El jueves 23 de marzo, vecinos del asentamiento Paso Escobar, en Barros Blancos, Canelones, alertaron sobre la aparición de una cabeza en una bolsa. La víctima era un hombre de 25 años que había sido asesinado y decapitado. El resto de su cuerpo se encontró en un lago de la zona cuatro días después. La Fiscalía de Pando de 2º turno, a cargo de la fiscal Renée Primiceri, investiga el caso.
Tras un allanamiento, tres hombres fueron detenidos e imputados. También fueron detenidos una mujer de 29 años y un adolescente de 17, que no fueron imputados. Se les incautaron dos armas y municiones. A un hombre de 33 años se les imputó el delito de tráfico interno de armas y municiones en la modalidad de tenencia en depósito y un delito continuado de negociación de estupefacientes; al de 64 años, el de asociación para delinquir; y al tercero, de 30 años, se le imputó el delito de negociación de estupefacientes agravada. Si bien a estas personas se les imputaron distintos delitos asociados al narcotráfico, no se pudo establecer su responsabilidad en el homicidio.
Según informó Telemundo, si bien las personas imputadas eran parte de un grupo delictivo dedicado al tráfico en la zona, fue otro grupo criminal que operaba en la zona el responsable del homicidio, con el objetivo de inculparlos para quedarse con la distribución de drogas en el barrio.
Los responsables del crimen buscaron una víctima, que fue un joven con uso problemático de drogas al que invitaron a consumir junto a ellos. Tras apuñalarlo, lo decapitaron y tiraron la cabeza cerca de la boca de venta de drogas con la que se disputaban el territorio.
El mismo medio consignó que este grupo criminal logró que personas del barrio declararan como testigos contra la otra banda y generaron rumores en el barrio sobre la responsabilidad en el caso.
Pero uno de los testigos que había aportado un falso testimonio asumió la situación y declaró lo que realmente había pasado. Además, se tomaron en cuenta otras pruebas y filmaciones de cámaras de videovigilancia disponibles en la zona.
Así fue que tres personas fueron detenidas este martes, tras un allanamiento. Dos hombres fueron condenados y el tercero, de 38 años, quedó emplazado. Además, se busca a otros posibles involucrados. Los condenados fueron un hombre de 36 años, al que se le impuso una pena de 12 años de prisión por ser el autor del homicidio, y un joven de 19 años que fue condenado como coautor del homicidio a cuatro años de prisión.
Los hechos
En la acusación de Fiscalía a la que accedió la diaria se relatan los hechos. Se indica que el mismo día que fue encontrada la cabeza, fue identificado por su familia.
Dos testigos, que fueron identificados con números -6 y 7- por razones de seguridad dijeron tener conocimiento de quienes habían sido los responsables. Un tercer testigo también declaró en este sentido. Además, otros testigos identificados con los números 5, 8, 9, 11 y 13 corroboraron la declaración de los primeros testigos. También, explicaron cómo había sido el desmembramiento y el ocultamiento del cadáver. Todos señalaron a la banda rival y no a los verdaderos responsables. Entre las bandas rivales habían habido agresiones previas, que incluyeron disparos de arma de fuego. A partir de la investigación, se pudo determinar que el hombre condenado como autor del homicidio estaba en su casa junto a otros hombres. Su cómplice, junto a otra persona, fueron los responsables de elegir a la víctima, que estaba a unos metros del lugar, y lo invitaron a la vivienda a fumar pasta base.
La Fiscalía informó que la víctima estaba en situación de calle hacía algunas semanas, pernoctando en una casona abandonada en un campo. “Conociendo la vulnerabilidad de la víctima, lo invitó a consumir pasta base” y “cuando estaba indefenso, lo sorprendió asestándole una puñalada por la espalda, mientras era sostenido por otro masculino, provocándole la muerte en el acto”.
Acto seguido, el asesino “decapitó a la víctima, a través de varios golpes que efectuó con una cuchilla, mientras el cráneo de la víctima era sostenido por el otro copartícipe”. Inmediatamente después, cargaron su cuerpo en un carro, tapando el mismo con un trapo. Lo llevaron al campo donde pernoctaba la víctima y “luego de acondicionarlo, lo ataron mediante cuerda a un fierro de hierro que en sus extremidades tenía dos llantas, y lo lanzaron a un tajamar existente en el lugar, con el fin de ocultarlo”. La cabeza la pusieron en una bolsa y la dejaron en una cuneta cerca de la boca de drogas con la que se disputaban el territorio para así inculpar a la banda rival.
Para “ocultar y borrar los rastros del delito, el imputado compró dos botellas de agua jane y con ellas limpió el lugar donde le dio muerte a la víctima”, que era su casa.
El 31 de marzo se hizo inspección voluntaria en la casa del imputado, “mediante autorización de la moradora hallando dos bolsas en el lugar, de igual procedencia (coreanas), las cuales son usadas para guardar productos alimenticios del mar, de similares características (tipo de símil arpillera y/o de nylon grueso) a la que se encontraba oculto el cráneo de la víctima”.
Por eso, luego se hizo una nueva inspección a cargo de Policía Científica, que incluyó prueba de luminol, qye arrojó como resultado una extensa zona de luminiscencias, así como el levantamiento de varias muestras hemáticas. Es decir, que había sangre que había sido limpiada.
La autopsia a la víctima determinó que no hubo lesiones de defensa. También se planteó que no se ven “signos de vitalidad en el tejido blando donde se realizó la decapitación” y que los bordes de los cortes son irregulares. También tenía golpes con moretones en el dorso, el tórax, un glúteo y en el pie. Además, según la pericia, es probable que haya recibido un golpe en la cabeza con un objeto contuso, también en otras partes del cuerpo. Luego, fue apuñalado, con una herida de entrada sin orificio de salida. Lo apuñalaron en el tórax, de atrás hacia adelante, provocandole una lesión en el pulmón derecho, y de abajo hacia arriba lesionando parte del corazón y el otro pulmón. La causa de muerte fue la hemorragia provocada por las heridas.
Psra condenar al coautor se encontraron evidencias de participó como cómplice del homicidio, “ya que cooperó materialmente en el hecho, por un acto extraño previo a la consumación, como lo fue ubicar a la víctima para que concurriera al domicilio donde posterior se le diera muerte”.