Familiares de Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo y William Whitelaw presentaron este martes una denuncia ante la Fiscalía especializada en Crímenes de Lesa Humanidad para que se identifique a los autores materiales del hecho. Si bien por estos asesinatos fueron condenados el exdictador civil Juan María Bordaberry y el excanciller de la dictadura Juan Carlos Blanco, nunca pudo avanzarse en la investigación sobre el operativo que culminó con el hallazgo de los cuerpos de las cuatro víctimas, el 21 de mayo de 1976.
En diálogo con la diaria, el abogado denunciante, Pablo Chargoñia, señaló que los denunciantes no persiguen ninguna teoría en particular sobre los responsables materiales del hecho.
“Tenemos interés en que sea la fiscalía la que desarrolle con las pruebas del caso la investigación para despejar todas las incógnitas posibles. Ha habido muchas hipótesis, incluso intencionalmente falsas, por lo que no damos ninguna por buena”, señaló.
Chargoñia destacó que la fiscalía tiene avanzada la investigación a partir de la primera denuncia de Gabriela Schroeder respecto de su caso, de sus dos hermanos, de su madre (Rosario Barredo) y su pareja Wiliam Whitelaw. “El caso de los homicidios de Michelini y Gutiérrez Ruiz forma parte de los mismos hechos que tienen que empezar a ser investigados para una posible formalización de los autores directos”, agregó.
Al tratarse de un crimen de Estado, la investigación del fiscal Ricardo Perciballe indagará sobre el Servicio de Información y Defensa, el organismo que tuvo mayor vínculo con los operativos coordinados con Argentina. Chargoñia destacó esa línea de investigación y confió en la posibilidad de “encontrar ahí a los autores que tuvieron intervención directa con el crimen”.
En un comunicado difundido este martes, familiares de las víctimas señalaron que el secuestro de los hijos de Barredo y la desaparición del militante comunista Manuel Liberoff, también ocurrida en mayo de 1976 en Buenos Aires, forman parte de la investigación que lleva adelante Perciballe.
Entre los nuevos elementos que podrían esclarecer el crimen, se encuentra la identificación por parte del juez federal Daniel Rafecas de un centro clandestino que funcionaba en la misma manzana que Automotores Orletti, conocido como Centro Bacacay, que habría funcionado entre abril y mayo de 1976 y en donde podría haber estado secuestrada Gabriela Schroeder.
Tanto Rafecas como Perciballe investigaron las actas de la comisión parlamentaria que trató el caso entre 1985 y 1987 y que debió interrumpir su trabajo por falta de garantías luego de una filtración en el espacio “El duende de la trastienda”, del diario El País, donde escribía el periodista Daniel Herrera Lusich.
“La posibilidad de que nuevas líneas de investigación deriven en hallazgos inéditos nos convoca a las familias una vez más en torno a los hechos de mayo de 1976, con la esperanza de que los autores materiales de esos crímenes sean identificados y juzgados”, señala el comunicado.
Además, destacan que la decisión de realizar la denuncia responde “a un ineludible deber filial pero también, y sobre todo, a la convicción de que, al igual que la sociedad, tenemos la necesidad y el derecho a la verdad y la justicia respecto al accionar del terrorismo de Estado”.
“Somos solidarios de todos los familiares que reclaman justicia por sus seres queridos, honramos la memoria de las víctimas, y creemos que todas las acciones que alimenten el camino para que la sociedad conozca el funcionamiento y las responsabilidades del terrorismo de Estado son esenciales para la defensa de la ciudadanía”, agrega el comunicado.
El 13 de mayo de 1976 fueron secuestrados Rosario Barredo y William Whitelaw en la calle Matorras en la ciudad de Buenos Aires, junto con sus tres hijos, a los que trasladaron a un centro de detención clandestino, cercano a Automotores Orletti.
Gutiérrez Ruiz fue secuestrado a las dos de la madrugada del 18 de mayo en su apartamento de la calle Posadas en Buenos Aires, luego de que un integrante de las Fuerzas Armadas argentinas, Osvaldo Paqui Forese, que respondía al comando de Aníbal Gordon, ingresara al domicilio tras forzar la puerta, acompañado de otros agentes que se identificaron como integrantes de la Policía Federal.
Michelini fue secuestrado esa misma noche en el hotel Liberty. Matilde Rodríguez y el conserje del hotel intentaron denunciar el secuestro en seccionales policiales, pero no les tomaron la denuncia.
El 21 de mayo encontraron el cuerpo de Michelini en la parte de atrás de un Torino color borravino que había sido robado en la tarde del día anterior, y en el baúl estaban los cuerpos de Barredo, Whitelaw y Gutiérrez Ruiz, junto a una nota que intentaba atribuir el crimen al Movimiento de Liberación Nacional.