La cancha exterior del Club Malvín estaba llena de niños que, en filas, tenían que ir picando la pelota naranja y probar su suerte tirando al aro. Los más chiquitos recibían ayuda, y los grandes ya sentían la presión para que al menos la pelota tocara la red. Esa era una de las actividades de la colonia de vacaciones Sol y Convivencia, de Pelota al Medio a la Esperanza, del Ministerio del Interior, que comenzó a funcionar la semana pasada y seguirá hasta la última de febrero. Luego vendrían juegos con aros, fútbol y actividades en rondas, y un refrigerio al terminar las actividades de recreación. En diciembre se llevaron a cabo las inscripciones al programa de verano, para que los niños tengan actividades de convivencia “fuera del aula”, en turno matutino o vespertino. Según contó Agustín Iparraguirre, coordinador de Pelota al Medio a la Esperanza, en los cinco barrios donde convocan niños (Bella Italia, Malvín Norte, Cerro Norte, Casavalle y Tres Ombúes) se fija un punto de encuentro, que en general es una plaza. Desde allí los profesores los llevan a clubes deportivos, clubes sociales o, en coordinación con la Intendencia de Montevideo, a la playa.

Pablo Caggiani, consejero de Educación Inicial y Primaria electo por los trabajadores, aseguró que la propuesta de Sol y Convivencia es complementaria a la de Verano Educativo, ya que se abren cupos en las 40 escuelas donde trabaja todo el año Pelota al Medio a la Esperanza en las que o no hay propuesta de Verano Educativo o, si hay, se completaron los cupos. “Tiene el plus de que da continuidad al trabajo que hace Pelota al Medio durante todo el año en estas escuelas”, valoró el consejero.

Iparraguirre destacó que, así como las actividades del año, la colonia se pone en marcha gracias a la coordinación con organizaciones públicas y privadas, y puso el ejemplo del Club Malvín, que esa mañana estaba lleno de niños de Bella Italia gracias a un convenio por el cual el club presta, gratuitamente, las instalaciones. Antel, el Banco de Seguros del Estado y la Intendencia de Montevideo son otras instituciones con las que se articulan recursos.

Durante el resto del año, el programa trabaja con 6.500 niños de escuelas y centros de educación media en zonas con problemas de seguridad, en una apuesta del Ministerio del Interior para estar presente en los barrios con “otras estrategias para mejorar la seguridad”. Según contó el coordinador, una evaluación de impacto realizada en 2018 da cuenta de que “los docentes, maestros y directores de los centros educativos de contextos vulnerables están muy contentos con que el proyecto esté acompañando las escuelas y trabajando en convivencia”. Afirmó que las actividades no son exclusivamente deportivas, sino que también hay talleres varios, entre ellos de resolución de conflictos, de género o de cocina, que están muchas veces abiertos a los padres y al resto de la comunidad.

Iparraguirre manifestó que se preparó una memoria sobre lo actuado en los diez años de funcionamiento del programa para entregar la información al futuro ministro del Interior, Jorge Larrañaga. “La idea es que el programa pueda seguir. Para el Ministerio del Interior es una estrategia de seguridad y convivencia”, aseguró.