El futbolista Daniel Alves se encuentra en la prisión de Brians 2 de España desde hace casi tres meses tras ser denunciado por agresión sexual contra una joven de 23 años el pasado 30 de diciembre en la discoteca Sutton, de Barcelona. Este lunes volvió a declarar y confesó a la jueza Concepción Cantón que mantuvo relaciones sexuales con quien lo denunció por abuso sexual, y alegó que se trató de una relación consentida.

Se trata de la quinta versión que el futbolista da a la Justicia. Una de las excusas que utilizó el jugador para justificar sus diferentes versiones fue que mintió porque le había sido infiel a su -ahora- expareja Joana Sanz.

Con el nuevo argumento del exjugador del Barcelona y del Juventus, su defensa buscará que el acusado salga en libertad provisional mientras el caso sigue su curso hasta que se dé el fallo final. “Una petición de libertad que se va a formular esta semana ante el juzgado de instrucción número 15 de Barcelona”, aseguró el periodista Carlos Quílez en el programa español Y ahora Sonsoles.

Según medios españoles, el jugador y su defensa tienen el objetivo de lograr la prisión domiciliaria. Para eso, su primera esposa y sus dos hijos se mudaron a Barcelona, con la idea de que su estadía en el país sirva para justificar que Alves tiene arraigo por España, teniendo en cuenta que hace algunas semanas su esposa Joana Sanz hizo pública la separación con el futbolista.

En el caso de conseguir la prisión domiciliaria, Alves deberá entregar su pasaporte y tendrá que acudir al juzgado periódicamente, además de llevar una pulsera telemática para estar siempre controlado, pero es algo muy difícil de que suceda debido a las reiteradas contradicciones que el futbolista tuvo en sus declaraciones y a las pruebas materiales que favorecen la versión de la víctima, además de las declaraciones de los testimonios de las que recientemente se conocieron detalles.

Uno de los mozos del boliche donde ocurrieron los hechos contó en el mismo programa español lo que vio esa noche. “La chica que lloraba me dice que había tenido un problema con alguien muy importante y que sólo quería irse. Casualmente, en ese momento, pasa el director de la discoteca y entre los dos conseguimos que nos explique qué ha sucedido”, sostuvo el testigo.

“Antes de activar el protocolo de actuación para estos casos, nos desplazamos a un despacho y el director me dijo que el autor podía ser Dani Alves y que ya no estaba en la discoteca. Me desplacé donde estaban las chicas y le pregunté a la víctima si quería denunciar y sus palabras textuales fueron: 'No voy a denunciar porque ¿quién me va a creer?'”, contó.