La veterinaria Lourdes Casas, directora de la Sociedad para la Conservación de la Biodiversidad de Maldonado (Socobioma), relató a la diaria el proceso de rescate de pingüinos de Magallanes que migran por las costas uruguayas y destacó que ya han salvado dos grupos en lo que va del año. El primero fue rescatado en abril, cuando los pingüinos viajaban desde Argentina hacia Río de Janeiro. “Nos llevó un mes y medio recuperarlos y luego los liberamos”, explicó. Ahora, en su migración de regreso al sur, nuevamente han encontrado pingüinos en problemas frente a las costas uruguayas.

Casas señaló que, aunque hace años no ingresan pingüinos debido a derrames de petróleo, la sobreexplotación pesquera ha reducido su alimento, lo que provoca que muchos especímenes juveniles lleguen flacos y débiles a las playas. “Varan en la arena porque no aguantan la migración”, añadió.

El proceso de recuperación en Socobioma incluye un período inicial de aislamiento de 15 días para descartar enfermedades, seguido de una dieta especial y medicación. Luego, los pingüinos pasan a una piscina para recuperar la impermeabilidad de sus plumas y ejercitarse en el nado. “Cuando la pluma está en buen estado y no les entra agua al cuerpo, están listos para ser liberados”, dijo la veterinaria.

Además del rescate de animales, Socobioma realiza campañas de concientización. Este año lanzaron una charla educativa llamada “Seres sintientes”, dirigida a escolares, en la que se habla sobre el ingreso de animales a recuperación y la importancia de la empatía y la convivencia responsable entre especies. “Tratamos de llevar información del motivo por el que ingresan los animales y el impacto de nuestras acciones en su vida”, comentó Casas.

Mencionó que las charlas han tenido una excelente recepción entre los niños y niñas. “Los atrapa, les gusta mucho. Muchos se emocionan cuando empezamos a compartir que todos somos seres sintientes y que el cautiverio, el tener un ala fracturada, una pata que no funciona, nos duele a todos, de diferente forma, pero nos duele”, añadió.

En cuanto a la infraestructura, Socobioma celebra dos años en su nuevo terreno, adquirido gracias a la colaboración de la comunidad. “Gracias al apoyo de la gente logramos comprar el espacio donde funcionamos. No hay precedentes en Uruguay en cuanto a que una ONG, gracias al apoyo de la gente, logre comprar un espacio”, destacó Casas. En este sentido, compartió cómo la organización enfrentó desafíos significativos al buscar un nuevo terreno después de ser desalojados. Casas mencionó que, a pesar de haber solicitado ayuda a la Intendencia de Maldonado, no lograron obtener el apoyo necesario en ese momento. “Si bien en el momento en que fuimos desalojados pedimos ayuda a la intendencia, no logramos dar con un terreno que la intendencia nos facilitara, pero sí a las personas de diferentes lugares del país y de fuera del país les pareció interesante nuestra propuesta y nos ayudaron para poder comprar el lugar donde estamos”, expresó.

En este lugar se recuperan más de 600 animales por año, tanto de monte como de mar, aunque la presencia de la influenza aviar ha restringido la admisión de especies marinas.

Casas, quien lleva 24 años dedicada a la veterinaria de animales silvestres, mencionó la dificultad de encontrar colegas especializados debido a que en Uruguay no existe formación de este tipo. Sin embargo, destacó la importancia del trabajo voluntario en su organización. “Me encantaría contar con más personas que nos ayudaran”, afirmó.

Finalmente, mencionó que, además de pingüinos, actualmente están recuperándose comadrejas, gavilanes, zorrillos y otros animales. Entre los casos más inusuales que han atendido destacó la recuperación de un tamanduá, un tipo de oso hormiguero, que lamentablemente no sobrevivió.