El lunes 1º de marzo comienzan las clases en primaria y el colectivo Familias Organizadas de la Escuela Pública (FOEP) está “preocupado” por las condiciones en las que se dará el retorno a clases, en particular por la presencialidad que se pueda alcanzar. “Recién a fines de enero el Codicen [Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública] mostró indicios de que estaban dando pasos, buscando locales”, comentó Gabriela Sarasúa, una de las madres que integra la organización.

Comentó que el colectivo hizo peticiones en distintas intendencias para conseguir locales para las escuelas. “Si bien sabemos que no es la solución, es una de las posibles soluciones para escuelas con salones muy pequeños”, añadió Sarasúa, que señaló que la situación es “muy dispar” en las escuelas, ya que algunas direcciones “se han acercado y convocado a las comisiones de fomento, y están trabajando con las familias, pero en otras no hay contactos”. “Nuevamente está librado a lo que las direcciones puedan hacer”, lamentó.

Las familias ven con buenos ojos el nuevo protocolo aprobado por el Codicen, ya que “contempla una cantidad de cuestiones que habíamos pedido”. Como ejemplo, la integrante del colectivo mencionó que se explica claramente “qué hacer en situaciones de covid positivo”, en comparación al anterior protocolo que “dejaba un poco librado a las direcciones escolares, porque no estaba escrito”, por lo que en algunos casos ante un caso en un grupo se cerraba la escuela y en otros sólo hacían cuarentena los estudiantes y adultos en contacto con ese caso.

En la misma línea, destacó que se define “qué es un contacto directo, y pueden parecer detalles pero son importantes esas definiciones en el día a día”, valoró. También señaló que si bien siguen siendo importantes las medidas de higiene, el protocolo de 2020 “tenía una cantidad de requisitos; ahora se avanzó en la información sobre la transmisión del covid por las superficies y el protocolo lo contempla”.

Sarasúa mencionó como avances que se establezca que las clases son obligatorias en todos los niveles y que aumente la cantidad de horas de la jornada a ocho, de forma que las escuelas de tiempo completo puedan volver a la totalidad de su horario.

Por otra parte, destacó que como el protocolo establece un metro de distancia para primaria eso permitirá que en muchas escuelas puedan comenzar los grupos completos. “El año pasado, ante el cambio de protocolo de 1,5 metros a un metro, en algunas escuelas no se cambió el funcionamiento de grupos fragmentados porque ya estaban organizados así”, acotó.

Pese a estas virtudes del nuevo protocolo, Sarasúa puntualizó algunas carencias del documento, por ejemplo en relación con las actividades virtuales en caso de suspensión de la presencialidad. “Si bien entendemos que la presencialidad es importantísima, también tenemos claro que donde aparezcan casos de covid se va a tener que ir a la virtualidad. ¿Cómo va a ser? ¿Con qué garantías? ¿Los docentes van a recibir las condiciones para conectarse? ¿Los estudiantes que no acceden a internet van a acceder a algún plan de datos gratuito? ¿Va a ser obligatorio que los docentes se conecten a través de plataformas tipo Zoom, en vivo? Eso no se especifica, y para un niño es muy importante ver a su maestro aunque sea a través de la pantalla”.

Entre otros puntos que generan preocupación en este arranque de clases, la madre mencionó la falta de cargos docentes, la falta de auxiliares, y también el recorte en el Programa de Maestros Comunitarios, que el colectivo de familias evalúa como “fundamental” para mantener el vínculo educativo con los niños que se ausentan de las clases.

De familias a familias

En los próximos días el colectivo lanzará la campaña informativa Regreso a Clase entre familias, para transmitir “la importancia de la presencialidad en la escuela y la necesidad de garantizar el derecho a la educación”. Sarasúa explicó que se enfocaron “en dar datos basados en evidencia científica sobre que la escuela es uno de los hábitos de bajo riesgo de contagio, y transmitir las consecuencias negativas que tiene no asistir a la escuela”. Además de enfatizar en las medidas de protección, se dan sugerencias para conversar sobre la situación en familia antes del regreso a clase, y se apunta a que “así como estamos conviviendo con el virus en otros ámbitos, tenemos que aprender a gestionar el riesgo en la escuela”.

“Queremos volver con condiciones adecuadas a esta época de pandemia, siguiendo los lineamientos de salud pública”, remarcó Sarasúa, que tomó distancia de algunos grupos de familias que se niegan a que sus hijos utilicen tapabocas en los centros educativos.

La integrante del colectivo contó que el Fondo de Población de la Organización de las Naciones Unidas apoyó la campaña, que se difundirá en cartillas para adultos y en formato cómic para niños, y que además contará con un audiovisual en el que referentes de la cultura, la salud y la educación hablan de estos temas. Todos los contenidos se difundirán en redes sociales, pero el grupo aspira a conseguir financiamiento adicional para poder imprimir algunos de los materiales.