Este viernes de tardecita tendrá lugar en el Centro de Montevideo una nueva Marcha por la Diversidad que, desde la Plaza del Entrevero a la plaza 1º de Mayo, recorrerá la avenida Libertador bajo la consigna “Basta de impunidad y saqueo de derechos”. Según adelantó la Coordinadora de la Marcha, las reivindicaciones del movimiento este año tendrán que ver con mostrar un “acá estamos” y “para que se acabe la discriminación” en todos los ámbitos de la vida, incluso el político, porque “hasta nuestres parlamentarios promueven discursos de odio anti LGBTIQA+”, denunciaron los colectivos convocantes.

Los discursos de odio que apuntan contra los derechos de las disidencias están justamente en el centro de las estrategias que despliegan los sectores ultraconservadores que dicen oponerse a la “ideología de género” y que están avanzando en todo el continente. En los últimos años, estos grupos marcaron como blanco específico a las personas trans y en distintos países han promovido leyes que apuntan contra sus derechos, porque es una población que parece condensar todo a lo que ellos se oponen, como analizaron especialistas en género, sexualidad y diversidad. Muchas de esas iniciativas están vinculadas al acceso de las personas trans a baños y vestuarios, un tema que también constituye un problema para muchas identidades trans en Uruguay.

En Uruguay, el accionar de estos grupos antiderechos “se mantiene relativamente moderado”, opinó el politólogo e investigador Diego Sempol, pero eso no significa que no exista. Ante eso, el movimiento LGBTI+ no se ha quedado expectante y ha desplegado algunas estrategias de resistencia. Un ejemplo es el trabajo que hace y que sotiene el colectivo Riversidad ATRU de Rivera, pese a la falta de recursos y de apoyo en general.

Desde el ámbito político los partidos hicieron una “autocrítica” sobre cómo vienen trabajando la temática de la diversidad a la interna. Cuando está por empezar la recta final del actual gobierno, la politóloga Cecilia Rocha asegura desde que asumió la coalición multicolor “no hubo grandes embestidas” con respecto a la agenda LGBTI+, pero tampoco se abrió “una ventana de oportunidad para que el movimiento social pueda proponer nuevos temas o profundizar cambios”.

En este contexto adverso, surgen otras iniciativas que apuntan a profundizar en el conocimiento para entender las experiencias de poblaciones disidentes que no siempre han estado bajo la lupa. Ese es el caso de un estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas sobre prácticas sexuales y afectivas de varones jóvenes que viven en Montevideo.