Rómulo Martínez Chenlo

La celeste derrotó ayer a México por 1-0, quedó segunda en su grupo y se cruzará con Argentina en los cuartos de final.

Esta noche, en el maltratado césped del estadio Único de La Plata, Uruguay debe ganarle a México, seguramente la selección que está un escalón debajo de todos los contendientes de esta Copa América, para seguir adelante. Además de tener que ganar para asegurar su pase a la nueva y determinante instancia, la selección se enfrenta a la situación de no poder alinear a tres de los que están siendo sus habituales titulares: Diego Godín, Edinson Cavani y Martín Cáceres.

El empate 1 a1 en un partido tenso y parejo deja a los chilenos casi clasificados a la siguiente fase de la Copa América y a los uruguayos pendientes de lo que ocurra el martes cuando en La Plata enfrenten a México.

La celeste tuvo buenos momentos pero empató 1-1 con Perú en su partido debut por la Copa América.

Peñarol lo dejó todo en la cancha pero fue superado 2-1 por Santos, que se quedó con la Copa Libertadores.

Peñarol, con firmeza y sin locura, intentó asfixiar al Santos. Quiso jugar rápido cerca del arco de Rafael, haciendo sentir el calorcito de esa brasa humana que bajaba de las tribunas. No había un vendaval de ataques pero se apreciaba firmeza, personalidad y seguridad.

No sé si al fútbol le corre sangre uruguaya o al uruguayo le corre sangre futbolera, pero entre sueños, pasión, juego y cotidianidad aldeana el pueblo oriental ha tenido un largo y feliz concubinato con el deporte más maravilloso del mundo.

Pasaron 162 partidos, en las más diversas canchas, con las más variadas indumentarias, con figuras atléticas de innegable proyección, con buzardas prominentes que no renuncian a su hambre de gloria pueblerina, con kilómetros hechos en camiones o en un magicbus, con estadios internacionales como el Atilio Paiva Olivera o canchitas casi vecinales con sus alambrados de hilos hilos. Pasaron ternas de árbitros con uniformes color ratón, desteñidos cuervos que no leyeron la care label que dice "no secar al sol", penales cobrados y travestidos en tiros libres, grescas y cervezas.

Después de 24 años, Peñarol se clasificó para estar por décima vez en una final de la Copa Libertadores de América.

Con gol de Darío Rodríguez y gran rendimiento defensivo, Peñarol le ganó a Vélez y va a buscar la final en Argentina.

El partido fue rarísimo y la conclusión también, porque Peñarol perdió pero festejó como si hubiese sido una de sus más grandes victorias. La derrota 2-1 ante Universidad Católica permitió a los mirasoles conseguir una victoria global de 3-2 y pasar a las semifinales de la Libertadores.

El camino de la utopía permanente es la meta que no quiero atravesar. Creo que esto ya lo escribí, ya lo planteé y, según parece, ahora más que nunca trataré de seguir intentando desarrollarlo como idea. Tiene que ver con el deporte, sus posibilidades y la competencia, con cómo evaluamos los uruguayos nuestro desarrollo y las sensaciones resultantes de la competencia. Planteado desde un punto de vista medio mesiánico, hasta hace un mes tenía la necesidad de alertar o simplemente de avisar que casi todos necesitamos una reeducación en torno a cómo interpretar los resultados deportivos.

La celeste quedó afuera de la final, pero cambió una larga historia y le dejó un sentido nuevo a la palabras "nosotros".

Un país en vilo acompaña hoy a la celeste contra Holanda, soñando con que llegue aún más alto.

Mientras se espera con singular expectativa el primer partido de cuartos de final que Uruguay jugará el viernes en Johanesburgo ante Ghana, ayer se realizó el primer entrenamiento con todo el grupo tras la victoria ante los coreanos. El domingo, como es habitual en el día pos partido, sólo fueron a la cancha del GKW 11 de los 12 futbolistas que no habían empezado el partido ante los asiáticos. Victorino, que ingresó en el inicio del segundo tiempo, también realizó baños y masajes con la oncena que abrió el juego en el Estadio Nelson Mandela.

Mañana a las 11.00 la celeste de Tabárez irá por el primer pasaje a los cuartos de final desde el Mundial de México 70.

El día después. ¿Después de qué? ¿Después de haber cumplido un sueño? Y... más o menos, no parece un sueño en sí mismo clasificar en la fase de grupos, sí un objetivo inicial, una meta intermedia. ¿Después de qué, entonces? Después de haber cerrado la mejor fase de grupos de la historia de Uruguay en los mundiales si tenemos en cuenta que en el 30, 50 y 54 se jugaron menos partidos en la primera fase, después de haber dejado una sensación de fortaleza sin brillos, sin lujos, con sueños y mucho compromiso.

Amor y goce .¿ Y quién va a ponerse a juzgar mis valores estéticos y de sentimiento? Si yo te digo que es la más linda de todas, la que más me gusta ver, la que me hace mezclar dulce de leche con la amargura única y disfrutable de un primer mate, seguro que no sólo no lo discutís, sino que estarías de acuerdo conmigo, y vos y vos y usted y quien venga que tenga el documento de identidad de color celeste y expedido por la Dirección Nacional de Identificación Civil.