El ojo está puesto en lo que tengan para decir del agua de OSE los expertos de la Facultad de Medicina (Fmed) de la Universidad de la República (Udelar). El decano, Arturo Briva, comentó este martes que con el tema de los trihalometanos “existe evidencia como para que estemos alerta frente a posibles ascensos, pero teniendo en consideración que algunas de esas evidencias son contradictorias”.

Aclaró en Desayunos informales que tras hacer los primeros estudios se tuvieron que quedar con una recomendación general que afirma que la calidad del agua es peor a la que se tenía antes de la emergencia hídrica y que, “en la medida en que los niveles aumentan y el tiempo de exposición aumenta, es que pueden empezar a aparecer algunas repercusiones”.

“Es favorable la evidencia a decir que cuanto más niveles de trihalometanos y mayor tiempo de exposición va a empezar a haber alguna repercusión sobre la salud”, comentó y agregó: “En la medida en que empecemos a exponernos más tiempo y a niveles más altos, tenemos que esperar que empecemos a detectar alguna patología”.

Sobre los cuadros que se pueden esperar, comentó que se dividen en dos grupos de efectos: “lo que tiene que ver con las vías respiratorias, que podían inducir mayor reactividad bronquial, broncoespasmos; y lo que tienen que ver con el embarazo con exposiciones más prolongadas y niveles más altos”.

“Nosotros definimos que el nivel que tenemos actualmente es lo que consideramos seguro; de hecho, sugerimos restringir ese consumo de agua a ciertos grupos de población y mientras tanto mantenemos el consumo liberado al resto”, apuntó, y agregó: “Estamos haciendo el manejo de riesgo, con niveles actuales y trazados con un lápiz -y la realidad nos muestra que la calidad el agua tiene variaciones-, en este rango es nuestro mejor escenario para la situación que tenemos ahora”.

Más allá de los estudios que están haciendo desde la Fmed, el decano subrayó que no pueden ser ellos los que tomen las decisiones. “La autoridad sanitaria sigue siendo el Ministerio de Salud Pública y es la que tiene capacidad de hacer un decreto, convocar al resto del gobierno, manejar fondos; de ninguna manera la Facultad de Medicina puede empezar a ocupar ese rol”, sostuvo.

“A partir de esa información y otra fuente de datos, el ministerio define si considera que hay que moverse o no en sus recomendaciones. No puede la Facultad de Medicina ni ningún integrante de la Udelar transformarse en el ministerio en la sombra. El dato es el dato, por eso tratamos de manejarnos con informes escritos, para que a partir de ahí el ejecutor tome las decisiones que corresponda. Mi posición sigue diciendo que cuanto más tiempo y niveles más altos, va a ser peor para todos; con eso yo busco que el [Poder] Ejecutivo busque que el nivel de trihalometanos sea el menor posible”, explicó.

En particular, se refirió a la polémica que surgió a raíz del informe que la Fmed hizo para la Intendencia de Montevideo, por el que Carolina Cosse enfatizó los riesgos hacia las embarazadas. “Al mismo tiempo que estaba la conferencia, se estaba comunicando el informe completo. A mí me cuesta mucho definir intencionalidades, las figuras públicas tienen un tiempo acotado para exponer sus ideas, tal vez leer todo el informe se consideró que no era lo adecuado. En cualquier caso, si quedaba la duda de que nosotros estábamos alimentando una alarma pública, salimos con un informe con incertidumbres”, apuntó Briva.

Asimismo, el decano aseguró que hace un “mea culpa” en tanto “la facultad podría haber enviado un mejor informe, en el que tal vez aclaráramos en profundidad algunos puntos. Ese fue el informe que hicimos y el que respaldamos, cada actor toma el informe y lo utiliza como mejor le parece”.