 cdas. de cacao
8 cdas. de azúcar
2 cdtas. de polvo de hornear
Preparación
Con un batidor de mano, mezclar enérgicamente todos los ingredientes hasta obtener una preparación homogénea. Colocar en budineras previamente aceitadas. Llevar a horno medio, precalentado, por 30 minutos. Para desmoldar, esperar a que esté tibio. Si tenés frutos secos, podés agregarlos a la preparación y brindarle un toque crocante.
Brownie con borra de café
Ingredientes
200 g de chocolate negro
120 g de manteca
4 huevos
120 g de azúcar
2 cdas. de borra de café
70 g de harina
50 g de nueces
Preparación
Batir los huevos y el azúcar. Calentar el chocolate y la manteca. Mezclar ambas preparaciones. Agregar la harina, la borra y las nueces. Revolver. En una asadera enmantecada llevar a horno por 30 minutos. Dejar enfriar. Podés acompañarlo con helado, queso mascarpone, yogur griego, queso blanco entero, descremado o light.
Masa de tarta con aroma a café
Mezclar en un bol 300 g de harina, 200 g de azúcar, 100 g de manteca, 2 cdas. de borra de café y 1 huevo. Armar la masa y dividirla en 2 bollos de tamaño parejo. Dejar en la heladera hasta utilizar. En el momento de preparar la tarta, enmantecar y enharinar una tartera desmontable, forrar con una de las masas y rellenar. Llevar a horno precalentado a 180º por unos 15 minutos, dependiendo del tipo de relleno que uses. La masa se conserva por una semana en heladera o se puede freezar por hasta tres meses y de esta manera podés preparar un postre en cualquier momento.
Álbum de datos y consejos
Luego de años de trabajo e investigación, a fines de 2021 Sylvana Cabrera y su hija, la chef Guillermina Bauer, publicaron Aquí no se tira nada (Planeta Gastro), primer volumen de la categoría sin desperdicios en Latinoamérica, ganador del concurso Gourmand World Cookbook Award de libros de gastronomía, premio que se entrega este mes en París.