A fines del año pasado, el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) respaldó a la directora de Educación Secundaria, Jenifer Cherro, luego de que la diaria informara que presentó como un “posgrado” un curso de educación permanente de la ex Licenciatura en Ciencias de la Comunicación (Liccom) de la Universidad de la República (Udelar). Desde que asumió el cargo, en mayo de 2020, y hasta que fue consultada al respecto, mantuvo esa información en su currículum publicado en la página web de Secundaria. Sin embargo, desde la Facultad de Información y Comunicación (FIC) de la Udelar informaron a este medio que el primer curso de posgrado que ofreció la ex Liccom fue en 2011, con la Maestría en Información y Comunicación, junto con la ex Escuela Universitaria de Bibliotecología y Ciencias Afines.
Después de pedir información a la jerarca, el Codicen concluyó que Cherro “obtuvo formación superior en Comunicación Organizacional”, que fue ofrecida “como un curso de posgrado o curso para graduados o egresados”. Además, el principal organismo de la ANEP consideró que no hay “documentación oficial o presentada por la involucrada” en la que haya planteado “contar o poseer” un título de posgrado, y dio por laudado el tema. Consultado por la diaria en marzo, el presidente del Codicen, Robert Silva, dijo que no ameritó iniciar una investigación, ya que en todas las instancias previas a las que Cherro postuló en su carrera funcionarial se deben presentar constancias sobre la existencia de los méritos.
Sin embargo, Cherro presentó una declaración jurada en 2020 ante el entonces Consejo de Educación Secundaria en la que informó con contar con el “posgrado” que había incluido en su currículum y que se mencionó en su presentación pública como directora de Secundaria, según un video difundido en Twitter por el actual senador Sebastián Sabini.
El día que Jennifer Cherro asumió como directora de Secundaria la propia @ANEP_Uruguay señaló que tenía un "Posgrado en Comunicación Organizacional", mintió sobre su formación y no hay dos lecturas. pic.twitter.com/7QY7GY92AU
— Sebastián Sabini (@tatisabini) December 17, 2021
la diaria accedió a una copia de la declaración, fechada el 6 de marzo de 2020, cuando todavía era inspectora de Literatura. En una tabla en la que se requieren datos de los distintos niveles de formación, en el casillero “Posgrado-Doctorado”, la jerarca escribió de puño y letra que tiene un “posgrado en Comunicación Organizacional”, realizado en 2002.
Se trata de una “declaración de situación funcional” que todos los inspectores de Secundaria deben presentar periódicamente y que en su encabezado aclara que “las informaciones suministradas tienen valor de declaración jurada”, “sujeta a las penalidades de la ley”. Concretamente, cita el artículo 347 del Código Penal, que tipifica el delito de estafa: “El que con estratagemas o engaños artificiosos, indujere en error a alguna persona, para procurarse a sí mismo o a un tercero, un provecho injusto, en daño de otro, será castigado con seis meses de prisión a cuatro años de penitenciaría”.
Educación permanente y posgrado
En su momento, cuando fue consultada por la diaria, Cherro admitió que cometió un “error” al llamar al curso como un posgrado en su currículum y lo fundamentó en que se trataba de una convocatoria exclusivamente para egresados. También dijo que en aquel momento la Liccom no era una facultad sino que era “como un apéndice” y que, con un menor desarrollo académico que el actual, se llamaba a docentes y profesionales con formación de posgrado para que dieran los cursos.
En las memorias de la Udelar de 2002 el curso de Comunicación Organizacional figura con otros cinco que se dictaron ese año, cada uno con una carga horaria total de 20 horas, y se diferencian claramente de los seis posgrados que cursaban docentes de la Liccom en aquel momento, según se informaba. la diaria consultó al respecto a Ricardo Viscardi, quien ese año era el director de la Liccom. Según confirmó, en esa época los cursos de educación permanente estaban dirigidos a graduados.
De hecho, mencionó que en muchos casos son diseñados desde unidades académicas de las que también dependen los posgrados, como ocurre actualmente en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Udelar, que cuenta con una Unidad de Especialización, Profundización y Posgrado. No obstante, Viscardi entendió que existe una diferenciación entre una cosa y otra: “Sin duda, y más allá de los aspectos formales en el plano universitario, el uso de la mención ‘posgrado’ en relaciones de méritos y en la literatura académica refiere a una formación sistemática y no a un curso de actualización en un dominio específico. Relativamente a este caso de Jenifer Cherro, es un aspecto de índole política, que ya trasciende, por lo tanto, a los aspectos reglamentarios de la actividad universitaria”, consideró.
Por su parte, Gabriel Kaplún, quien era docente de la Liccom cuando Cherro realizó el curso y fue asistente académico de Viscardi entre 2000 y 2002, recordó que en esa época la Liccom “no tenía posgrados” y que recién los inauguró en 2012, cuando ya estaba próxima la creación de la FIC. Sobre los cursos de educación permanente o actualización, señaló que “están pensados como cursos breves para que los ya graduados complementen su formación básica”.
Kaplún, quien actualmente es grado 5 del Departamento de Especializaciones Profesionales del Instituto de Comunicación de la FIC, dijo a la diaria que a veces existe “cierta confusión entre educación permanente y posgrado”. Según agregó, “en algunas partes del mundo se les dicen cursos de nivel de posgrado porque son posteriores al grado”, pero afirmó que “no son posgrados en el sentido clásico”. Estos últimos son las especializaciones, que suelen durar un año, las maestrías, que duran dos, y los doctorados, dos años de cursada más el tiempo de realización de la tesis, detalló.
En suma, mencionó que algunos cursos de educación permanente se validan como parte de un posgrado, lo que suele estar explicitado de antemano, pero consideró que “seguramente” no fuera el caso del que realizó Cherro, ya que “no había posgrados en los que se pudieran integrar cursos”. Además, señaló que, al igual que otras universidades, con el paso de los años la Udelar habilitó a personas que no tienen formación universitaria y estudiantes de grado cerca de egresar a realizar cursos de educación permanente. Para Kaplún, ello es algo “muy valioso” que, por ejemplo, permite la participación de “profesionales que no tienen una formación universitaria pero que conocen bien un campo” o la de “actores sociales y políticos que tienen interés en una temática”.
Las formas
Si bien en diciembre Cherro señaló que “tiene otros cursos” que no incluyó en su currículum, porque “uno no pone todo” sino “lo que más recuerda”, el curso de educación permanente aparecía dentro de la formación terciaria, a continuación de su título de profesora y del de licenciada en Ciencias de la Comunicación. En la misma línea, cuando asumió la dirección de Secundaria, el supuesto posgrado fue mencionado a continuación de sus dos títulos. Al compartir el fragmento de ese video por Twitter, Sabini afirmó que “Cherro mintió sobre su formación y no hay dos lecturas”.
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