Dos mujeres fueron asesinadas y sus cuerpos hallados en una vivienda en Paso de la Arena, en Ruiseñor y Chingolo.
Este jueves se encontró el cuerpo de una de las mujeres en un pozo séptico. Estaba descuartizado; primero se encontraron las piernas y al otro día el torso. Se presume que pertenecería a Ahielen Casavieja, una adolescente de 16 años que desapareció el sábado 12 de febrero en la zona de Paso de la Arena.
Este viernes fue encontrada otra mujer asesinada en el mismo predio. Su cuerpo estaba escondido dentro de una heladera en una cámara séptica. “Anoche observamos un lugar que nos dio la impresión de que podían encontrarse restos óseos, así que hoy de mañana lo primero que hicimos fue ir a ese lugar. Con orden de Fiscalía se rompió esa cámara y se encontró, dentro de una heladera, un esqueleto”, explicó Mario D'Elia, jefe de Policía de Montevideo, respecto del hallazgo de la segunda mujer asesinada. “No esperábamos encontrarlo”, aclaró, porque no estaban buscando a otra mujer desaparecida.
El jefe de Policía de Montevideo dijo que no se descarta que haya otras personas asesinadas en el predio.
El principal sospechoso de los femicidios es un hombre de 46 años que trabaja como taxista. Según informó Subrayado, cuando se hizo pública la noticia en la prensa, el hombre estaba manejando el taxi en la zona de la Aduana, abandonó el vehículo y se fugó.
Se emitió una requisitoria para detener al taxista. “Tiene orden de detención; aún no ha sido ubicado”, informó D'Elía. “Lo que podemos decir es que hasta hace poco se lo veía en la zona”, reveló sobre el paradero del presunto femicida.
Según informó D'Elia, “esta persona ya había ido a declarar como testigo” porque “la información que se recibía era que la adolescente fue vista con este hombre luego de que se denunciara su desaparición”. “Se hicieron inspecciones en la finca”, que fueron con autorización del sospechoso, y dentro de la casa, no en el terreno donde se produjeron los hallazgos. “Se trabajó en toda la zona y se seguía trabajando en la zona”, respondió ante el reclamo de vecinos y familiares de Ahielen. “Siguen las excavaciones, podríamos encontrar o no algún otro cuerpo”, agregó.
El ministro del Interior, Luis Alberto Heber, se refirió al caso este viernes: “Estamos en plena investigación. Lo que hemos descubierto es horrible. Nos golpea. Me han dicho los policías que han actuado que están sorprendidos de lo que encontraron ahí”. Añadió que “confía” en la “profesionalidad de la Policía para encontrar a el o los culpables”.
La Fiscalía Penal de Montevideo de Delitos Sexuales, Violencia Doméstica y Violencia Basada en Género de tercer turno, con la fiscal Sandra Boragno al frente, está a cargo de la investigación.
La familia de Ahielen y vecinos del lugar se manifestaron en varias oportunidades señalando que la adolescente desaparecida estaba en la casa de este hombre. De hecho, dijeron que la última vez que la vieron fue subiéndose al taxi que el ahora presunto femicida manejaba.
El hermano del presunto femicida, que vive en el fondo en otra casa en el mismo predio, junto a la madre de ambos de 86 años, habló con la prensa. Lo describió como un hombre de 46 años, “medio gordito”. “Venía haciendo vida normal”, afirmó. La última vez que lo vio fue el jueves al mediodía. “Me lo crucé ayer. Me dijo ‘voy a trabajar’ y nada más”, contó. “Esto es una vergüenza”, sentenció. “Otra cosa no se puede decir. Nunca sospeché esto”, aseguró.
Su hermano contó que el hombre fue policía. Según él, durante nueve años trabajó en la Seccional 24 del Cerro y lo echaron por cometer delitos; además, conto que “integraba una polibanda”.
El hombre dijo no haber visto nada: “Yo vivo en el fondo. De allá no se ve nada. Yo estoy al fondo y no estoy en todo el día. Yo trabajo todo el día. Vengo de noche, no estoy nunca. Las cosas que hizo las hizo cuando yo no estaba. Mi madre tiene 86 años y no ve mucho. Hizo todo a escondidas”.
“Uno de los cuerpos estaba en el pozo de él. Yo encontré la piernita acá”, relató sobre el hallazgo. “Se ve que metió por todos lados”, lamentó.
Vecinas y vecinos de la zona reclamaron al Ministerio del Interior por no haber allanado antes la casa. Habían hecho varias manifestaciones desde que la adolescente desapareció. Una de las vecinas señaló que le habían dicho a la Policía “que estaba acá, que ese hombre la había traído en un taxi”, pero lamentó que “nunca en la vida apareció nadie y tampoco se hicieron allanamientos”.
Otra vecina reclamó: “Hicimos piquetes”. Y agregó: “Es una gurisa de 16 años, mamá de un bebé de cuatro meses, ¿qué más precisaban, que la gurisa apareciera muerta, que apareciera así?”.