Cultura
Daniele Finzi Pasca tiene la humildad y el andar de una mariposa. El martes llegó al Solís caminando con una sonrisa tan grande que si quisiera podría cruzar la calle, pero no lo hace. “En teatro no se puede comer siempre caviar, a veces te fascina una buena papa”, diría minutos más tarde en su conferencia de prensa hablando de Ícaro, el pretexto que lo trajo a Uruguay, y una de sus creaciones más simples a nivel de luces, escenografía y cantidad de personas en escena.