En febrero de 2022, un juez de Faltas castigó al sindicalista Marcelo Abdala con 15 días de trabajo comunitario por un accidente que protagonizó alcoholizado en la zona de Punta Carretas. Mientras cumplía esa pena y durante las semanas siguientes, el presidente del PIT-CNT fue víctima de una intriga pergeñada desde la Torre Ejecutiva, con el entonces jefe de la seguridad presidencial, Alejandro Astesiano, como principal articulador.
La trama, que duró cinco semanas, incluyó reuniones con funcionarios de Narcóticos en una oficina de la residencia presidencial de Suárez, intercambios entre la seguridad de Presidencia y la cúpula policial de la época, análisis de las cámaras del sistema de monitoreo y hasta tareas de vigilancia de agentes encubiertos en un almacén de Ciudad Vieja, donde el sindicalista metalúrgico había estado unas horas antes del accidente.
Según surge de las conversaciones por Whatsapp que se recuperaron de su teléfono, Astesiano mantuvo informado al presidente Luis Lacalle Pou sobre estos operativos de inteligencia que procuraron, sin éxito, conectar al presidente del PIT-CNT con una supuesta boca de venta de droga. Por estos hechos, dos oficiales de la brigada de Narcóticos declararon en abril de 2024 ante la fiscal de Flagrancia de 12° turno, Sabrina Flores, en calidad de testigos. Ambos admitieron que el local comercial que se investigó fue señalado desde Presidencia y uno de ellos reconoció que Astesiano le había mandado por Whatsapp la captura de pantalla de la conversación en la que reportó a Lacalle Pou sobre el despliegue. También aclararon que en ningún momento se les explicó que el pedido tuviera como objetivo perjudicar a Abdala, aunque reconocieron que nunca antes habían recibido información desde Presidencia sobre posibles puntos de ventas de estupefacientes, según informaron fuentes cercanas al caso.
la diaria intentó consultar a Lacalle Pou, pero desde la Torre Ejecutiva contestaron que el presidente no haría comentarios sobre este tema. Astesiano, que enfrenta una condena de cuatro años y medio en la cárcel de Florida, ha optado por no dar entrevistas por el momento, según explicó su abogado, Ignacio Durán. Los abogados de Abdala están al tanto de que la investigación de Fiscalía ha tenido avances en los últimos meses.
Vale la pena detallar en orden cronológico cómo se desarrollaron estos hechos, sobre la base de información que surge de diversas conversaciones que estaban en el celular del jefe de seguridad de Presidencia y que aparecen en el libro El caso Astesiano, que se publica esta semana.
4 de febrero de 2022: el accidente de Abdala
A las cuatro y media de la tarde, el presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, chocó a dos vehículos que estaban estacionados en bulevar Artigas casi García Cortinas. Manejaba un Renault Kwid gris y la espirometría le dio positivo: 1,53 gramos de alcohol en sangre.
Una hora después del accidente, Astesiano comunicó la noticia a Nicolás Martínez, secretario privado de Lacalle Pou. “Qué dice, Fibra. ¿Eso fue ahora? ¿Chocó este? ¿Mamado?”, preguntó Martínez. “Sí, ahora, estoy pidiendo resultado de espirometría”, contestó Astesiano. Tres minutos después envió un audio: “Nico, 1,53 [gramos de alcohol en sangre] le está dando la espirometría. Ahora dispuso el jefe de Policía que vaya el coordinador hasta ahí y el jefe de Zona. 1,53 la espirometría”. “Está en el horno”, señaló Martínez. Notoriamente exaltado por el resultado positivo, Astesiano deslizó una especie de propuesta: “Nico, ahora llegó el tiempo de nosotros de matarlo. Hay que matarlo. Que se pongan las pilas ahí, hay que matarlo a este hijo de puta”. El secretario de Lacalle Pou no respondió.
Mientras chateaba con el secretario de Lacalle Pou, Astesiano estaba en comunicación con el entonces subdirector administrativo de la Policía, Héctor Ferreira. El jerarca policial fue quien proporcionó las primeras fotos del accidente, que Astesiano reenvió a varios de sus contactos.
