Cultura
Crónica de una previa de la presentación en la primera ronda con la comparsa C1080
Todo estreno tiene algo de ansiedad y de injusticia. Como si ese instante -lleno de expectativa aumentada e incertidumbre sobre cómo saldrá lo tantas veces ensayado- no pudiera dar cuenta de las horas y días enteros de preparación. Y no puede. Es el atardecer del lunes y, desde la rambla llena de turistas y espectadores del atardecer, se ve el alboroto de la puerta del local de C1080 en la calle Paraguay (antigua sede de El Diario). El ambiente es de alegría pero también de apuro, y eso no es poco.