Las autoridades de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) y el subsecretario de Salud Pública, José Luis Satdjian, comparecieron este miércoles ante la Comisión de Constitución y Legislación de la cámara baja para dar explicaciones sobre la reinauguración de la capilla que está en el hospital Vilardebó. En la convocatoria a los funcionarios, de la que dio cuenta la diaria, participó el arzobispo de Montevideo, el cardenal Daniel Sturla.
Este hecho motivó que el diputado colorado Ope Pasquet resolviera convocar a las autoridades del prestador público de salud al Parlamento, por entender que se había configurado una violación de la laicidad. “Se desconoce el precepto constitucional que dice que el Estado no sostiene religión alguna”, había dicho a la diaria el legislador.
Tras la comparecencia, el vicepresidente de ASSE, Marcelo Sosa, señaló que la delegación dejó “en claro” que la laicidad es un “valor indispensable” que se va “a defender siempre”, puesto que lo marcan la Constitución y “nuestras leyes”. “Es un valor cultural de nuestra sociedad y reconocimos que tal vez, seguramente, el contenido de la nota no fue el adecuado. En vez de comunicar un evento, invitó a participar en el mismo. Entendemos nosotros que no se debió invitar, sino comunicar la realización del evento”, admitió en una rueda de prensa.
Sosa señaló que en su momento lo conversaron con la funcionaria que redactó la convocatoria y que ella les transmitió que no fue su intención, “de ninguna manera”, violar la laicidad. “Dejamos claro que el directorio de ASSE respeta la laicidad, que entendemos que el comunicado en su momento no fue feliz”, continuó el jerarca, pero remarcó que “nunca fue la intención de la institución, de la División de Salud Mental ni de la dirección del hospital Vilardebó de la época violar la laicidad”.
La capilla existe desde 1880 y allí se han celebrado misas, “más allá de los vaivenes políticos de Uruguay”, agregó Sosa, y señaló que funcionó “en democracia, [en] dictadura y aun estando todos los partidos políticos en el ejercicio del gobierno. Lo que ocurrió es que esa capilla estuvo en restauración y lo que hizo la institución fue comunicar que volvía a funcionar; el error fue establecer una invitación”, insistió.
La remodelación de la capilla –que llevó dos años– corrió por cuenta de la iglesia católica, puesto que es la que la administra, con la supervisión de ASSE, según supo la diaria.
Satisfacción y dudas
A su turno, Pasquet sostuvo que, según su parecer, las explicaciones “fueron satisfactorias” porque entiende que “una cosa es comunicar o informar y otra cosa es invitar a participar”. “Dejaron claro que esa no había sido la intención, que ese fue un error en la comunicación, pero que no expresó la intención de las jerarquías de ASSE”, expresó en una rueda de prensa.
Según el colorado, lo importante, “más allá de este hecho”, es que “una cosa son las actividades religiosas que están amparadas por la libertad que existe en nuestro país, pero otra cosa distinta es que el Estado invite a participar en actividades religiosas; eso es lo que no se puede hacer, porque para eso está la laicidad”.
“No puede el Estado ni ninguna de las dependencias públicas exhortar a participar en actividades de tipo religioso; que las hagan quienes quieran hacerlo, eso es un derecho, pero no puede el Estado invitar a participar en la misa en la divulgación de la palabra de Dios y en el rezo del rosario. Eso el Estado uruguayo no lo puede hacer”, reafirmó.
Por su parte, el diputado blanco Martín Elgue expresó a la diaria que fueron “más que satisfactorias” las explicaciones, porque las autoridades asumieron un “error” en cuanto a la redacción de la “notificación” que “se interpreta que podría ser una invitación”. Sin embargo, si bien consideró que fue una citación “legítima”, opinó que, personalmente, no hubiese hecho la convocatoria para que explicaran la situación. “Quizás hasta incluso con un llamado telefónico quedaba el tema aclarado”, agregó.
En cambio, desde la oposición el diputado Enzo Malán apuntó que la citación le dejó “más dudas” que antes, porque, según contó, cuando tomó la palabra el director de Salud Mental, Eduardo Katz, dijo “que se hace esa actividad como se puede hacer un evento artístico”. “Pone en el mismo nivel un evento religioso que uno artístico. Desde ese punto de vista me deja dudas, porque hay uno que no se puede hacer, como el religioso”, agregó en diálogo con la diaria.
En ese marco, recordó que anteriormente denunció que el presidente de ASSE, Leonardo Cipriani, tenía un símbolo religioso en su despacho en la institución pública, algo que el jerarca admitió.
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