Un empresario agropecuario que produce trigo y soja en Argentina, Paraguay y Uruguay se contactó con Alejandro Astesiano el 3 de setiembre de 2022 a las 19.39, por Whatsapp. Una hora después, y tras intercambiar varios mensajes de audio, le envió seis números telefónicos de uruguayos.
Cuatro horas después, a las 2.18 del domingo 4 de setiembre, el productor argentino ya tenía un primer adelanto de la información que había solicitado. El todavía jefe de la seguridad presidencial le escribió: “Los teléfonos no han arrojado nada aún. Vamos ya 18 días para atrás”.
En otro fragmento de la conversación, Astesiano le cuenta a su contraparte cómo trabaja y con quién mantiene diálogos simultáneos. “Pará que estoy mirando algo con el jefe de Inteligencia”, le dice el jefe de la seguridad presidencial al empresario argentino. Y luego le reenvía el siguiente mensaje: “Señor, habilitamos 5.000 carecieras [coincidencias] del Guardián con los teléfonos. Ninguno arroja ningún vínculo o maniobras y ninguno en 100 días para atrás tiene contacto con personas de PREXPOL o los celulares mencionados”.
La conversación aparece en la carpeta de la causa judicial que incluye los 51 GB recuperados del teléfono de Astesiano, que fue detenido en la residencia presidencial de Suárez y Reyes tres semanas después de esos hechos.
En Fiscalía admiten que la información recuperada del teléfono habilita “muchas líneas de investigación”, aunque en esta etapa la prioridad es defender las imputaciones realizadas por la entrega de pasaportes falsos a ciudadanos rusos.
Según pudo saber la diaria, el empresario argentino que hablaba con Astesiano tiene campos en varios puntos del litoral uruguayo y estaba interesado en confirmar si algún vehículo “furtivo” participaba sin autorización en las descargas de trigo y soja de su propiedad. Durante la conversación, hubo menciones a operaciones de carga en una planta de silo en Las Víboras, la radial de Nuevo Berlín, un campo en la ruta 20, la estancia Nueva Melhen, el puerto de Nueva Palmira y otros puntos de los departamentos de Colonia, Río Negro y Soriano.
El empresario le proporciona a Astesiano los datos de los camiones, los nombres de los transportistas y una clave para ingresar al sitio Infotrack, que se dedica al monitoreo satelital de flotas y vehículos.
En un momento, el empresario argentino le dice que a 1.000 metros de la entrada de un campo en la ruta 20 hay “gente de Investigación y patrulleros”. Astesiano hace las averiguaciones con la gente que había enviado a la zona y luego le reenvía la respuesta que obtuvo. “Alejandro, imposible los coches nuestros son totalmente particulares. Sacamos todo, luces, parabrisas y antenas. A la Mishubishi le pusimos leña atrás y el auto ayer lo embarramos todo. Estamos trabajando a 2 kilómetros y pico con los drones para identificar matrículas y camiones. Lo que si se ha visto son patrullas de policía rural pero recorridas normales, no vimos nada fuera de lo normal, más finde x caza furtiva”, dice el mensaje reenviado.
Luego Astesiano reafirma que efectivamente es la Policía rural. “Es más, de ahí ni saben movimiento nuestro”, escribe quien entonces todavía estaba a cargo de la seguridad presidencial.
A continuación, algunos de los mensajes que le mandó Astesiano al empresario argentino entre la noche del 3 de setiembre y la madrugada del día siguiente:
20:37:05
Yo hoy ya despliego gente
20:37:18
Q manejan drones
20:38:10
con este no hacen mas negocios ustedes verdad ??
20:38:40
Perfecto vamos a trabajar igual nunca se van a enterar q hablamos
20:40:20
Ya reservando alojamiento salen para alla 2 equipos
20:56:37
Lujo chequiamos todos 2 mesas para atras a la fecha
21:01:54
Si están en algo no se escapan tenelo x seguro
21:03:54
Soy muy bueno en eso
21:19:32
Vamos hacer todo llamadas mensajes todo
A las 21.27.37 Astesiano mandó un archivo en formato JPG. Y a continuación escribió este mensaje: “Esta es la cuenta, es cuenta BROU”.