En las últimas semanas una serie de hechos violentos vinculados con el fútbol tuvo como resultado dos homicidios y varios imputados. El 6 de enero en la madrugada hubo un enfrentamiento en la feria de la Vía Blanca, que se hace en el marco del festejo de Reyes en la avenida 8 de Octubre. Los incidentes ocurrieron en la esquina de Gobernador Viana, donde cuatro personas resultaron lesionadas: dos de ellas con impactos de bala y las otras dos con heridas de arma blanca, una de ellas con un corte en el cuero cabelludo.

Washington Omar Simón, uno de los heridos de bala, falleció cuatro días después como consecuencia de las heridas. El fallecido era uno de los condenados por el homicidio de Hernán Fiorito, hincha de Peñarol de 20 años asesinado el 28 de setiembre de 2016 por simpatizantes de Nacional.

En tanto, ese mismo día, en el que murió Simón, fue asesinado Ignacio Galván, un adolescente de 17 años que recibió un disparo cuando circulaba en su bicicleta por la Unión y vestía una camiseta de Peñarol mientras iba a buscar boletos. El homicida del adolescente fue detenido en Rivera, con planes de fuga a Brasil. Fue imputado por homicidio especialmente agravado y porte de arma en lugares públicos. Como medida cautelar se impuso la prisión preventiva por seis meses, mientras continúa la investigación.

El imputado era uno de los hinchas de Nacional que estaba el 10 de enero haciendo vigilia en el Casmu a la espera del avance de la situación de salud de Simón, conocido como “Washi”. Cuando les informaron que la situación era irreversible y que el hombre moriría en cuestión de horas, el hombre resolvió buscar venganza. Así fue que subió a una moto junto a otro hombre y recorrieron la zona en busca de un hincha de Peñarol. Fue entonces que en la intersección de Avellaneda y Pernas se cruzó con Ignacio, que vestía una camiseta aurinegra, y le disparó y lo mató.

La línea principal de la investigación siempre fue que los homicidios estaban relacionados. El adolescente fallecido fue elegido sólo porque vestía una camiseta de Peñarol, según la investigación preliminar de la Fiscalía.

Tras la imputación del homicida del adolescente, la investigación se enfocó en encontrar a los cómplices del homicida en su fuga y a los autores de los disparos en la feria de la Vía Blanca que terminaron con la muerte del “Washi”. Así fue que tres días después detuvieron a cuatro personas involucradas en este hecho.

En conferencia de prensa, este jueves se informó sobre la imputación de estas cuatro personas involucradas en la riña que devino en el homicidio del hincha de Nacional Washington Omar Simón en la feria de la Vía Blanca el pasado 6 de enero.

El fiscal de Corte, Juan Gómez, destacó el trabajo de los tres fiscales titulares de la Fiscalía de Homicidio: Carlos Negro, Mirta Morales y Adriana Edelman. “La violencia no gana partidos y es impropia de una sociedad culta como la uruguaya y tenemos el deber de combatir todo tipo de violencia”, dijo.

Toda la Fiscalía de Homicidios estuvo involucrada en este caso. Los homicidios ocurrieron cuando Carlos Negro, a cargo de la Fiscalía de Homicidios de primer turno, estaba en actividad. Luego, la investigación continuó con la fiscal Mirta Morales, a cargo de la Fiscalía de Homicidios de segundo turno. La formalización del homicida del adolescente estuvo a cargo de Adriana Edelman, que está al frente de la Fiscalía de Homicidios de tercer turno. Finalmente, Negro retomó la investigación para encarar la formalización del homicida del “Washi” y los participantes de la riña.

Tres de los involucrados fueron imputados por riña especialmente agravada y una por homicidio agravado en reiteración real con un delito de porte de armas. Negro planteó que se tiene la certeza de la autoría de homicidio porque “reconoció ser el responsable”.

Ninguno de los imputados tenía antecedentes y a todos se les aplicaron medidas cautelares mientras continúa la investigación y, además, se aguarda por el juicio oral. Los emplazados también ingresaron a la lista de inhabilitados en espectáculos deportivos.

Para los imputados por riña se dispuso el arresto domiciliario total porque son primarios y por las características del delito que cometieron. Si bien para el homicida se pidió la prisión preventiva, por su “convalecencia”, puesto que está herido producto de la riña, se interpuso un certificado médico que impidió que ingrese a prisión. No obstante, el juez determinó que sea evaluado en un mes para que ingrese finalmente a un establecimiento penitenciario.

Sobre por qué no fueron imputados por coautoría de homicidio, Negro explicó que ese delito “implica otras cosas”: “Una persona que está en una riña donde dos bandos se enfrentan no tiene control de quién golpea a quién, ni de cómo; difícilmente sean conscientes de cómo pelea el otro, o que otro va a sacar un arma y va a matar”.

Por eso, para el fiscal, “eso escapa al dolo, a la intención de alguien que está agarrándose a golpes de puños”. “Por eso, a la persona que no decide matar no se le puede imputar el homicidio”, enfatizó, y aclaró que es una riña agravada, también conocida como “riña con resultado de muerte” o “riña calificada”, justamente porque este intercambio entre dos bandos terminó en un homicidio. “A la persona que se identifica como autora, que tiene la intención de matar, además del delito de riña del que participó tiene el delito de homicidio”, señaló.

Consultado sobre la estrategia de la defensa de plantear que actuaron en legítima defensa, el fiscal planteó que “parece bastante claro, por lo menos en términos jurídicos, que en un delito de riña en que hay un enfrentamiento de dos bandos la legítima defensa es incompatible”. “La riña consiste en dos bandos que se agreden mutuamente porque tienen la intención de agredirse. Cuando hay intención recíproca y mutua se descarta la legítima defensa”, explicó. “Por eso entendemos que la postura es insostenible”, sentenció.

“Estos individuos estaban en un lugar público, uno tenía un arma de fuego y otro dio la orden y la habilitación para pelear, por lo cual hubo dos bandos claramente identificables. Si hay dos bandos, y uno tiene una camiseta de Peñarol y otro de Nacional, nadie puede dudar en Uruguay de que es una riña”, indicó.

Asimismo, el fiscal habló sobre el origen de los incidentes. Según detalló, “todo hace presumir” que el golpe inicial que recibió Simón “es consecuencia de aquel incidente de Santa Lucía [el homicidio de Hernán Fiorito por el que Simón estaba condenado]”. Además, quien lo acompañó en su vuelta a la Vía Blanca también era uno de los condenados. “Lógicamente, dos personas vinculadas a tan grave hecho están vinculadas al fútbol y pasan por delante de otras personas vinculadas al fútbol, que se congregan a partir de ese fútbol y van todos juntos al estadio con una bandera que los identifica con la barra de la Unión”, desarrolló Negro sobre la conflictividad entre bandos.