Bob Dylan, leyenda viva de la música, que en 2016 ganó el Premio Nobel de Literatura, cumple este lunes 80 años. Robert Allen Zimmerman, tal es su verdadero nombre, nació un 24 de mayo de 1941 en Duluth, Minnesota, en Estados Unidos.
Su carrera comenzó en los años 60, cuando luego de abandonar la universidad viajó a Nueva York y comenzó a actuar en la escena folclórica de Greenwich Village. Su primer disco, Bob Dylan, fue editado en 1962 y consistía en versiones de canciones populares.
Al año siguiente llegaría The Freewheelin' Bob Dylan, que incluía el tema “Blowin' in the Wind”, y en 1964 editó The Times They Are a-Changin', con la canción homónima.
Entre 1965 y 1966 fueron publicados Bringing It All Back Home, Highway 61 Revisited y Blonde on Blonde, considerados influencias de la época. El segundo de ellos comenzaba con “Like a Rolling Stone”, tema elegido como el mejor de todos los tiempos por la revista, justamente, Rolling Stone.
Su carrera comprende 39 discos con más de 125 millones de copias vendidas, y galardones como el Oscar de la Academia en 2001 por la canción “Things Have Changed”, de la película Wonder Boys, dirigida por Curtis Hanson. Ese tema también le valió un Globo de Oro.
Dylan ganó una decena de premios Grammy, además del Premio Príncipe Asturias de las Artes en 2007. En 2008 le otorgaron una mención especial del Premio Pulitzer “por su profundo impacto en la música popular y la cultura estadounidense, marcado por composiciones líricas de extraordinario poder poético”. Cuatro años más tarde le tocaría la Medalla Presidencial de La Libertad, entregada por Barack Obama.
Finalmente, en 2016 el comité del Premio Nobel lo anunció como ganador de esa edición, “por haber creado una nueva expresión poética dentro de la gran tradición de la canción americana”. Fue el primer músico en recibir este reconocimiento “y su elección quizás sea la decisión más radical en la historia del premio”, dijo en su momento The New York Times.
Dylan guardó silencio durante las dos semanas siguientes al reconocimiento, lo que molestó a algunos miembros de la Academia Sueca, pero declaró que era algo “maravilloso, increíble. ¿Quién sueña con algo así?”. Pese a que no viajó a la ceremonia de entrega debido a compromisos previos, en abril de 2017 se realizó una ceremonia privada en Estocolmo; tenía tiempo hasta el 10 de junio, o hubiera perdido la medalla de oro, el diploma y el millón de dólares de premio.
Por entonces fue publicado Letras completas, un libro de 1.300 páginas que recopilaba todas sus composiciones hasta 2012, cada una de ellas con una nota explicativa y su versión en español. En este último punto es donde los traductores incurren en una serie de prácticas reprobables, e incluso incomprensibles.
Poco después llegaría Bob Dylan. La biografía, una edición ampliada del libro escrito por Howard Sounes y editado originalmente en 2001. Este trabajo esforzado y meticuloso incluyó entrevistas a unas 250 personas cercanas al artista, que personalmente se negó a colaborar. Su mayor inconveniente es que, luego de leerlo, “no da ganas de escuchar a Dylan”.
Su influencia continuó apareciendo en otros medios, como el no-tan-documental Rolling Thunder Revue: A Bob Dylan Story by Martin Scorsese, que se estrenó en Netflix en junio de 2019. La película muestra la gira “Rolling Thunder Revue” de 1975, pero la salpica con actores interpretando a personajes ficticios o versiones ficcionalizadas de sí mismos. Dylan, mientras tanto, mira a la cámara y dice sobre lo ocurrido: “Es algo que pasó hace 40 años. No recuerdo nada”.
Pero la música todavía no se había detenido, y en 2020 salió a la calle el magnífico Rough and Rowdy Ways, un disco que invita a dejarlo sonar, y que puede correr de punta a punta sin necesitar de nuestra total atención para disfrutarlo en cada momento.
- Leé más sobre esto: A Dylan le quedaban sorpresas
La última noticia del cantautor llegó a fines de 2020 y terminó marcando tendencia. Se anunció que Dylan había vendido todo su catálogo musical al sello Universal Music Group, en la que sería la mayor compra de derechos en la historia de la industria musical, ya que se habló de una cifra superior a los 300 millones de dólares.