La Asociación de Funcionarios de UTU (Afutu) manifestó preocupación por “recortes” en el programa Formación Profesional Básica (FPB), que tiene el centro en la inclusión educativa y apunta a la búsqueda de soluciones a los problemas de la educación media en el país. “Si se recortara esta opción se verían afectadas la continuidad educativa y la trayectoria de los estudiantes. Por lo tanto, apelamos a la continuidad del plan FPB”, exigió ante los senadores de la Comisión de Educación y Cultura la integrante de Afutu Lourdes Núñez.

Según consta en la versión taquigráfica a la que tuvo acceso la diaria, los dirigentes de Afutu plantearon cuatro puntos de preocupación. El primero es que desde el sindicato solicitaron datos para conocer el presupuesto del plan FPB de cara a definir la oferta educativa para 2022, que en UTU tiene dos etapas fundamentales –el preplanillado y el planillado– que se desarrollan entre agosto y noviembre de cada año, explicaron. Sin embargo, hasta el momento no han tenido información al respecto.

Lo segundo es que en febrero de 2021 se produjo un cambio en las “condiciones de acompañamiento y seguimiento de los estudiantes y grupos de FPB” desde el rol de las educadoras, porque una resolución de la Dirección General de UTU aumentó el número de estudiantes con los que tienen que trabajar, con una carga horaria que implica diez horas de trabajo semanales cada 25 estudiantes (antes tenían 40 estudiantes pero 20 horas semanales para trabajar con ellos); “además, se nos plantea atender emergentes del ciclo básico tecnológico. Esto último todavía no se ha concretado por la vía de los hechos porque es un tema en el que no hemos llegado a un acuerdo. Entonces, la calidad de nuestro trabajo cotidiano se ve condicionada y está influyendo e influirá en los próximos años –si esto se mantiene– en el seguimiento y el acompañamiento educativo de estos estudiantes y grupos de FPB”, apuntó Núñez.

El tercero, que también ocurrió en febrero, es que se recortaron casi 800 horas a educadoras en todo el país, “sin un sustento pedagógico en otras propuestas de educación media básica, como son los grupos de rumbo integrado que funcionan en 11 departamentos del país, así como los grupos de los centros educativos comunitarios en Montevideo y Maldonado, exceptuando los grupos de FPB”.

Por último, reconocieron que durante el proceso de crecimiento y alcance en la cobertura del plan FPB hubo algunas dificultades en determinados aspectos de su “instrumentación, que deben ser revisados”. En este sentido, dijeron que están en conocimiento de que “está en marcha una evaluación del plan FPB por parte del Ineed [Instituto Nacional de Evaluación Educativa], que lo está deliberando. Tampoco tenemos información sobre esas pautas, no hemos sido convocados y convocadas, actores y actrices directamente involucrados en el plan, y nos preocupa el tema de con qué criterios se lo está evaluando, pues una mirada únicamente cuantitativa no contemplaría a aquellos estudiantes que tienen otras necesidades a la hora de aprender”.

Consultado por la diaria, el presidente del Ineed, Javier Lasida, dijo que el informe se hizo en acuerdo con UTU porque quieren tomarlo como “insumo para varias definiciones que tiene que tomar, tanto sobre la oferta 2022 como sobre el rediseño de la educación media básica”.

Sobre la metodología, Lasida señaló que es cualitativa y que se hicieron “entrevistas a muchísimos actores”. “Hemos tenido una gran colaboración y apertura de las escuelas; los equipos de educación técnica han colaborado mucho con el proceso de evaluación, y eso ayuda”, sostuvo, y agregó que se hace en combinación con el procesamiento de información de las pruebas Aristas, en las que se hizo una “contemplación especial” del FPB.

El jerarca del Ineed indicó que con el estudio buscan saber “cuánto se logró satisfacer las preferencias de la gente”.

En busca de expandir

Desde que se puso en marcha hubo un aumento significativo de la matrícula en el plan FPB. Según Afutu, en 2008, cuando comenzó, había 1.189 estudiantes. En tanto, en 2020 el número ascendió a 14.427. Estos datos corresponden a estudiantes de hasta 18 años, aunque “en realidad hay más en matrícula porque el plan no tiene límite de edad”, aclaró la integrante del sindicato Victoria Torres.