Poco después de las siete de la tarde, otro secretario privado de Lacalle Pou, Homero Gadea, le envió a Astesiano una nota de Telemundo que informaba sobre el accidente. El jefe de seguridad presidencial actualizó a Gadea sobre cuál era la situación en ese momento: “Ya le pasé todo al presidente, me enteré porque justo estaban las cámaras. Cuando empezaron a bajar del CCU [Centro de Comando Unificado], cámaras, todo, le pasé todo enseguida a aquel”.
5 de febrero de 2022: videovigilancia y Berriel
Astesiano mandó cuatro capturas de video en formato JPG y un archivo mp4 al subdirector ejecutivo de la Policía, Jorge Berriel, uno de los jerarcas del Ministerio del Interior con los que dialogaba con mayor frecuencia. Ese material gráfico se había sacado de las cámaras del sistema de monitoreo y mostraba el recorrido del auto de Marcelo Abdala en las horas previas al accidente.
Una toma, explicó Astesiano, se había grabado a las seis de la mañana, diez horas antes del accidente. “En rojo y tomando”, acotó. En ese momento, Astesiano planteó, por primera vez, una hipótesis que será determinante en esta historia: “Te voy a pasar unas fotos, tiene pinta de boca”. Para ilustrar la conjetura, Astesiano compartió con Berriel imágenes de la fachada de un autoservicio ubicado en Juncal y Cerrito, cerca del edificio del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
Astesiano: Estuvo dos veces ahí [...] va a las seis y pico de la mañana, y después vuelve a las cuatro y pico de la tarde. Para mí que ahí compra cerveza, viste que se la da al acompañante, sube una bolsita blanca por el lado del acompañante.
Berriel: ¿Anduvo visitando bocas también?
Astesiano: Ahí estuvo dos veces. La [foto en la] que va caminando es de la mañana temprano y la que está el video borroso es de las cuatro y pico de la tarde, lo que pasa es que el sol jode la cámara. Viste que sube una bolsita por el lado del acompañante, se la da al acompañante. Y a las dos horas se produce el choque.
10 de febrero de 2022: los contactos con Narcóticos
A esta altura, el accidente de Marcelo Abdala ya empezaba a perder centralidad en la agenda informativa. De todas maneras, ese día Astesiano le escribió por Whatsapp al subdirector general de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas, Óscar Sosa: “Qué tal cómo está. ¿Cuándo piensa que puede tener una reunión conmigo en Suárez? Tema hablado con el presidente”. Sosa se excusó porque estaba en cuarentena, ya que su esposa había dado positivo de covid-19. “No sé cuál es la urgencia de la reunión. Porque si es urgente veo con el director [de la Brigada Antidrogas, Alfredo Rodríguez] de que alguien vaya a reunirse”. Astesiano adelantó detalles de cuáles eran sus intenciones en un mensaje de audio: “No es urgente total, pero tiene una cierta urgencia... Igual podemos esperarlo. O puede ir un oficial también mañana a reunirse conmigo. Es por una inquietud que tenemos con el presidente y se la queremos plantear a usted en forma privada”. Luego, en otro mensaje, el jefe de la seguridad presidencial aportó más información: “No es personal mío, sino un tema que le preocupa al presidente. Por eso la reunión en Suárez”.
El subdirector de la Brigada Antidrogas se comprometió a designar a algún policía de su oficina que pudiera estar en la cita pautada desde Presidencia. Astesiano puntualizó que la audiencia sería al día siguiente, el 11 de febrero, a las 11.00. “En la puerta dicen que es reunión conmigo. Suárez Chico”. “¿Sería sólo con usted la reunión”, consultó Sosa. “Sí, ahí mostraré preocupación. El presidente anda ahí, puede ingresar a la misma”, avisó Astesiano. Sosa se comprometió a pasar el nombre del oficial que iría a Suárez; una hora más tarde se comunicaron por llamada telefónica, pero no hay registros de qué hablaron.
11 de febrero de 2022: la reunión en Suárez y Reyes
A primera hora, Astesiano se comunicó con Daniel Fernández, un exchofer de Lacalle Pou que al inicio del gobierno fue designado intendente de la residencia presidencial de Suárez y Reyes. El jefe de la seguridad presidencial lo tenía agendado como Dani Pou y en sus intercambios por Whatsapp, en los que mayoritariamente afinaban cuestiones logísticas, queda claro que había mucha confianza entre ambos.
Astesiano: Dani, tengo un par de reuniones en Suárez Chico. Quiero ver si puedo usar la oficina tuya, porque tengo una reunión con el jefe de Drogas, el jefe de Narcóticos.
