Alison Fernández tenía 18 años cuando fue vista por última vez, el 5 de junio de 2020. Fue asesinada y la encontraron, tras pasar 17 días desaparecida, semienterrada detrás de una cancha de fútbol a unos metros del río Santa Lucía. El día que fue vista por última vez salió de su casa, en donde vivía con sus padres y su hija de tres años. Les mandó un mensaje: “Voy en un rato, los amo”. Pero no retornó a su casa. Habitantes de su pueblo participaron intensamente en la búsqueda e hicieron varias movilizaciones para visibilizar el caso.

La Fiscalía de Canelones de primer turno investigó el caso. Dos fiscales intervinieron: primero estuvo a cargo de Alicia Schiappacasse, y Andrea Mastroianni tomó la posta cuando asumió la titularidad de esta fiscalía.

Este lunes, dos personas fueron condenadas a 25 años de penitenciaría por homicidio muy especialmente agravado, pena a la que se suman cinco años de medidas eliminativas. Según informó la Fiscalía, la víctima tenía uso problemático de drogas y había robado una pequeña cantidad de pasta base para su consumo de una boca de venta de esta sustancia ubicada en el barrio El Abrojal. Desde el organismo consignaron que la mataron para “enviar un mensaje al resto de los consumidores” de qué podría pasarles si les robaban.

Uno de los condenados había amenazado por mensaje de audio a otras personas que frecuentaban la boca de venta de pasta base con matarlos si le debían dinero o si le robaban.

Los condenados, Nelson Tejería y Leonardo Toledo, estaban asociados a otros delitos. Tejería, de 33 años, estaba preso por tentativa de homicidio, por haber intentado matar a un testigo del asesinato de Alison. Toledo había sido detenido tras el hallazgo de la víctima e imputado por suministro de estupefacientes.

El cuerpo de Alison presentaba golpes, cortes y otras señales de tortura, entre ellos el cercenamiento de un pezón. Además de “enviar un mensaje”, pretendían que la víctima confesara que les había robado.