En cuanto al aumento de la matriculación en general, señaló que a partir de 2016 el plan incluyó a estudiantes provenientes de primaria. En principio, dijo, había sido creado para estudiantes de 15 años que no habían culminado el ciclo básico, pero a partir de ese año “se comenzó a incorporar a estudiantes provenientes de primaria”. “Con respecto a esa franja etaria, hago notar que en 2016 eran 30 y en 2020 ya eran 3.254 estudiantes de primaria. Esto quiere decir que ha ido en aumento la matrícula”, detalló. 80% de los y las estudiantes que asisten al FPB tienen entre 14 y 18 años, algo que, consideran, “no es menor”.

“El hecho de que 80% del FPB esté integrado por esos estudiantes quiere decir que es un plan que responde a esa necesidad educativa de cursar, de transitar la educación media básica hacia otros niveles educativos”, destacó Torres. Por otro lado, informó que en 2017 el porcentaje de aprobación fue de 51% y en 2019, de 63%. En cuanto a la desvinculación, en 2017 fue de 21% y en 2019, de 17%. “Destaco estos porcentajes porque si los leemos junto con el otro dato de aumento de la matriculación vemos que a lo largo de los años aumentan la matriculación y la aprobación, al tiempo que disminuye la desvinculación. Si leemos estos datos en forma conjunta, a nuestro entender son muy positivos”, ponderó.

Por su lado, otro integrante del sindicato, Fernando Funcasta, dijo que los datos de aprobación en el FPB también se verifican en el Ciclo Básico Tecnológico (CBT). “¿Qué pasa? Los estudiantes que aprueban en el CBT constituyen 63% –la misma cifra que en el FPB– y todo el resto de los que no aprueban fracasan y pasan a una desvinculación total del sistema educativo. A su vez, ese porcentaje de 63% de aprobación en el FPB es un éxito total. ¿En qué sentido? En el sentido de que la totalidad de la población de estudiantes del FPB ha sido recuperada para el sistema, entonces, aquí es ganancia total, por así decirlo”, explicó ante los legisladores.

En ese sentido, consideró “sumamente importante” dejar en claro que “se está haciendo una comparación de calidad diferente”. “Si bien los números son los mismos, en el caso del CBT, los que quedan fuera de ese 63% se caen del sistema, por así decirlo, mientras que en el FPB todo ese 63% de aprobación es un éxito que parte de un cero total”, explicó.

Según el informe de Aristas Media, 77,7% de los estudiantes de FPB llegan al nivel dos (de cinco) en matemática, mientras que en lectura 35% está en nivel 3.

Con respecto a la distribución territorial de las escuelas que tienen FPB, el informe Aristas compara la distribución territorial de distintos centros educativos –tanto públicos como privados y con o sin FPB– y “da cuenta de que 83% de las escuelas con FPB se encuentran en territorios que los definen como ‘desfavorables y muy desfavorables’, o sea en condiciones socioeconómicas, territoriales, geográficas y educativas vulneradas. Es importante destacar esto porque el plan, obviamente, da respuesta a una población que, sin él, no tendría estas posibilidades, o quizás sí, pero en menor medida, porque no se llegaría con las otras propuestas educativas”, expresó Torres.

En ese sentido, a partir de estos datos de matriculación, desvinculación, aprobación y distribución territorial, entienden “necesario expandir el plan”. Agregó que “no se trata solamente de evitar que disminuya su inserción territorial, sino de expandirlo para dar más respuesta a diferentes poblaciones. Quizás haya que hacer alguna modificación dependiendo del territorio, pero entendemos que los datos son positivos y es necesaria la expansión para poder seguir dando cuenta a la población de que existen diversas propuestas educativas a las cuales pueden acceder”.

El nivel de egreso

Juan Pereyra, director general de UTU, señaló a la diaria que se destinan “muchos recursos” para trabajar “con estos chicos”, algo que considera “correcto”, pero, dijo, los resultados “correspondientes no se estaban dando”. “Los alumnos no estaban saliendo con un nivel como todos desearíamos”, lamentó.

Aseguró que al programa tienen que “revisarlo” y hacer una “reestructura”. “Si algo sale mal y se sigue haciendo lo mismo, evidentemente no va a salir bien”, afirmó.

Consultado sobre los cambios que se avecinan en el FPB, dijo que esperarán por los informes que están haciendo sobre el plan desde UTU y el Ineed, que se realizan paralelamente. “Es muy fácil decir ‘son los peores resultados que hay’ o ‘esto no anda bien’. Hay que valorar que es un nivel de población bastante complicado, entonces a veces no se puede comparar con los demás”, concluyó.