En el marco de un año lectivo distinto al habitual en el que muchos niños no siguieron adecuadamente las actividades educativas, en 2020 la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) resolvió que la promoción de los niños de educación inicial y primaria se pudiera definir una vez terminado el año lectivo. De esa forma, con el apoyo de maestros, esos niños podrían tener más tiempo para lograr aprendizajes no conseguidos durante el año pandémico y, al mismo tiempo, tener más chances de avanzar en su trayectoria en el tiempo esperado.

En 2021 la Dirección General de Educación Inicial y Primaria (DGEIP) de la ANEP valoró que el mecanismo de la promoción diferida no dio los resultados esperados y, por lo tanto, no se aplicará en el cierre de cursos de este año. Por lo tanto, los niños tendrán la tradicional calificación al terminar el año lectivo, lo que determinará si avanzan de grado. La nota irá acompañada de una “descripción fundada” del desempeño del estudiante para que el docente de 2022 tenga el detalle del grado de avance en las distintas áreas en las que se espera obtenga aprendizajes. Este juicio detallado ya había sido implementado el año pasado y desde la ANEP se definió “profundizar” en ese camino este año, ya que dio buenos resultados, explicó días atrás en el programa radial Así nos va la inspectora técnica de la DGEIP, Selva Pérez.

Pérez afirmó que desde Primaria valoraron que “falta mucho tiempo de maduración a nivel de toda la sociedad” para que la promoción diferida “dé resultados”. En diálogo con la diaria, la inspectora técnica señaló que si bien la idea de la promoción diferida es buena y se seguirá explorando, su aplicación fue dificultosa durante la pandemia. Según Pérez, ante la duda los docentes optaron “sin mala intención” por la no promoción de sus estudiantes, habituados a las posibilidades que brinda el sistema educativo desde hace décadas.

Sobre la descripción fundada, si bien todos los años el maestro escribía un juicio de cada estudiante que luego veía el docente del año siguiente, ahora se hace énfasis en que el juicio sea descriptivo y no valorativo, apuntó Pérez. En suma, planteó que desde la DGEIP se seguirá en el camino de flexibilizar la promoción de los niños. La inspectora aseguró que para obtener éxito, ese tipo de ideas necesitan “tiempo de reflexión” y “construir una verdadera praxis”, es decir, un mayor vínculo de la teoría con la práctica. Al respecto, señaló que es fundamental la discusión que pueda generarse entre maestros, pero también con profesores y otros roles de apoyo con los que cuentan las escuelas.

Implicancias

Consultada por la diaria, la maestra y magíster en Educación y Sociedad Adriana Tróccoli señaló que la promoción diferida fue un mecanismo excepcional en el marco de la pandemia y que la posibilidad de lograr aprendizajes no depende de un único factor. Según detalló, además del tiempo también debe tenerse en cuenta “lo emocional, lo afectivo, las dificultades socioeconómicas” y distintos trastornos que los escolares puedan tener.

Tróccoli recordó que los criterios de pasaje de grado se habían flexibilizado a través de una circular en 2016, que considera el trabajo por ciclos, uno de primer a tercer año y otro de cuarto a sexto. La maestra ilustró que si un niño no aprendió a leer ni escribir en primer año, pero sí obtuvo aprendizajes en otras áreas, a través de esta flexibilización puede ser promovido a segundo y los maestros de ambos grados pueden generar en conjunto un plan para que avance en su deficiencia o madure un poco más, sin que implique repetir. “Para que eso se logre, las instituciones tienen que tener proyectos flexibles; el maestro tiene que trabajar en equipo, considerar que el alumno no es de mi grado sino de la escuela o de un ciclo”, apuntó.

Tróccoli se mostró contraria a usar el término repetición porque lo considera un “estigma”, y en su lugar prefiere hablar de “recursada”. Según detalló, la repetición está asociada a algo negativo y “frustrante” para los niños y sus familias, cuando “no tiene que ser así”. Además, consideró que el término tampoco es preciso, porque cuando el niño recursa en realidad no repite la experiencia, ya que ni él ni el grupo son los mismos, e incluso puede cambiar de institución educativa de un año a otro.

Consultada sobre el futuro de esta medida en el sistema educativo, valoró que se debe seguir avanzando por el camino iniciado con la circular de 2016 que flexibilizó los criterios de promoción. Según valoró, esta normativa permite “pensar de otra manera”, lo que es necesario para visualizar alternativas a la repetición que no sean estigmatizantes ni frustrantes.

Contrapunto

Por su parte, Pablo Caggiani, exconsejero de Primaria en representación de los trabajadores y actual integrante del directorio del Instituto Nacional de Evaluación Educativa por el Frente Amplio, dijo a la diaria que ya existen recursos normativos para definir el pasaje de grado en cualquier momento del año para estudiantes con extraedad.

Según detalló, desde que existe el Programa de Maestros Comunitarios se cuenta con esa posibilidad, que equivale a la promoción diferida. Al respecto, ilustró que si bien es posible que un niño no logre determinados aprendizajes al mes de diciembre y se defina que recurse, al año siguiente puede obtenerlos en abril o mayo. En ese caso, no tendría sentido dejarlo todo el año en el mismo curso, sino que puede ser promovido al siguiente grado, consideró. Consultado sobre la definición de la DGEIP para este año, Caggiani opinó que “es raro volver a una estructura un tanto vetusta” por la que la promoción de los niños se resuelve únicamente en diciembre.

El maestro se mostró de acuerdo con pensar estrategias para evitar el rezago, que luego incide en la trayectoria educativa de adolescentes y jóvenes, quienes luego de repetir son más proclives a volver a hacerlo o incluso a desvincularse del sistema. Caggiani entendió que “en la medida en que la situación se tienda a normalizar” se volverá a la valoración que los docentes hacían antes de la pandemia, que consiste en tratar de evitar la repetición y dejarla como “último recurso” para casos en que los niños tengan “afecciones del desarrollo” o “dificultades de aprendizaje extremadamente complejas”. De todas formas, el maestro consideró “un retroceso” que el año lectivo se piense únicamente de marzo a diciembre y que en las definiciones tomadas “apenas se vean” algunas referencias al programa de escuelas de verano de la ANEP. Según consideró, ello implica que quien se adapte a la normativa sea el niño, cuando debería ocurrir a la inversa.

Circular hecha canción

Este año, desde la Inspección Técnica de la DGEIP se promovió la difusión de una circular para que los maestros trabajen con los niños. Contrariamente a lo habitual, no se trata de un texto escrito con “vistos” y “considerandos”, sino de una canción en la que se habla de las emociones y deseos de los niños, que también intervienen en la pieza musical. Según explicó Pérez, las primeras repercusiones recibidas por parte de maestros que usaron las canción en clase fueron muy positivas.