Raúl Lozano es ministro de Vivienda y Ordenamiento Territorial desde hace poco más de dos semanas. Suplantó a su compañera de Cabildo Abierto (CA) Irene Moreira, a quien Luis Lacalle Pou le pidió la renuncia luego de que otorgara discrecionalmente un apartamento en un complejo ubicado en Nueva York y Yi, en el barrio Aguada de Montevideo, en el marco de un programa de la cartera.
La inauguración de ese complejo de viviendas, este jueves, fue el primer acto de relevancia pública que tuvo Lozano en el ministerio y también el primero de riesgo por lo que había sucedido en la previa, y el riesgo se materializó.
Si bien el edificio cuenta con 39 apartamentos, en la jornada de este jueves se entregaron 32 llaves. Seis se sortearon pero las familias beneficiarias de la adjudicación rechazaron la mudanza, y la restante corresponde a la militante de CA, cuyo caso permanece en estudio. Cuando Lozano se disponía a tomar la palabra, una mujer irrumpió y comenzó a cuestionarlo por la adjudicación directa, alegando que ella era la séptima en la lista de suplentes.
Natalia, que dijo tener a su cargo una hija de cinco años, empezó a gritar: “Que diga si le sacaron el apartamento”. “Señor ministro, ¿se lo sacaron el apartamento o no? Quiero saber si le sacaron el apartamento, porque yo salí suplente y también soy madre soltera y no me llamaron”, expresó, mientras Lozano continuó con su oratoria, con la atención mermada de los asistentes.
En determinado momento, una rueda de prensa improvisada con la mujer que reclamaba transcurrió en paralelo al discurso de Lozano, precisamente en el espacio que quedó entre el jerarca y el público. “Se lo dieron a otra persona porque sí, porque es amiga de la ministra y no sé qué; yo también soy madre soltera y necesito mi apartamento”, cuestionó.
Luego declaró que se alegraba por las personas que recibieron su llave en esa jornada y que incluso sabía de una amiga que “sí salió sorteada”. Pero “me molesta que se lo den a personas por acomodo político”, dijo, y luego agregó: “Existió siempre, toda la vida, no me caso con ningún gobierno, Frente Amplio, blancos, colorados, son todos la misma mierda, perdón la palabra, pero son todos iguales y siempre hubo acomodo y siempre va a haber, pero necesito que me den una solución, porque también quiero tener mi casa”.
Fue el subsecretario de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Tabaré Hackenbruch, la única autoridad que atinó a saldar la discusión. Se acercó a la mujer que entonces hablaba con la prensa y la acompañó hacia un costado, donde la escuchó y le pidió su número de teléfono para que la llamaran más tarde desde el ministerio.
la diaria pudo saber que si bien la mujer alega ser la séptima suplente, no es seguro que, de ir para atrás la resolución en torno a la militante de CA, a ella le toque un apartamento. Es que ella se inscribió para la modalidad de acceso mediante compra y, por lo tanto, para que pudiera entrar, todos los apartamentos libres deberían ser para esa modalidad. En caso de que alguno fuese para alquiler con opción a compra, le tocaría al primer suplente para esa modalidad.
En cuanto a los seis sorteados que rechazaron la adjudicación, desde el ministerio explicaron que se trata de personas que se fueron a vivir al exterior o al interior, o de parejas que concursaron pero en el medio del proceso se separaron, entre otros ejemplos. “Por distintas razones decidieron no aceptar la vivienda o encontraron una mejor opción que esta y decidieron no aceptar”, describió Lozano en rueda de prensa.
El ministro explicó que ya se contactó a los seis suplentes a quienes les corresponde el lugar y “en los próximos días se les va a entregar” la vivienda. La que sigue en stand by es la de la militante cabildante, que está en un “segundo estudio, esperando los informes jurídicos correspondientes”, debido a que su proceso de adjudicación fue observado. Moreira la otorgó por designación directa pero con un grado de discrecionalidad que no gustó en el gobierno, al igual que ocurrió en otros cuatro casos desde que asumió en 2020. En cambio, las adjudicaciones directas de viviendas están reservadas para casos de extrema vulnerabilidad, por ejemplo mujeres víctimas de violencia de género, situaciones que no responden a la discrecionalidad de un jerarca.
Sobre el caso de la militante, Lozano dijo que “las posibilidades pueden ser todas”. “Queremos estar seguros de que las normas que lo habilitan sean normas que estén correctamente dispuestas, por lo cual está en estudio”, dijo, y agregó que “hay un factor humano que todos tenemos que entender, de sensibilidad humana”. “No se trata de someter al escarnio público a nadie, por respeto a la señora deberíamos esperar un poquito y ver cómo se resuelve”, señaló.