Daniel Fernández: Ningún problema. Hacé de cuenta que es tuya, Ale. Metete y usá todo lo que quieras.
Astesiano: Dale [baja la voz], porque estamos haciendo una investigación por el tema Abdala, viste. Y tengo una reunión con el loco ahora a las 11.00, más o menos. Y a las 10.40 con gente de Científica.
Daniel Fernández: Tranquilo. Es tuya, jeje. Abrazo grande.
16 de febrero de 2022: el contacto con Lacalle Pou
Astesiano recibió un mensaje del comisario Rafael Alen, de la Brigada Antidrogas de Montevideo: “Buenas tardes, señor. Me comentaron mis compañeros el procedimiento. Ya realicé actuaciones y me pongo a su disposición”. A lo que Astesiano acotó, en un mensaje: “Qué tal, comisario, un gusto. Justo en este momento estoy con el presidente. Si tiene novedad de eso y no es molestia, nos interesaría saber. No queremos que lo tomen por el lado político. Sólo saber si ahí es una venta de droga, nada más”.
El comisario Alen contestó que habían ingresado la “novedad correspondiente” con un “mínimo de información”, y que además habían solicitado “videovigilancia para el comercio” ante la Fiscalía, que autorizó el procedimiento. También pidieron en la Dirección de Videovigilancia, Analítica y Relevamiento Urbano (Divaru) del Ministerio del Interior que dejen la cámara “con el objetivo dirigido” hacia el almacén de Juncal y Cerrito, para “poder detectar la venta” de drogas.
“Con la salvedad del caso, porque es un comercio, pero según el perfil de las personas que concurren se puede identificar la venta de sustancias estupefacientes, como también la clase de esta. Si son consumidores van a estar mal entrazados. Si es cocaína van a tener una presencia distinta. Sin lugar a dudas, vamos a realizar las tareas de investigación atinentes a una boca de venta de estupefacientes, sin ningún tipo de excepcionalidad”, detalló el policía. “Bien, entendido. Desde ya muchas gracias y a la orden”, replicó Astesiano.
Un minuto después de ese último mensaje, Astesiano compartió con Alen una captura de pantalla de una conversación que tenía en ese mismo momento con Lacalle Pou. En esa imagen puede verse que el jefe de la seguridad presidencial le había mandado el completo reporte de Alen a Lacalle Pou, quien tras recibir la información contestó de forma tan breve como inmediata: “Perfecto”. En el siguiente mensaje dirigido al comisario, Astesiano dejó todavía más claro en qué consistía la “prueba” enviada unos minutos antes, que debía manejarse de forma reservada: “A usted solo le paso. Vamos en un helicóptero, no se escucha nada. Le pasé su informe [al presidente]”. “Impecable”, contestó Alen. Finalmente, se despidieron.
15 de marzo de 2022: los resultados del operativo
Recién casi un mes después del último intercambio, el comisario Alen y Astesiano retomaron la conversación sobre este asunto. “Buenas tardes. Disculpe la molestia. Las vigilancias de video y personales no nos dieron positivo a la existencia de una boca en el mencionado lugar [Juncal y Cerrito]”, reportó el funcionario de la Brigada Antidrogas de Montevideo. Astesiano agradeció y contó que ya estaba al tanto de la situación, porque lo había llamado “el jefe de Policía” para adelantar cuál había sido el resultado del procedimiento. “Mañana va Álvez creo”, agregó Astesiano, sin precisar de quién hablaba. “Cuando usted quiera le doy el documento o me quedo a su disposición. Si el jefe dispuso esta comunicación”, replicó Alen. Astesiano propuso hacer la reunión al día siguiente, en la residencia de Suárez, a las 9.30. A pesar de que la cita había quedado agendada, Alen mandó de todas formas el informe policial completo en formato pdf.
La fecha del documento es 11 de marzo de 2022. Está dirigido al jefe de Policía de Montevideo, Mario D’Elía, y lo firma el propio comisario Rafael Alen. Al leerlo completo, termina de quedar claro en qué consistieron los operativos policiales que se desplegaron a instancias de Presidencia y cuál fue el mecanismo que se utilizó para no dejar constancia documental de los hechos que Astesiano sí reconoció en sus conversaciones privadas.
