En 2022, al conmemorarse los 140 años del nacimiento del escultor José Belloni (1882-1965), una comisión trabajó en una serie de acciones vinculadas a su obra y su legado tanto en Uruguay como en el exterior. En mayo fue presentada, como corolario de esos homenajes, la Ruta Belloni, que pretende enlazar, como un paseo que une distintos puntos de la capital, las esculturas y bajorrelieves que se encuentran desde Ciudad Vieja hasta Paso Molino, comenzando en la catedral y pasando por el Palacio Legislativo y la rambla de Parque Rodó, ida y vuelta. En una etapa siguiente el público podrá descargar una aplicación georreferenciada, generada en acuerdo con el Ministerio de Educación y Cultura, para seguir de manera autónoma esa ruta, que trasladándose en parte a pie y en parte en ómnibus puede insumir unas tres o cuatro horas de recorrido.

Los planes incluyen involucrar a las agencias de viajes y dictar una formación sobre la trayectoria del artista a cargo de sus descendientes, para que los guías cuenten con buenos insumos y puedan transmitir de modo fidedigno la relevancia de sus creaciones y subsanar algunos errores que se repiten sobre su figura. “Hubo que corregir mucho material que estaba en internet que no era verdad. Fue todo un año de trabajo, pero queda por hacer, todavía estamos recaudando fondos y haciendo intercambios, para concretar el famtour, es decir, el recorrido, porque está dirigido a las universidades que tienen formaciones en turismo, a los guías y a las agencias de viajes. Esa es la idea, que vendan esa ruta”, cuenta Gianella Galo, vinculada desde hace tiempo a la gestión y el turismo cultural e integrante de la comisión honoraria que organizó las celebraciones.

El largo periplo tras la huella del escultor llega hasta Minas, donde un nieto de Belloni y su pareja tienen un taller de escultura y restauración. “Y viendo la obra de Belloni, que está para reparar, para hacer un museo, me enamoré del espíritu de Belloni, y por supuesto me puse a estudiar, porque no sólo esculpía sino que pintaba, además era un gran jardinero, diseñaba para su mujer las colchas y las alfombras que ella después tejía, era un ebanista impresionante, hacía vitraux, y los muebles de marquetería que estaban en su casa eran obra de él. Quedé absolutamente conmovida”, resume sobre el impacto que le causó todo aquello.

“Belloni tiene una obra tan grande, no sólo en Montevideo, sino regionalmente, y en Europa, que había que armar una ruta para que esto se visualice, porque fue un adelantado para un montón de cosas. De hecho, que haya esculpido una obra a María Eugenia Vaz Ferreira cuando ningún escultor hacía una obra en homenaje a la mujer, o que tenga una obra a los derechos humanos en 1935, antes de la declaratoria de los derechos humanos en 1948, habla de él. El entrevero es esto: es la forja de nuestro país en todas las etnias y razas que convivían”, subraya.

Entre los muchos actores que se pusieron al hombro esta idea de la ruta y los elementos que decidieron poner en valor, figura una placa hallada en el teatro Solís, que fue restaurada y colocada en el hall. El mismo empeño hubo que poner en reparar La diligencia o devolver al podio la escultura de María Eugenia Vaz Ferreira, recapitula Galo. El escultor Ramón Cuadra y el personal de Paseo del hotel, donde está la última posta de diligencia (en el Prado), también participaron en esa movida, aparte de un equipo que filmó los mojones de esta ruta patrimonial, y de la Cátedra de Diseño Gráfico de la Universidad ORT, que se encargó de la tipografía del proyecto. Además se establecieron nexos con el MOA de Argentina, un museo a cielo abierto también conocido como Patio de las Esculturas, donde resguardan dos obras de Belloni, y contactos con la antigua Fondería Marinelli, ubicada en Florencia, Italia, que en los años 1930 se encargó de la fundición de La carreta en una sola pieza. Por otra parte, relata Galo, se trató de una pieza tan codiciada, que el propio Benito Mussolini intentó que quedase en su territorio y sólo la intermediación de la cancillería uruguaya logró impedirlo.

“Belloni se crio en Lugano, ya que después de los 8 años sus padres se separan y se va a vivir a Suiza. Ahí se forma. Y el año pasado, en una escalinata de esa ciudad, se colocó un friso en su homenaje. Sigue siendo muy importante. Ahora estamos atrás de la obra que ganó una medalla en la academia de arte de Múnich”, cuenta sobre los avances de la pesquisa en Europa.

Aparte de la Ruta Belloni en Montevideo, está en los planes implementar un circuito interdepartamental que una la capital con Canelones, Florida, Minas y Maldonado, y otra más, de carácter internacional, que una Montevideo, Lugano y Florencia. Los empuja la convicción de las múltiples facetas que puede cobrar esta puesta en valor de Belloni.


Mural por los 300 años de Montevideo en Capurro

Como parte de las actividades por los 300 años de Montevideo, en conjunto con organizaciones de la sociedad civil, la Secretaría de Discapacidad de la Intendencia de Montevideo, junto con el programa Esquinas de la Cultura, realiza murales en diferentes barrios de la ciudad.

Uno de ellos se pintó en la plazoleta Raúl Zacarías, en el muro de la calle Coraceros esquina Francisco Gómez, en Capurro. Participaron docentes y alumnos de grupos de cerámica y artes plásticas del Centro Cultural Capurro, el Club Capurro de Basketball, la Comisión Cultural del Centro Comunal 16, el circo El Picadero y la familia de Zacarías, así como también un grupo de Jornales Solidarios que trabaja con la secretaría.

El mural homenajea a Zacarías, un joven afrodescendiente que fue asesinado en 1991 en el marco de un arresto policial mientras estaba tocando el tamboril. El diseño retrata su gusto por el fútbol y los colores del cuadro en el que jugaba, así como su amor por la música.