La Asociación de Funcionarios de la Jefatura de Policía de Maldonado (Sipolma) emitió un comunicado el martes en el que expresó “más amplio rechazo” al accionar policial durante los controles de ingreso al partido entre Peñarol y Boston River en el estadio Campeón del Siglo, donde se les impidió el acceso a personas que llevaban remeras de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos.
Según el texto de Sipolma, las acciones tomadas por los efectivos en la jornada del sábado 21 de mayo, un día después de la Marcha del Silencio, “confirma lo que venimos diciendo desde hace varios meses: que la Policía está en manos de los nostálgicos de siempre que vuelven a implementar las viejas prácticas de la dictadura y posdictadura, enfrentando con sus lineamientos hacia la interna policial uruguayos contra uruguayos”.
Para el sindicato policial de Maldonado, “estos viejos y nostálgicos jerarcas policiales atentan contra los valores democráticos y republicanos de nuestro país”. “Parece que es el camino que han elegido y el poder político no hace nada al respecto”, concluyeron.
Al día siguiente del hecho, varios hinchas denunciaron públicamente lo sucedido y recibieron el apoyo de Ignacio Ruglio, presidente de Peñarol, quien envió una carta a la Unidad de Violencia en el Deporte de la Jefatura de Policía de Montevideo, a la Comisión de Seguridad de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) y a su Comité Ejecutivo.
En el texto Ruglio calificó estos hechos como actitudes “innecesarias, desacertadas y desagradables”. Por eso, pidió a la AUF y a la Jefatura de Policía de Montevideo que se “tomen medidas” para que “no vuelva a ocurrir otra vez” y no haya “ataques a la libertad de expresión”.
Al día siguiente, el Ministerio del Interior pidió disculpas a Peñarol por lo sucedido mediante un comunicado, en el que se asegura que tomó “las medidas pertinentes para evitar situaciones similares en el futuro”. No se informaron qué medidas se tomaron ni la investigación administrativa que se llevaría al respecto.