“Atento a lo por usted ordenado, informo de la investigación llevada a cabo en cuanto al caso registrado en el SGSP con número 14322407. Referente a que personal de esta Unidad abocado al Operativo VERANO AZUL de esta jefatura, avistó movimiento acorde con la existencia de venta de estupefacientes, en la calle Juncal y Cerrito, en donde se encuentra un establecimiento comercial, que gira en el ramo de venta de Almacén de 24 hs, por tal razón se creó el evento referido anteriormente, solicitando a la Dra. FERNÁNDEZ, de Estupefacientes de 1er turno, autorización para realizar video vigilancia, la que se aprobó por orden de actuación 1158230 del sistema. Prosiguiendo con las actuaciones se solicitó a Divaru [Dirección de Videovigilancia, Analítica y Relevamiento Urbano, dependiente del Ministerio del Interior] la video vigilancia del lugar desde el momento de la autorización hasta labrar el presente. Como así también, se comisionó a personal de esta, que estableciera vigilancia discreta en las inmediaciones para tales tareas. En el lapso transcurrido no se registró asistencia de personas con apariencia de consumidores, sólo se registra afluencia de personas debido a la venta natural de un comercio de ese estilo, aumentado debido a la existencia de un edificio donde se encuentra una oficina pública (Ministerio de Trabajo y Seguridad Social), que presente gran afluencia de público, siendo este sitio el lugar más cercano. Se pudo constatar que la persona que se encontraba encargada, mediante estrategias de vigilancia, es de origen extranjero, no pudiendo establecer al momento y por el resultado de la investigación, su identidad. Se concluye que se han realizado varias horas de vigilancia con personal y con cámaras de video, las que no arrojan la existencia de una ‘Boca de Estupefacientes’, por tal motivo se realiza la comunicación Fiscal pertinente aguardando su resolución”.
1º de febrero de 2023: PIT-CNT denuncia “seguimiento ilegítimo a un militante sindical”
Se publicó un primer artículo en la diaria sobre las repercusiones que había generado el accidente de Abdala en la Torre Ejecutiva. Allí se recogían las conversaciones de Astesiano con el subdirector Jorge Berriel y con el asesor presidencial Nicolás Martinez, así como las imágenes previas al choque que se buscaron en el sistema de cámaras. También quedaba claro que Astesiano pensaba que el accidente era una buena oportunidad para “matar al hijo de puta” de Abdala.
Con estos datos que se hicieron públicos, las reacciones fueron inmediatas. En una declaración pública, el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT manifestó que el “seguimiento ilegítimo a un militante sindical” como Abdala constituía “un hecho de altísima gravedad”, que ponía “en entredicho la calidad democrática del Uruguay”.
9 de febrero de 2023: declaran los involucrados
Tras la divulgación de la noticia, la entonces fiscal del caso, Gabriela Fossati, citó a declarar a Marcelo Abdala y a Nicolás Martínez, que se retiraron de la audiencia sin hacer declaraciones a la prensa.
10 de febrero de 2023: fiscal no encuentra evidencias
Fossati dijo que no encontraba ninguna evidencia de posibles delitos en la denuncia que había presentado la defensa de Abdala, a cargo del abogado Luis Acosta. “Se pudo comprobar que a partir del hecho concreto [el accidente] luego se emitió alguna información y se observaron esas cámaras. Si eso es o no es ilícito, hasta ahora no tengo evidencia para asegurar que es ilícito”, afirmó la fiscal, que un mes después fue separada del caso.
Abril de 2024: declaran funcionarios de Brigada Antinarcóticos ante nueva fiscal
El comisario Rafael Alen y el subdirector de la Brigada Antinarcóticos, Óscar Sosa, declararon ante la fiscal Flores en calidad de testigos. Ambos funcionarios admitieron que nunca antes habían recibido una solicitud con estas características desde la Torre Ejecutiva y aclararon que Astesiano en ningún momento explicitó que su pedido haya tenido como objetivo perjudicar al presidente del PIT-CNT, según pudo saber la diaria. En los últimos meses, según fuentes cercanas al caso, en Fiscalía se analizó la posibilidad de solicitar una nueva pericia al celular de Astesiano, lo que habilitaría la posibilidad de acceder a los chats con Lacalle Pou que fueron excluidos de la investigación. El Samsung Galaxy S21 que se le incautó a Astesiano el 25 de setiembre de 2022 en la residencia de Suárez todavía permanece bajo custodia del Ministerio del Interior.